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Juan 20:21-22 “Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo”. Tomamos este versículo porque como iglesia nos estamos preparando para la celebración de Pentecostés, hemos decidido tomar 34 días de ayuno y oración porque creemos que el derramamiento del Espíritu será sobrenatural en la vida de quienes estén presentes. Tenemos fe de que algo va suceder. A partir de este versículo, vemos que la voluntad de Dios nunca ha sido dejarnos solos, sino que tengamos su presencia con nosotros. Dios siempre ha querido protegernos, cuidarnos, guardarnos, es por eso que Jesús tuvo que marcharse para darnos al Espíritu Santo, quien estará con nosotros para siempre. Dios sabe que sin el Espíritu Santo nuestras vidas no pueden ser victoriosas, productivas, ni podremos alcanzar los sueños y las metas que Dios ha puesto en nuestros corazones. No podríamos vencer nuestros miedos y tener la paz que Dios anhela para nosotros.

Jesús sabía lo importante que era para su pueblo que llegara el Espíritu Santo, por eso en Juan 14:16 dice “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre”. Podemos entender que este Consolador no estará con nosotros solo por un momento, sino que será para siempre. En esta celebración de Pentecostés esperamos que llegue el fuego por el Espíritu de Dios y que nos llene.

Más adelante en Juan 14:26-27 dice “Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da”. Dios sabe que necesitamos del Espíritu Santo para poder ser más que vencedores y por eso Jesús les da instrucciones de quedarse en Jerusalén hasta recibir la promesa y nosotros tenemos al Espíritu Santo desde el día que conocimos a Cristo como nuestro salvador y decidimos arrepentimos, nos ayuda en las debilidades y en los momentos difíciles.

Quiero resaltar 5 cosas importantes que necesitamos tener mientras esperamos el día de Pentecostés, dos de ellas las encontramos en Hechos 1:4 que dice “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí”. Lo primero que tenemos que tener es “estar juntos”. Como segunda cosa, dice también el versículo que “les mandó” y ellos obedecieron, lo que significa obediencia. Entonces, si queremos el poder del Espíritu debemos mantener la unidad y ser obedientes.

Luego en Hechos 1:14 “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos”. En tercer lugar tenemos la perseverancia. Si aún no has sido bautizado por el Espíritu no desmayes, persevera, porque es una promesa para ti y para mí. Dios lo que promete lo cumple.Persevera en obediencia.

La cuarta cosa que me trajo el Señor a considerar para este Pentecostés es que dice este pasaje es “en oración”. Es necesario antenernos en oración, donde nos encontremos. Como último podemos leer que la Biblia dice “que esperasen la promesa” esto implica fe.

Tenemos que alimentar estas 5 cosas en el nombre del Señor Jesús, recibiremos el poder porque somos obedientes, perseverantes, nos mantenemos en la unidad, estamos en oración y tenemos fe, se cumplirá que vendrá el Espíritu de Dios a nosotros y su presencia brillará en nuestras vidas porque ese día de Pentecostés llegará y estaremos ungidos de su poder para hacerle frente a los momentos difíciles,los momentos que no tengamos esperanza.

Oración: Espíritu Santo, yo sé que tu estas aquí, quiero una porción doble de ti, lléname.

Hno. Sabino Espinoza

Culto de Ministración del Espíritu Santo

10 de Junio de 2014

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Salmo 84:5-7 “Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion.” Vamos a reflexionar en 4 cosas que suceden en la vida de los que confían en el Señor según este salmo.

Lo primero que dice ese texto es que va a ser bienaventurado. Ésta es una persona que le va a ir bien, que está feliz, que los demás pueden reconocer porque van a ver cómo le va bien, así que usted es bienaventurado cuando confía en el Señor, Salmo 73:28 “Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.” ¿Cuántos han puesto su esperanza en el Señor? Usted va a contar muchas misericordias de lo que Dios hará en su vida si pone su esperanza en el Señor.

Lo segundo que sucederá es que cuando una persona tiene a Jesucristo no importa lo que pase, no sólo será bienaventurada, sino que va a transformar ese valle de lágrimas en fuente, y se evidenciará que por allí pasó un hijo de Dios. Una fuente es muy distinta a un pozo, un pozo contiene agua, mucha o poco pero tiene agua, una fuente es un lugar de donde fluye agua con fuerza, con poder que demuestra que allí hay vida. Los que creen en Jesucristo dice la palabra que «de su interior correrán ríos de agua viva».

Tercero, irán de poder en poder, así que todo lo bueno que anhela es posible, por eso va de poder en poder, de gloria en gloria, de bendición en bendición, estábamos en un mundo que decía: “no podemos” pero ahora tenemos una Biblia que dice que vamos de poder en poder.

Y por último, dice que verán a Dios, ¡veremos a Dios!, vemos a Dios en todas las circunstancias, así que vamos a ver la Gloria de Dios. El salmista dice “Me hubiera yo desmayado sino creyese que voy a ver la bondad de Dios” usted va a ver al Señor también.

Dice la palabra que el hombre o la mujer que confíe en Dios, ese va a ser bienaventurado, va a ir de poder en poder, todo le será posible y, por último va a ver a Dios. Una condición muestra el Señor aquí y es que confíen en Él.

Si usted está conociendo al Señor en este momento, estas cuatro cosas pueden suceder en su vida: acepta al Señor Jesucristo como Señor y Salvador y ya no estarás necesitado, las lágrimas se convertirán en risas.

Sólo haz esta oración: Señor Jesucristo, sé que tú eres el hijo de Dios y moriste en una cruz porque me amas y yo quiero pedirte perdón por mis pecados y pedirte que entres en mi corazón, transfórmame, yo confío en ti, quiero que vengas a mi vida y seas mi Señor, me arrepiento de mis pecados y te acepto como mi Señor y Salvador y traigas a mi vida estas bendiciones que tú dices.

Hno. Santos Fuentes

Culto de Ministración del Espíritu Santo
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Isaías 43:1-2 “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.”

Es una tremenda palabra, es una promesa de Dios y quiero reflexionar en la primera parte que dice “Así dice Jehová”, es bueno saber esto, saber que es Dios mismo el autor de esta palabra mencionándose así mismo allí, es una palabra buena y fue buena para el pueblo de Israel que en ese momento estaba viviendo una situación difícil, el Señor estaba permitiendo que fueran a cautiverio pero Dios le decía a su pueblo que aunque estaba permitiendo esto les traería bendición.

El pasaje bíblico dice: “Ahora dice Jehová”, el Señor está reconociendo que su pueblo se había equivocado, que había ido tras otros dioses, que había desobedecido pero “ahora” cambiaría esa situación, y ese “ahora” podría interpretarse como que la palabra de Dios es viva, eficaz y para siempre, transformándose en tiempo presente continuo y fue buena palabra para el pueblo de Israel pero es buena para ti hoy.

La segunda frase es “No temas, yo te redimí”, redimir significa que estabas en esclavitud pero ya no lo estás, el pagó el precio por ti, el envió a su hijo unigénito y el precio de tu libertad fue la vida de su hijo, su sangre, así que hoy dice Jehová: “no temas, yo te liberté” y también dice “yo te puse nombre”, lo que quiere decir que ese nombre que tu llevas no es por casualidad, fue Él quien te pensó, conoce tu nombre de manera muy personal, íntima, hay una relación que el quiere establecer y profundizar contigo, “yo te liberté, yo te puse nombre”.

Seguidamente, el Señor dice “Cuando pases por las aguas yo estaré contigo, y si pasas por los ríos no te ahogarás”, no estamos exentos de problemas, ¿Sientes que estás pasando por las aguas? Esta palabra es para ti, Él te dice: Tranquilo, déjamelo a mí, tu estás pasando por allí pero tu eres mío, yo te conocí, yo te liberté, yo pelearé por ti, así dice el Señor, cuando pases por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

Quizás estás pensando que estás sólo y estás en medio de una situación de enfermedad, separación, tormentas, soledades, pero el Señor te dice: No estás sólo, aunque estés pasando por esta o aquella situación, yo estoy contigo y no te desampararé, no temas. Preparando esta palabra encontré que el Señor dice en la Biblia, “no temas” 365 veces, y me maravillé porque pensé el Señor es fiel, 365 veces, igual que el número de días del año, hay un “No temas” para cada día del año.

No temas porque yo te redimí, yo te compré, yo estoy contigo y como lo hizo en la Biblia hoy lo hace contigo. El Señor le dijo “No temas” a Abraham “yo soy tu escudo”, y le dijo a Moisés “no tengas miedo porque en tus manos lo he entregado”, le dijo a Josué “no temas porque Jehová tu Dios está contigo”, le dijo a Jeremías “no temas delante de ellos porque yo voy delante de ti”, “no temas sino habla y no calles” le dijo a Pablo, así que habla que Dios está contigo, “no temas porque estoy contigo, yo soy el que vive, el alfa y el omega y estoy contigo”, le dijo a Juan, “yo estoy contigo y estoy por ti” te dice el Señor.

Oración: Padre Santo, Padre bueno, Señor, tu palabra me dice hoy que no debo temer, Señor y he estado temeroso atravesando una situación pero ahora siento que no estoy sólo, ahora puedo descansar en ti porque sé que tu estás por mí, tomo tu palabra, me reconforto para seguir adelante y te doy gracias por lo que harás en mi. Amén.

Hno. José Zabala 

Culto de Ministración del Espíritu Santo

27 de Mayo de 2014

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Lucas 6:8 y 10 “Mas él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie. Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada”.

Lo primero que le dice Jesús a éste hombre es  ¡Levántate!, ¿Qué pasa cuando te levantas? Cuando te levantas en la circunstancia en la que estás, observas todo desde otro punto de vista, al levantarte le dices “Señor aquí estoy”, uno se levanta para ser objeto receptor de la gracia y poder de Dios, para decirle “Estoy dispuesto a hacer lo que tu quieres”, le dices “Señor, aquí estoy yo”.

En el antiguo testamento Dios le dijo a Abraham “Levántate y ve por la tierra a lo ancho y largo porque a ti te la doy”, a Lot le dijo “Levántate y sal con tu familia porque voy a destruir este sitio”, el Señor le dijo a Agar “Levanta y alza a tu joven Ismael porque yo haré de él una gran nación”, el Señor dijo a Josué “Levántate y toma la tierra de Canaán, la tierra de leche y miel que yo te daré para que la poseas”, cuando Elías se ocultó en una cueva, el Señor se le acercó y le dijo “Levántate y vete a donde la viuda de Sarepta y yo ahí te voy a sustentar”, “Levántate y pregona arrepentimiento” le dijo Dios a Jonás para que lo hiciera, al paralítico le dijo Jesús “Levántate, toma tu cama y llévatela a tu casa”, a la hija de Jairo, un cuerpo lleno de muerte le dijo “niña a ti te digo, levántate” y cada vez que Dios te dice ¡Levántate! está esperando que tu hagas eso, dejes de sentir lástima por ti mismo y en medio de tu situación te levantes ante Él para que sus ojos se posen sobre ti.

La segunda frase que se le dice Jesús a este hombre que tiene la mano seca  es “Ponte en medio”. Cuando uno se pone en medio de algo uno se convierte en la médula, el núcleo de la circunstancia en la que Dios va a actuar, cuando uno está en el centro uno se convierte en el centro del poder de Dios, para que todo el que vea y te conozca sepa que quien hizo eso en tu vida no fue otro sino Dios. Cuando tú te paras en el medio de tu circunstancia le estás diciendo a las personas: “Vean lo que está sucediendo en mi vida, entiendan y deduzcan que esto no es otra cosa que la mano de Dios sobre mí, soy testimonio vivo de que Dios existe, que es, y nunca dejará de ser”.

Dios le dijo a Moisés “Pon el pueblo en medio del mar rojo”, y el pueblo al lanzarse en medio del mar, el mar se abrió y anduvieron allí en seco, si lo hizo con ellos, también puede tomar tu vida y hacerte cruzar en seco en la victoria de Dios.

¡Levántate! ¡Ponte en medio! Y lo tercero fue ¡Extiende tus manos! Cuando tu extiendes tus manos, lo haces para pedir perdón y misericordia, lo hacemos para indicar que yo no puedo hacer nada pero tu puedes hacer todo en mi vida, para decirle “Me rindo ante ti, ven con tu gloria inmensa, actúa tú porque yo no lo puedo hacer”. Cuando extendemos las manos es porque creemos que Él hará prodigios, porque impartirá el don de su Espíritu Santo y hará estremecer hasta la médula misma de nuestra existencia.

Moisés extendió sus manos y todas las aguas de Egipto se convirtieron en sangre, volvió a extender sus manos y salieron multitud de ranas en Egipto, extendió sus manos y cayó granizo, extendió sus manos, se hicieron tinieblas, en medio de la batalla extendía sus manos y ganaban, a este hombre Jesús le dijo “Extiende tu mano” y su mano fue restaurada.

Entienda bien pueblo, cuando te levantas, cuando te pones al medio y extiendes tus manos, cosas suceden, cuando las extiendes en la dirección correcta el cielo se estremece, retumban las nubes, los ángeles se mueven y el viento recio de su presencia cae, se desploma, imparte del poder de su gracia en medio de nosotros, Dios te está llamando y te está diciendo ¿Hasta cuándo? Es tiempo de que te levantes y te pares firme, en medio aquí conmigo, deja de levantar tus manos hacia otra dirección, ¡Levántate, ponte en medio y extiende tus manos hacia el único que puede! Y aunque otros no te tocaren, ten la seguridad que Dios si te tocará y cambiará tu situación de muerte a vida.

 Oración: Padre, en el nombre de Jesús, que tu accionar y tu presencia sople con el aliento de tu gracia  y éste sea como una ola del mar sobre ellos, que vengas con poder sobre cada vida. ¡Amen!    

 José Gregorio Ferreira 

Culto de Ministración del Espíritu Santo

20 de Mayo de 2014

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Efesios 3:20-21 “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”.

Lo que nos esta diciendo el Señor es que Él es mucho más de lo que usted tiene esta noche, porque Él es poderoso, Él se movía y todo estaba desordenado y vacío, todo estaba oscuro, no se si alguna de estas palabras te identifican, desorden, miedo, enfermedad, cosas que agobian y hacen pequeño el corazón, cambian el carácter y traen emociones negativas, dice la palabra que al comienzo el Espíritu se movía sobre la faz de las aguas, y comenzó a haber orden, cambio y transformación, Él puede transformar, cambiar, colocar firmeza y seguridad, Él es el salvador, el que entró en el asno triunfante, aquel que se acordó de Noé después de estar 40 días bajo un aguacero y después de 150 días de agua, se acercó para sacarlo a el y toda su familia, es el mismo Dios de ayer, es el mismo Dios de hoy y es el Dios tuyo, es el Dios que abre las puertas y el corazón para que tu seas sano y seas libre, por eso entramos por estas puertas con acción de gracia y con alegría exaltando el nombre del Señor.

Aquel que le dijo a Abraham: “Sal de tu casa, de tu parentela, yo te voy a bendecir y en ti serán benditas todas las naciones”, Él es poderoso, dígale a su necesidad Él es mas poderoso que mi necesidad, aquel que se acercó 450 años después de Abraham a un pueblo oprimido, enfermo, esclavizado para hacerlo libre y que alabaran el nombre del Señor, ¿Cómo no lo va a hacer contigo?

Aquel que en el año 1979 le dijo al Pastor Samuel Olson, te daré el teatro Lincoln, y hoy es un centro de alabanza de el nombre del Señor Jesucristo, yo puedo decir muchas cosas de aquel, pero ese aquel esta aquí para sanarte, para liberarte, para traer paz a tu vida, así que esta semana es una semana de triunfo,  una semana donde la muerte fue destruida, donde el pecado fue vencido, donde las tinieblas fueron opacadas, donde Jesús resucitó de los muertos, está sentado a la diestra de Dios, y esta aquí impartiendo su gracia y su bendición, alaba el glorioso nombre del Señor, ¿Qué no puede hacer el Señor?.

Sal confiado de la mano del que es poderoso para ir mas allá de lo que puedas entender, a Él será la gloria y la alabanza.

Santiago Montero 

Culto de Ministración del Espíritu Santo

15 de Abril de 2014

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Hay algunas situaciones que todos enfrentamos, muchas veces he enfrentado situaciones en las que simplemente no veo los resultados, no encuentro salida a ciertas cosas que me han pasado, digamos que sé cual es el problema, tengo identificada la situación, sin embargo no se como llegar a la raíz del asunto, a lo que produce el malestar, a veces tengo la frustración de que las cosas siguen igual y la situación me sigue molestando, buscando cambios en la vida, cambios de conductas, de actitudes y las cosas parece que se arreglarán temporalmente pero vuelve a suceder, ¿seré sólo yo?, son cosas que nos pasan día a día y yo quiero compartir contigo una acción del Espíritu Santo, porque creo que el Espíritu Santo quiere entrar en lo mas profundo de tu corazón y entrar a lo más profundo de tu voluntad y tomar aquello que está allí que hace nudo en nuestra alma, que hace nudo en nuestro espíritu y que nos enferma, y nos mata.

Dios es bueno, y sabe nuestra situación, conoce lo que estamos pasando y por eso nos dejó en las escrituras enseñanzas que nos pueden ayudar a solucionar estas cosas y quiero leer 2da. de Reyes 2, Dios sabía de los habitantes de Jericó, que estaban pasando una situación bien difícil que se le presenta a Eliseo, un problema al que no encontraban solución, pero Dios tenía la palabra para Eliseo, 2da. de Reyes 2:19-22 “Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en donde está colocada esta ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son malas, y la tierra es estéril. Entonces él dijo: Traedme una vasija nueva, y poned en ella sal. Y se la trajeron. Y saliendo él a los manantiales de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así ha dicho Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad. Y fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo”. 

La situación es sencilla de entender, Eliseo estaba en la ciudad de Jericó, estando allí la gente tenía un problema y le plantean la situación aprovechando su visita, “las aguas son malas”, por lo tanto la tierra no era productiva, no le estaban pidiendo una solución necesariamente, y muchas veces nos pasa así, nos vemos bien, tenemos una buena actitud, tenemos una buena posición, un buen trabajo, incluso un buen ministerio y una buena familia, las cosas se ven bien, pero hay cosas que no producen el resultado que estamos esperando, hay cosas desajustadas que debemos arreglar, hay algo en la raíz que no está bien, las aguas son malas, ¿Qué hace Eliseo?, el pudo consultar a Dios, Eliseo busca una solución sencilla, dice búsquenme una vasija nueva, no contaminada, y a esa vasija nueva pónganle sal, y dice la escritura que Eliseo fue hasta las fuentes de las aguas, hasta donde estaba el manantial, las aguas eran malas pero dijo llévenme a la raíz del asunto, a donde mana el líquido, y entonces Eliseo vierte la sal y dicen las escrituras que las aguas fueron sanadas a partir de ese momento.

Hay situaciones en nuestra vida que no se resuelven con acciones externas, necesitamos que el Espíritu Santo meta su sal, vierta la sal que es la palabra y el Espíritu en la raíz del asunto, que toque lo mas profundo, y ahí hay verdadera sanidad, comienza a operarse sanidad desde lo mas profundo de nuestro ser, y todas aquellas cosas que nosotros arrastramos producto de situaciones de pecado, de malas conductas, de amarguras, de malas actitudes, todas estas cosas se queman ante la sal del Espíritu Santo, así que no se trata de corregir lo externo, necesitamos que se sanen los manantiales de nuestra vida. Cuando esa sal queme el espíritu, muchas cosas cambiarán porque cuando Dios sana el corazón, lo sana permanentemente y dice la palabra que nunca más será en ella causa de enfermedad y de muerte, nunca más, por causa de algo que no esté bien dentro del corazón. “Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de vida” Proverbios 4:23.

Céntrate en el nombre de Cristo, Cristo, Poderoso nombre, nombre como no hay otro nombre, nombre ante el cual se doblará toda rodilla, Cristo, Jesucristo, Nombre glorioso, es el nombre majestuoso y en el nombre de Jesús los cuerpos se sanan, los corazones son restaurados, el alma se libera ante el glorioso nombre de Cristo, exaltamos a Cristo, elevamos a Cristo, y a ti Cristo queremos ver, bienvenido Cristo, poderoso Cristo, te amamos Jesús.

Renzo Salazar

Culto de Ministración del Espíritu Santo

22 de Abril de 2014

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