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Domingo 29 septiembre 2013

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EMBAJADORES DE CRISTO

Un embajador es un representante oficial de un país en otro. Como creyentes, somos embajadores de Cristo, enviados al mundo con su mensaje de reconciliación y una responsabilidad muy importante, que debemos cumplir de manera comprometida, no superficial. Cuando confiamos en Cristo, hacemos un trato: nuestros pecados por su justificación.

Nuestro pecado fue vertido en Cristo cuando fue crucificado. A esto nos referimos los cristianos cuando hablamos del sacrificio de Cristo por el pecado. En el mundo se negocia cuando dos personas intercambias bienes de valor equivalente o relativamente iguales, pero Dios ofrece cambiar su justicia por nuestros pecados, algo de valor inmensurable, por algo que no vale nada.

El Apóstol Pablo llevó una vida de imitación de Cristo, fue un embajadoren nombre de Jesús. En la segunda carta a los Corintios 5:20, nos indica: “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros, os rogamos en nombre de Cristo: reconciliaos con Dios”. Cristo nos cubrió con su sangre, nos dio su poder para que no pecáramos. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. 2 Corintios 5:21. “Así, pues, nosotros como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable: he aquí ahora el día de salvación”.

Cuando Pablo predicaba la palabra de Dios, lo minimizaban, lo atacaban, pero él se mantenía firme al llamado que Dios le hizo en Cristo. “No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio  no sea vituperado; antes bien nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias”. 2 Corintios 6:3. Pablo pedía que lo imitaran a él, como él imitaba a Cristo.

Si somos creyentes, estamos siendo observados por todos, somos un modelo para los demás. Nuestras acciones las medimos en el espejo de Pablo, para transitar el camino que él marcó y no tener ninguna ocasión de tropiezo. Sólo con autoridad moral y espiritual, la palabra proclamada se integra a nuestra forma de vida. Somos diferentes desde el mismo momento que aceptamos a Cristo en nuestras vidas. Él nos cuida, no importando lo que el mundo  piense de nosotros.

Los cristianos no necesitamos ceder a la presión o a la opinión pública. Pablo se mantuvo fiel a Dios aún cuando la gente lo aclamaba, como cuando lo condenaba. Se mantuvo activo, gozoso y contento, aun en las situaciones más difíciles. No permitamos que las circunstancias o las expectativas de la gente nos controlen. Mantengámonos firmes delante de Dios y neguémonos a comprometer nuestras normas de vida.

Estamos en el señorío de Cristo, luchamos contra los demás poderes. No es fácil, enfrentamos una lucha difícil, al oponernos a toda la maldad; pero con amor, perdón, gracia vivimos en perseverancia, con paciencia. No nos rendimos., porque la vida en Cristo tiene esperanza. A Pablo lo azotaron siete veces, sin embargo, nos dice que ni “en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos,
en ayunos; en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, en palabra de verdad; en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra; por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores,
pero veraces; como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo. 2 Corintios 6: 5 -10.

Los cristianos somos diferentes. Jesús nos cuida sin importar lo que el mundo piense de nosotros. Los cristianos no necesitamos ceder a la presión o a la opinión pública. Pablo se mantuvo fiel a Dios tanto cuando la gente lo aclamaba como cuando lo condenaba. Se mantuvo activo, gozoso y contento, aun en las situaciones más difíciles. No permitamos que las circunstancias o las expectativas de la gente nos controlen.

Mantengámonos firmes delante de Dios y neguémonos a comprometer sus normas de vida. No perdamos el gozo de la salvación. Tenemos el tesoro más grande de la vida: La Verdad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

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Domingo 22 de septiembre 2013

Tumb_22sep2013RECONCILIAOS CON DIOS

La segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios es autobiográfica, muy personal. En ella se pide a los Corintios que soporten “un poco de locura”. “Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros”. (2 Co. 5:13). Los falsos profetas hablaban sólo de las apariencias, no de lo que el corazón debía guardar. Predicaban por dinero y popularidad,  mientras que Pablo se dedicaba a mostrar lo que era la eternidad, de cómo el amor de Cristo controlaba sus vidas. Aconsejaba que no debían vivir más para agradarse a sí mismos, sino para agradar a Cristo, quien murió por nosotros, para hacernos nuevas criaturas.

El Espíritu Santo nos da una nueva vida en Cristo y ya no seremos más  las mismas criaturas. Hemos sido reformados, rehabilitados, reeducados; somos una nueva creación,viviendo en unión vital con Cristo. Dios nos reconcilia, borra nuestros pecados y nos hace justos. “Nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conoceremos así. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas  viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. (2 Co. 5:17).

Dios nos atrae hacia nosotros mismos, nos reconcilia, borra nuestros pecados y nos hace justos. Dejamos de ser enemigos, extraños o extranjeros para Dios, cuando confiamos en Cristo. Al reconciliarnos con Dios, tenemos el privilegio y el compromiso de animar a otros para que hagan lo mismo, y de esta manera ejercemos el Ministerio de
la Reconciliación.

Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomando en cuenta los pecados de los hombres y encargó a los apóstoles la palabra de la reconciliación. A través de esta exposición, Pablo definía su posición sobre la salvación por medio de la fe, en la obra redentora de Cristo. Quienes lo criticaban mezclaban la fe con cultos paganos, querían cambiar el evangelio. Pablo escribió cuatro versículos esenciales que resumen el evangelio de Cristo. “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”. (2 Co. 5:18,19,20)

Cristo es “el primogénito entre los muertos” (Colosenses 1:18). Jesús resucitó de la muerte y su resurrección prueba el señorío de Cristo sobre todo el mundo material. Todo aquel que confía en Cristo, también vencerá a la muerte y resucitará para vivir eternamente con Él. Por la muerte de Cristo en la cruz, Él ha sido exaltado y elevado a la condición que le correspondía, ya que Cristo es Señor del universo, es necesario que le demos el primer lugar en todos nuestros pensamientos y acciones. “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio
de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”. (2 Corintios 5:20).

Cristo quiso reconciliarnos. “Porque no me averguenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo
aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: “Mas el justo por la fe vivirá”. (Ro. 1: 16,17)

Estamos reconciliados con Dios. Si no confesamos nuestros pecados, sentimos el abandono. Nos sentimos separados de Dios. “Así que somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: “Reconciliaos con Dios”. (2 Corintios 5: 20)

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él”. (2 Corintios 5:21) No debemosrecibir la gracia de Dios en vano. Dios nos ha oído y nos ha socorrido para salvación. Usted decide si cree, si confía en que Cristo murió para que nuestros @las_acacias pecados fueran perdonados.

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Domingo 15 septiembre 2013

Tumb_15sep2013Vivir con sobriedad, respeto y honestidad

“Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Si alguien edifica sobre este fundamento con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la pondrá al descubierto, pues por el fuego será revelada. La obra de cada uno, sea la que sea, el fuego la probará. Si permanece la
obra de alguno que sobreedificó, él recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quema, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.”

(1 Corintios 3:11-15) Todo lo que hagamos como hombres y mujeres de Dios será manifiesto. ¿Qué es lo que hacemos? ¿Qué es lo que edificamos? ¿A qué nos dedicamos? ¿A edificar para lo temporal o para lo eterno? ¿Edificamos con la apariencia o con el corazón? ¿Cómo manejamos la vida que Dios nos ha dado?
Por tanto, “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres…”

(2 Corintios 5:11a), es decir, conociendo que nuestras obras serán probadas,
debemos cambiar nuestra forma de vivir; primeramente creyendo que nuestra salvación depende de la obra redentora de Cristo, sin embargo, lo que pueda granjear en la eternidad depende de lo que yo haga día a día en nuestras vidas. Vivir con respeto, sobriedad y honestidad. “…pero a Dios le es manifiesto lo que somos…”

(vs.11b) Recuerden que a la Iglesia de Corinto había llegado gente que estaba mezclando el evangelio con el pensamiento
del momento, mientras Pablo les recordaba el mensaje de salvación que él mismo les había enseñado sobre la salvación y la vida eterna. “… y espero que también lo sea a vuestras conciencias.” (Vs.11c) Por eso es importante que usted, esté atento de desechar de su vida todas esas maneras de vivir enfocadas en lo vano y lo pasajero.

“No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las apariencias y no en el corazón.” (vs.12) Si hoy lo que está de moda es “estar de moda”, le invito a discernir entre lo eterno y lo pasajero. Separar las apariencias de lo verdadero. “Si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros.” (Vs.13) Si en mi vida privada adoro al Señor con los dones lo hago para Dios.

Ahora bien, si lo hago en público, no lo hago para mí mismo, lo hago para glorificar al Señor. Si predicamos la enseñanza de la verdad es para que ustedes sean salvados y hechos de nuevo. Llevemos una vida cuerda, no una vida desordenada y con frenesí.

“El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” (Vs.14-15) El amor de Cristo es el motor de nuestras vidas. Ese amor es el nuevo centro de nuestras vidas. Es el amor que nos constriñe día a día porque sabemos que somos salvos porque, por amor, Cristo murió en la cruz por mí. Por eso lo amo y le sigo. Y es por eso que Usted cambió y su interés en la vida es la persona que está a su lado conozca al Señor y sea salvo.

Ya Usted no vive para Usted mismo, Usted vive para Cristo. “Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, pero el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos
a Jesús está en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que está en vosotros.” (Romanos 8:10-11) ¡Aleluya! Ese es el Espíritu que le da vida a usted.

Oración: Padre, quiero estar en Cristo Tu Hijo, confieso y creo que Jesús es mi salvador, perdona mis pecados, hazme de nuevo y ven en tu Espíritu a mi vida, en Cristo Jesús, amen

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Domingo 8 septiembre 2013

Tumb_08Sep2013Peregrinos de este mundo

(2 Corintios 5:5-10) Este pasaje nos revela varias verdades. Primero, esta palabra es la seguridad de que el Espíritu Santo está obrando cada día en nosotros y,  cuando seamos redimidos, nuestro cuerpo terrenal será transformado zompletamente para morar con el Señor para siempre. Por eso su cuerpo tiene valor, porque ha sido comprado por el Señor Jesucristo. Todo será y ha sido
redimido y estamos en ese proceso.

Segundo, esta palabra es seguridad de que toda esta transformación se da  continuamente en usted. Ahora bien, si usted es el mismo de hace diez años, entonces usted debe examinarse, porque el hombre y la mujer de Dios anhela transformarse día tras día. Tercero, esta palabra nos recuerda que Dios está con usted en todo momento, a través del Espíritu Santo. “Así que siempre vivimos
en plena confianza…” (Vs.6a) Si, vivimos confiados en Dios. Tenemos la seguridad de que vamos a un lugar donde estaremos con el Señor. “Aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo no estamos en el hogar celestial con el Señor.”
(Vs.6b) Si estoy aquí sin el Señor, mi anhelo es estar con el Señor. Es como el anhelo del venezolano que está en el exterior, está allá, pero está en la tensión de que tambiénquiere estar en su país.

“Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos.” (Vs.7) El hombre y la mujer de Dios vive con fe, porque no puede tocar ni ver al Señor, pero tiene la fe de que Él está con usted. Es una forma de vida en el que no lo puede ver pero confía en su palabra y su promesa, así que esta vida es un peregrinaje constante.

Vivo como nómada, como itinerante en esta vida hasta que vea la nueva Jerusalén. Vivir por la fe es ver por ciertos momentos aquella realidad que nos confirma la presencia de Dios en nuestras vidas. “Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo —quien es la vida de ustedes— sea revelado a todo el mundo, ustedes participarán de toda su gloria.” (Colosenses 3:3-4) Vivimos con la certeza de que cuando Él se
manifieste lo veremos finalmente. “Queridos amigos, ya somos hijos de Dios, pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga; pero sí sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es. Y todos los que tienen esta gran expectativa se mantendrán puros, así como él es puro” (1 Juan 1:2-3) Esta es nuestra esperanza.

Y mientras estamos en esa espera estamos en un proceso continuo de transformación de todas las áreas de nuestras vidas, por medio del acción del Espíritu Santo. Y si usted no vive esta realidad le recomiendo que se acerque al fuego. No sea como un carbón solitario apartado del fuego. Así usted comenzará a ser transformado por el gran poder de Dios hasta que usted sea purificado completamente.

¿Está usted consciente de esta transformación? (Vs.9) Aquí Pablo resumió el objetivo de nuestras vidas: Serle agradable
al Señor cada día. Y luego agrega: “Pues todos tendremos que estar delante de Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal.” (Vs.10) Es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el Tribunal de Cristo, pero no para salvación, sino para que cada uno reciba conforme a lo que uno haya hecho, sea malo o bueno, mientras usted estaba en este cuerpo.

¿Es usted agradable a Dios? ¿Hay conciencia de maldad en usted? ¿Está usted consciente recibirá galardones conforme a su vida? Oración: Señor, quiero serte agradable, quiero serte agradable a Ti mi Dios. Dame la certeza de que Tú me levantas y transformas cada día y que esta redención de Dios será realidad un día cuando Tú vuelvas. Señor, sé que Tú eres real en mi vida, y eso me hace vivir con fe y seguridad. Que yo sea instrumento de tus bendiciones. Que mi vida sea agradable para mí y para tí. Aleluya, Gloria a tu nombre Señor para siempre. Amén.

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Boletín domingo 1 septiembre 2013

Tumb_01Sep2013Nuestra habitación celestial

El Apóstol Pablo, en la Segunda Carta a Los Corintios, reconociendo que la cultura griega de ese pueblo, negaba la resurrección del cuerpo y que la mayoría consideraba la vida después de la muerte, sólo como algo relacionado con el alma; nos revela que sólo a través del Espíritu Santo, quien mora en nosotros de manera manifiesta, obtendremos vida eterna. El contrasta nuestro cuerpo terrenal, denominándolo “morada terrestre”, con nuestra resurrección, la cual describe
como “nuestra habitación celestial”, una casa eterna en los cielos.

Nuestra morada terrestre, nuestro cuerpo, se deshace, se convierte en polvo; sin embargo, para quienes estamos en Cristo, quienes somos morada del Espíritu Santo, nuestro cuerpo nos identifica, revela nuestra identidad (espíritu y cuerpo), intrínsecamente relacionados.

Jesús viene a morar en nosotros, a través del Espíritu Santo. Tendremos una nueva morada en Cristo: una casa no hecha con manos humanas, sino por Nuestro Señor Jesús. Una morada eterna, en los cielos. Allí viviremos con el Señor, por siempre; porque nuestros cuerpos resucitados serán hechos de nuevo, perfectos, para nuestra vida eterna. “Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial”.2 Corintios 5:2

Pablo describe nuestros cuerpos resucitados, constituidos por nuestras personalidades e individualidades, mejorados por medio de Cristo y su obra. Ya no tendremos más dolor, ni enfermedades, ni padeceremos de los males terrenales. El
Espíritu Santo en nosotros es la garantía de lo que Dios nos tiene reservado, un cuerpo revestido y eterno, que nos será
dado al resucitar. “Pues así seremos hallados, vestidos y no desnudos” 2 Corintios 5:3.

Tenemos eternidad, tenemos vida eterna en Cristo. Lo mortal que hay en el hombre, será absorbido por lo incorruptible, por lo eterno, en esta nueva realidad. “Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu” 2 Corintios 5:5 Seremos rescatados de los muertos y tendremos una nueva vestimenta. Ahora bien, cabe
preguntarse: ¿Es Ud. Morada del Espíritu Santo, o es sólo un deseo, un ojalá? ¿Podemos decir que tenemos la garantía de
ese mundo de felicidad, de ese mundo de lo eterno?

Recuerden que para aquellos que creemos en Cristo, la muerte sólo es el preludio a una vida eterna con Dios. Nuestras vidas continuarán, créalo y deje que esta esperanza le de confianza y lo inspire para ser un cristiano a tiempo completo. Si bien la vida eterna es un don gratuito, basado en la gracia de Dios, cada uno de nosotros será juzgado por Cristo.

Este juicio nos recompensará por la forma como hayamos vivido. El don de la gracia de Dios en la salvación no nos libra de la fiel obediencia. Todos los cristianos debemos rendir cuentas por la forma cómo hemos vivido. Entonces, vale la pena vivir con la certeza de la eternidad y vivir de tal manera que Jesús derrame en nosotros su esencia.

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Boletín domingo 25 de agosto 2013

Tumb_25ago2013Los Días Malos

Los creyentes siempre enfrentamos días malos, hostiles, de depresión. Tenemos que aprender a vivir de tal manera que podamos superarlos. ¿Cómo andar en los días malos? Para vivir, sabiamente, como cristianos, en esos días debemos
llenarnos con el Espíritu Santo y evitar andar como necios.

El Apóstol Pablo nos recomienda, en su Carta a los Efesios (5:17-21) que no
seamos insensatos, sino entendiendo cuál es la voluntad del Señor. Los cristianos debemos enfrentar esos días malos, no eludiéndolos, no evitando enfrentar los problemas o embriagándonos; por el contrario, en esos momentos abramos nuestro corazón al Espíritu Santo. Pablo contrasta la temporalidad que da la
embriaguez del vino, con el gozo duradero que produce la presencia del Espíritu Santo en nosotros. En Él encontraremos un gozo mayor, perdurable. Al someternos a su dirección y entregarnos a su poder, podremos superar las pruebas.

Cuando estamos tristes, decaídos, preocupados es muy difícil dar gracias, pero si nos proponemos a vivir llenos del Espíritu Santo, podemos lograrlo.

¿Cómo? Analicemos lo que significa este mandato: “Pónganse a vivir llenos del Espíritu Santo”.

1° Es un verbo imperativo. Un mandamiento. No se puede vivir dependiendo de las fuerzas humanas, por eso al tener al Espíritu Santo en nuestras vidas, el amor perfecto de Dios nos llena de tal manera que podemos enfrentar los problemas y el dolor.
2° Es un verbo conjugado en presente y en plural. La llenura del Espíritu Santo es para hoy. Así como hemos experimentado su presencia en el pasado, la renovamos cada día. En el presente, en el hoy. También es un verbo en plural. No incluye sólo a los líderes, ancianos, misioneros, sino a toda la iglesia.
3° Es un verbo pasivo. No ejecuta
la acción, sino que la recibe. Es un mandamiento coherente con la doctrina del Espíritu Santo, la tercera persona de La Trinidad. Este verbo es una invitación, un mandamiento. Nos instruye sobre qué hacer en los días malos.

¿Cómo hacerlo?
a. “Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”. Efesios 5:19. Hagámoslo no sólo con los salmos de amor, sino Incluyendo aquellos salmos con palabras
perturbadoras, que hablan de temor, de ira, de venganza. Hablemos con Dios con todos nuestros sentimientos, de manera honesta, diciéndole cuán vulnerables somos.
b. Este verbo en gerundio, este mandato, nos dice que cantemos y alabemos al Señor con nuestras oraciones. Alabándolo permanentemente y cuidando lo que dejamos entrar a nuestro corazón. Si bien es importante saber cuánto del Espíritu Santo hay en nosotros, no es menos valioso saber cuánto de nosotros tiene de Espíritu Santo.
c. “Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” Efesios 5:20. Dar gracias siempre, en cada momento, a cada hora; no sólo cuando todo salga bien. Busquemos y agradezcamos a Dios en lo grande y en lo pequeño. Él está presente siempre y todo está bajo su control. No nos dará pruebas más grandes que las que  podamos soportar.
d. Sometiéndonos unos a otros. Sujetándonos en el temor de Dios. Al respecto, Efesios 5, a partir del versículo 22, detalla las obligaciones de las casadas, de los maridos, que debemos leer y entender; conocer nuestras  responsabilidades, nos fortalece. Estudiemos los versículos relativos a los hijos, los cuales tienen promesa; los de los amos que hablan de sus responsabilidades y también los de los siervos; los de la Iglesia, como miembros del Cuerpo de Cristo.

Dios no hace acepciones. El ha puesto en perfecto equilibrio beneficios y privilegios. Dispongámonos a vivir en el  Espíritu Santo, con transparencia, cantando, dándole gracias, sometiéndonos unos a otros. En la vida cristiana luchamos diariamente contra las fuerzas malignas y, para contrarrestar sus ataques, debemos depender de la fortaleza de Dios.

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Boletín 18 de agosto 2013

Tumb_18Ago2013NO DESMAYEMOS

“Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias  sobre abunde para gloria de Dios”. 2 Corintios 4:15

El apóstol Pablo decía que desde que su corazón fue tomado por el Señor, su vida fue transformada. Entendió que su salvación estaba en Cristo y se dispuso a padecer para que otros pudieran tener el tesoro que él tenía. Servía de manera voluntaria a la Iglesia de Corinto y Cristo era el centro y la razón. Los habitantes de Corintio, tenían una cultura que rechazaba la existencia de Dios, de ese Dios que se manifestó en Cristo crucificado.

Pablo tenía la salvación, el nuevo pacto, la sangre derramada. Dios nos usa para difundir las buenas nuevas y nos da poder para cumplir con su obra salvadora. Es fácil desmayar. Todos enfrentamos problemas en nuestras actividades diarias, que nos inducen a pensar en abandonarlo todo. Antes de rendirse, cuando la persecución arreciaba, Pablo se concentró en experimentar la fortaleza interior proveniente del  Espíritu Santo. No permitamos que la fatiga, el dolor o la crítica, nos lleve a abandonar la tarea.

Dios nunca nos abandona. Cristo obtuvo la victoria sobre la muerte,
por eso tenemos vida eterna. Todos nuestros sacrificios, pruebas, dolor
y pesar, son oportunidades para demostrar el poder y la presencia de Jesucristo en nosotros. Vivimos en una sociedad sumamente materialista, que no se detiene a ver lo que no se puede ver a simple vista, que cuestiona el creer y sigue corriendo en busca de no se sabe qué. Para quienes creemos en Cristo, la muerte es sólo el comienzo de la vida eterna. Hay un anhelo en nosotros, el deseo de esa vida eterna. Sabemos que la vida no termina con el último suspiro, porque tenemos el sentimiento y la necesidad de trascender, la promesa de la eternidad. Y ¿cómo pensar en la gloria?

Pablo destacaba la importancia de nuestra dimensión espiritual y aconsejaba reforzarla no mirando las cosas que se ven, sino las que no se ven; porque las que se ven son pasajeras. Tenemos que aprender a vivir como queremos ser, con la
perspectiva de lo eterno, lo espiritual, y sin desmayar. Aunque nuestro cuerpo se desgaste, se afecte porque es finito, nuestra vida interior debe renovarse constantemente.

Quien está en Cristo y ha sido hecho nueva criatura, tiene todos los recursos para fortalecer y renovar su vida interior; si no lo hacemos, nos secamos, muere nuestra espiritualidad. Si no nos renovamos, no trascendemos. Hay que alimentar el alma, no dependiendo de las experiencias de otros, sino renovándonos día a día, con la palabra de Dios. ¿Cómo?  Teniendo intimidad con Dios, hablando con EL. Leyendo y entendiendo su palabra, degustándola y digiriéndola.

Todo lo que Pablo hizo fue para honrar a Dios. El amor de Cristo controlaba su vida. Si no pasamos por la aflicción, no obtendremos resultados. El artista, el herrero, el deportista, todos, así como hacemos en nuestra profesión, debemos forjarnos en la vida cristiana, en la obediencia, en aprender las lecciones espirituales. La recompensa es la eternidad.
Tenemos una responsabilidad con otros, enseñarles que podemos vivir con Dios por toda la eternidad. Darles la oportunidad de decidir lo que quiere hacer con su vida y hacerlo con amor. 2 Corintios 5:15

Si no pasamos por la aflicción, no obtendremos resultados.¿Dónde tienes tu mirada puesta? ¿Cuál es tu visión de vida, cuál tu misión? Enfrentar lo desconocido origina ansiedad, pero al creer en Jesucristo, podemos tener la misma certeza de Pablo: hay vida eterna en Cristo. “Por tanto, no desmayemos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva día a día”. 2 Corintios 4:16

Preguntémonos: ¿Cómo será vivir en la gloria de Dios eternamente y para siempre, o acaso prefiere usted pasar su vida rodeado de oro, de joyas con muchos quilates y sin vida eterna? Piénselo.

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Boletín 11 de agosto 2013

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¡SOMOS VASOS DE BARRO!

“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” En la carta de Pablo a los hermanos de Corinto nos muestra que había gente que se creían muy especiales con mayores poderes que otros. Se creían más que otros, pero la realidad es que no hay tal característica, todos somos vasos de barro, todos hemos salido de un mundo de oscuridad espiritual a la luz gloriosa del Evangelio del Señor.

Todos venimos de allí y es el Señor quien nos nivela y hace entender que todos somos hermanos y no hay preferencia de Dios para con ninguna
persona; sino que el Señor nos ha hecho por su obra en la cruz. Hjos de Él, hermanos en Cristo a quienes Él ha llamado y nos ha dado a todos la presencia de su Espíritu Santo y va forjando su voluntad y su propósito en la
vida.

Este vaso de barro lleva el conocimiento de la luz de Cristo. Porque entendemos por obra del Espíritu Santo lo que la palabra ha traído a nuestras vidas, porque Dios en su misericordia nos llamó y nos mostró su gracia,
porque sí creemos en Jesucristo y su obra redentora en la cruz del calvario desde ese momento Dios nos salva, porque entiendo la gloria de Dios y puedo decir glorificado sea el Señor, eso es increíble porque se comienza a generar la vida de Dios en cada uno de mi vida y no soy más que un vaso de barro y no tengo nada de que gloriarme y eso me hace a mi responsable para con todos los que yo conozco, que ellos lleguen al mismo conocimiento del evangelio, al mismo conocimiento de la gloria
de Dios. ¿Sabe de alguien que no conoce a Cristo? ¿Sabe de alguien que no conozca la luz del evangelio? ¿Oras por él?  Piensas en esa persona? ¿Buscas la manera que esa persona pudiese conocer, creer y hablar de Jesús? ¡Somos  esponsables de que esa persona llegue a conocer a Jesús! Eso significa que mi vaso de barro necesita llevarle a esa
persona ese conocimiento. Soy vaso de barro y necesito caminar con ello para que la excelencia del poder sea de Dios y no del hombre, ¡Pura gracia de Dios!

Tenemos que andar con cuidado y dar siempre la gloria a Dios por todo lo que podemos hacer por medio de su gracia y no creer que soy mas especial. “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;  perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas
partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.2 Corintios 4:7-10

El Señor nos levanta nos guarda y nos libra, nos fortalece y nos da esperanza porque solo en el tenemos vida,nos llama a llevar u palabra, porque el evangelios de Cristo es poder para salvación, llega el momento que tenemos que entender que vivir en Cristo tiene sus bondades y dificultades. ¿Amas a Jesús? Alábale para siempre con plena libertad, no obstante lo difícil del momento actual el hombre y la mujer de Dios sabe que vivirá eternamente con Dios y le alabara
por siempre y le bendecirá para siempre junto con todos aquellos que le han conocido, la gloria de Él se desbordar en aquellos que le creen, que hablan, que saben y que viven la vida de Cristo.

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Boletín 4 de agosto 2013

Tumb_04ago2013¡Gracias Señor!

Es bueno e importante ser agradecidos. Si leemos el milagro de sanidad de los diez leprosos por Jesús (Lucas 17:11-19), vemos como cada uno de ellos reaccionó de una manera distinta, sólo uno de ellos se regresó y agradeció a
Jesús por haberlo sanado. Por eso, apartamos el día de hoy para darle gracias a Dios por las cosas maravillosas que Él ha hecho en nuestras vidas. “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros” (2 Corintios 4:7), a la larga descubrimos que somos pueblo de Dios porque Él lo hizo. Somos vasos de barro que contienen la gloria de Dios.

“Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo
y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza.

¡Alabadle, bendecid su nombre!, porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones.”(Salmo 100) Tenemos
muchas razones para ser agradecidos con Dios: Dios es bueno con nosotros; Dios es misericordioso y; Dios es fiel a su propia palabra que es la Verdad. Por eso el mismo Juan escribió: “…El que permanece unido a mí, y yo unido a él da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada.Juan 15: 5 Con esto en mente, recordamos ese 31 de julio de 1954 cuando en una pequeña y humilde casa en el centro de Caracas tuvimos nuestro primer servicio, éramos un grupo pequeño y familiar. Desde ese día hasta ahora, hemos vivido por muchas experiencias, pero en todas ellas hemos visto la gloriosa mano de Dios, y por eso hoy estamos agradecidos.

La historia de esta iglesia es nuestra historia. Luego estuvimos en Roca Tarpeya, después en la quinta Las Mercedes y más adelante en un local en Prados de María. En el año 1975 nos mudamos a la Quinta La Trinidad donde continuamos
creciendo, con obras sociales para levantarles sus casitas a los hermanos más pobres de la iglesia. De la quinta La Trinidad pasamos a este lugar, el cine Lincoln en el año 1980. Y aquí continuamos creciendo y creciendo. Dios nos permitió luego remodelar este templo.

Con todo esto hemos visto la gloria de Dios que habita en estos vasos de barro ¡Aleluya! Cierre los ojos y piense en su propia historia, todos los momentos que ha vivido, bendiciones, pérdidas, ganancias, momentos difíciles, relaciones
restauradas, sanidades y milagros… Fíjese en lo que Dios ha hecho y hace en su vida cada día. Dele gracias a Dios porque lo tiene a Él. Porque su vida está anclada y asegurada en Él. ¡Aleluya!

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Boletín 28 de julio 2013

Tumb_28Jul2013La gloria de Cristo en nuestras vidas

“Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que
hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios. Por el contrario, manifestando la verdad, nos recomendamos, delante de Dios, a toda conciencia humana delante de Dios. Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto en los cuales el dios
de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la
imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, a Jesucristo como Señor y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mando que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en
la faz de Jesucristo. ” (2 Corintios 4:1-6)
¿Qué significa ese “no desmayamos? Leamos unos pasajes más adelante: “que
estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no
destruidos.” (Vs.8-9) Todo aquel que está al servicio de Cristo, sabe que
es una vida de luchas y tribulaciones, de mucha paciencia y necesidades.
“Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias, en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos… como desconocidos, pero bien
conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.” (2 Corintios 6: 4-10)

¡Qué increíble vida! Pablo nos quiso decir: Aguantamos todo eso pero aún seguimos de pie ¡Aleluya! Todos como  cristianos hemos pasado por estas mismas situaciones y hemos reconocido quiénes somos y nos hemos mantenido de rodillas ante el Señor. Cuando llegamos a los pies de Cristo, nuestras vidas se transforman en una vida de servicio a otros por amor a Dios. Es una conversión emocional y espiritual. Pablo hace especial hincapié en la obra redentora de Jesucristo en la cruz, porque en ese momento había unos cuantos que estaban sembrando confusión y artimañas
para tergiversar y desvirtuar la realidad del evangelio. Por eso Pablo les recordaba que ellos le habían enseñado el verdadero evangelio.

Por eso, cuando Usted peca y pierde el rumbo, se siente extraviado, perdido y desesperanzado. Jesús es la luz y la verdad, y cuando llega a la vida de las personas que creen, hay luz, claridad, perdón y libertad; y nadie puede cambiar esa verdad por ningún engaño ni argucia, porque la verdad nos hace libres en el nombre de Cristo el Señor. Lamentablemente, muchos no entienden esta verdad porque el dios de este mundo los mantiene en tinieblas. “Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera
en los hijos de desobediencia.”(Efesios 2:1-2)

Hombres y mujeres siguiendo pensamientos impuestos por el espíritu satánico que opera en los hijos de desobediencia,de aquellos que abiertamente se han revelado y no quieren creer en Dios. Este es un espíritu de desobediencia, de rebeldía, de confusión, de rechazo, de violencia, caótico y de destrucción; y hace que el ser humano se rebele. Y cuando finalmente la gloria de Dios llega a nuestras vidas, toda esa confusión, violencia y rebeldía se va y la luz de su Gloria brilla en nuestras vidas.

¡Aleluya!
Oración: Señor, en Tú misericordia me confrontas y convences, por eso, yo te confieso como mi Señor y Salvador. Gracias Señor. Amén.

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