Ezequiel 16:3 “y di: Así ha dicho Jehová el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea. Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas. No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste. Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive! Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta. Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía. Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar. Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor.”
Este pasaje relata en forma de parábola del nacimiento de Israel, en el cual hace una comparación con el nacimiento de un bebé, un bebé abandonado. Al mencionar en la profecía la sal y la faja hace referencia a una práctica de la época utilizada para evitar infecciones, cuando habla de “arrojado al campo” manifiesta que si hubiese sido arrojado en un lugar público hubiese tenido la posibilidad de nacer, y aquí vemos la gran misericordia de Dios, que no importa lo sólo y abandonados que estemos, Él se va a encontrar con nosotros en ese lugar.
Israel como nación vivió, pero estaba en su desnudez, en su pobreza, como lo manifiesta diciendo “y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo” hoy, ante la situación que tengas el Señor pone el manto de misericordia sobre ti nuevamente, porque Él te visita. Dios no sólo cubrió la desnudez de Israel sino que dio juramento, así mismo te da una promesa también, hace 2.000 años envió a su hijo amado y estableció un pacto eterno, para sanarte y restaurarte.
El Señor limpió con agua y puso aceite sobre Israel, asimismo el Señor quiere limpiar tu vida y sellar con aceite. El aceite es un símbolo del Espíritu Santo, es la presencia de Dios, es la firma de la unción de Dios en tu vida. En la profecía, Ezequiel dice más adelante que Israel fue ataviada, adornada, calzada y le fue puesta una corona, le dio un lugar; quizás sientes que necesitas un lugar, Dios te dice que quiere darte un lugar y hacer pacto contigo, continúa diciendo que no sólo hizo estas cosas sino que comenzó a sobresalir entre las demás, cuando Cristo viene a nuestras vidas no somos iguales, la gente ve y se nota el cambio, la hermosura que los demás notaron Él te la quiere dar.
Israel no pidió ayuda, pero Dios se la dio, necesitaba vida y Dios le dijo: ¡Vive! Hay circunstancias difíciles pero Dios te dice: estoy junto a ti, no temas, yo estoy contigo, voy a cubrir tus necesidades y bendecir tu vida de modo que mi nombre sea resaltado en tu vida y otros puedan ver mí poder en tu vida, es una grandeza que no se puede comparar con la de nadie.
Cualquiera sea tu circunstancia, el Señor tiene la palabra para ti, quiere que tu vivas, su manto de misericordia y de gracia se extiende hoy sobre ti, ya no vas a estar desamparado, en angustia, ni soledad por Él se ha acercado a ti, y hoy te lava con su palabra, y quita de ti la vergüenza, la culpa, y la tristeza, y ahora envía su Santo Espíritu sobre ti, recíbelo, hoy te dice: Vive, no vas a perecer, no te vas a quedar en tu circunstancia, vas a ser reconocido por sus misericordias sobre tu vida.
Santos Fuentes
Culto de ministración del Espíritu Santo
28 de Octubre de 2014
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