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Ministerios

Entendiendo el llamado de Dios para nuestra iglesia, dividimos nuestras funciones ministeriales de la siguiente manera:

Adorar

Su propósito es encontrar adoradores que adoren en espíritu y en verdad, que tengan como único incentivo servir al Señor con un corazón puro, en obediencia y fidelidad, debido a que la adoración al Señor implica: compromiso, servicio y testimonio a través de las artes y de los talentos dados por Él, que se manifiestan mediante las diversas expresiones que conforman esta área y da la posibilidad de insertar en sus diversos programas y proyectos a todos los interesados (as) que llenen los requisitos que se exigen de acuerdo con su llamado.

Testificar

Con el propósito de promover la proclamación del mensaje de salvación de Jesucristo a toda persona en nuestra ciudad, nación y el mundo, utilizamos las herramientas y estrategias adaptadas a estos tiempos y a las circunstancias particulares de cada uno de los grupos que deseamos alcanzar, bajo la unción y poder del Espíritu Santo. Impulsa el seguimiento y el discipulado de todos aquellos que responden positivamente al mensaje del evangelio.

Crecer

Buscan impulsa el proceso de formación integral de las personas que asisten a nuestra congregación, a través de diferentes alternativas educativas y de crecimiento en la Palabra de Dios procurando su aplicación práctica  con la intencionalidad de producir cambios significativos en el carácter, que impacten la vida personal, familiar y comunitaria.

Favorece el descubrimiento de dones y talentos para el servicio adecuado en las áreas de la Iglesia, a fin de fortalecer y consolidar de manera natural el liderazgo y los ministerios.

Servir

Enfocados en incentivar a la congregación la expresión del amor de Dios a través de acciones concretas de servicio al prójimo, dando prioridad a personas, familias, grupos y comunidades de especial necesidad.

Cuidar

Como Iglesia fomentamos el cuidado integral de cada persona que asiste o está relacionado con nuestra congregación para fomentar su crecimiento, amor al Señor, madurez y fortalecimiento en la fe.