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El único intercesor
Romanos 8:31-34 “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”

¿Quiénes son los escogidos de Dios? Son los que han atendido su llamado, en su amor por toda la humanidad derramó su espíritu, llamándonos, algunos responden a ese llamado, estableciendo una relación en la que descubrimos un nuevo comienzo, es un nacimiento, las cosas viejas pasan y somos reconciliados con Dios, somos hechos hijos de Él ¿Quién los condenará? Asumió nuestro lugar, venció a la muerte, ese acto en la cruz nos justifica, nos redime, nos limpia, nos lava, si creemos en eso.

Satanás quiere acusarnos, pero no tiene autoridad para acusarnos pues hemos sido lavados por la sangre de Cristo y ninguna condenación hay para los que están en Él, al cometer una falta muchos no se sienten merecedores, se acusan, se dejan acusar, pierden el gozo de su salvación, se sienten como si estuviesen arrastrándose por vergüenza y pena, sin embargo el hombre y la mujer de Dios aun cuando ha cometido un grave error puede acudir a la gracia de Dios, porque es salvo, es de Él, Satanás no te puede pasear por ese lugar donde crees que has perdido la salvación.

El acusador de tu alma no te puede destruir, solo por el derramamiento de sangre hay remisión de pecado, pero si lo confesamos es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad, el Señor está permitiendo que tu vida sea justificada, que puedas aprender de lo que pasó, permitir que te levantes y colocarte en el pedestal en el que están los hombres y mujeres de Dios, Dios es el que justifica, te levanta, te ha justificado en el calvario y te llama.

En Cristo estamos salvos y caminamos seguros, si has creído en lo que Dios ha hecho por ti a través de Cristo Jesús, nada puede venir en contra de ti. La resurrección es la prueba del valor eterno de la muerte de Cristo, es la oportunidad de ser salvos a través de la obra redentora, sin esa obra no seríamos libres del pecado, de la muerte, del infierno, estaríamos viviendo en pos del infierno en lugar de vivir en pos del cielo.

En al antiguo testamento el sumo sacerdote entraba una vez al año al lugar santísimo para ofrecer la sangre del cordero en el altar para pedir perdón, pero Cristo ofreció un solo sacrificio para siempre, a través de su carne viva cumplió su obra como el cordero que quita el pecado del mundo, el que cree en esa obra es salvo, está en el corazón del Padre.

Murió, resucitó, obró como sumo sacerdote entrando a lugar santísimo con su carne y sangre viva, se sentó en el lugar predilecto como Hijo de Dios, tú también estás en Cristo, estás sentado en lugares celestiales, su espíritu mora en ti, eres su pueblo, eres su gente, lavado en Cristo, redimido por Él, desde el trono intercede por ti y por mí, de día y de noche, para que la obra del calvario siga dando los beneficios de su obra y puedas acudir en todo momento y seas socorrido en los momentos más difíciles de tu vida, intercede por ti, tu nombre está escrito en el libro de la vida, intercede para que puedas entrar en la presencia de Dios, que camines libremente en el Espíritu y que en el momento que puedas caer, el Espíritu pueda levantarte, intercede, responde con expresión de gracia y amor, media por ti, es el único que puede hacerlo, por eso venimos al Padre por medio del único Nombre por el que es posible entrar a su presencia, intercede e intercederá por ti.

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 17 de julio de 2016

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Dios es por nosotros

Romanos 8:28-34 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”

Los versos de este capítulo son un resumen de todo lo que viene diciendo Pablo en los primeros capítulos, usando 6 preguntas y finalizando con una afirmación; la razón de la salvación es lo que nos acompaña en esta vida y poco a poco se reconstruye la imagen de Dios en nuestra vida, eso que se perdió en el jardín del Edén, pero que al venir a los pies del Señor se redescubre, mostrando su fidelidad, amor y justicia en nuestra vida diaria de fe, ese proceso que comienza habiéndonos salvado en Cristo caminando hasta la eternidad.

En el desarrollo de la vida nueva en Cristo nos encontramos con nuestras realidades humanas pero ahora estamos en Cristo, estamos en esa tensión de la vida vieja que poco a poco va pasando y todo va siendo hecho nuevo, esto comienza con una realidad, el que cree en mí, tiene vida eterna, dándonos cuenta de tomar nuestra vida, regenerarla, llegando el día que seremos perfectamente transformados y purificados, ese día que lo veremos cara a cara, será una transformación completa y perfecta.

Cuando vienen tentaciones, tragedias, debilidades, en los momentos que nos creemos dueños del mundo, llegamos al punto que sabemos “Dios está conmigo”, nadie puede venir contra de mí, porque Cristo no puede ser derribado y estamos en Cristo ¡Aleluya! Así que la carne es débil, el mundo acecha pero aprendo a estar firme, es un aprendizaje, toma tiempo concientizar, entender, luchar, someter, disciplinar, aprender a vivir la vida de misericordia y gracia de Dios ¿Quién contra nosotros?

No escatimó, tal era su decisión en la eternidad por un mundo pecador que ese Dios trino, Padre, Hijo, Espíritu Santo proveyó un plan de salvación, porque no hay nadie que no haya violado las leyes de Dios, dio a su propio hijo, el mundo busca la manera de llegar a Dios por diferentes caminos, pero el dio su Hijo, un hombre perfecto, sin mancha, que abrió camino a la humanidad, decidió dejar la gloria, vivir como nosotros, asumir el pecado de la humanidad, porque nuestro pecado fue puesto sobre Él.

Dios sabía en su increíble justicia que era la única manera en que la humanidad podría ser salva, así que decidió hacer justicia, justificar a la humanidad, asumió nuestro lugar, asumió la muerte para responder ante las exigencias, tenemos que responder ante la ley eterna de Dios, se hizo como nosotros para perdonarnos de nuestros pecados, para absolvernos y para dar la victoria sobre la muerte y vivir la vida de Dios como su templo, es por la gracia, es puro amor.

Aunque cometemos errores como hombres de Dios, en el arrepentimiento que se da por el temor a Dios, el escucha al corazón contrito y humillado, perdona al pecador y devuelve la alegría de la salvación que recibes al creer. Deja atrás la vida pasada, ya Satanás no puede acusarte, el Padre celestial te ve a través de la justicia de su hijo Jesucristo, estás revestido de Él, ¡Aleluya!

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 10 de julio de 2016

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Fortalécete en el Señor

Éxodo 14:1-4 “Habló Jehová a Moisés, diciendo: Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante de él acamparéis junto al mar. Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado. Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Y ellos lo hicieron así.”

Más allá de tu situación, de tu circunstancia, nuestro Dios es más grande que nuestros problemas, que bueno es saber que podemos levantar nuestra mirada y verle a Él, creerle, podemos apropiarnos de su Palabra que es vida, necesitamos acercarnos a la bondad del Señor. Cuando lo que Dios hace parece no tener sentido, es porque no lo hace a nuestra manera, por eso la escritura lo señala: nuestros pensamientos no son los del Señor, no comprendemos cómo es posible.

En el texto hacían 5 días que habían salido y Dios los había guiado a lo que se veía como un callejón sin salida, Dios había hecho en una promesa a Abraham y pasaron 400 años en los que el pueblo tenía un clamor, un gemir, un deseo en el corazón, por esto no podemos limitar al Señor en el tiempo, el tiempo desespera, angustia, hasta llegar al punto de no ver salida, son sentimientos valederos pues cada quien tiene su situación.

Pero Dios escucha, su respuesta está en camino, Él tiene una respuesta a tu vida, es un Dios que se acerca, que camina, que te dice hijo mío aquí estoy para bendecirte en el nombre de Jesús, es una palabra para que seas animado, es la forma de actuar del Señor que nos lleva a un callejón sin salida, para ver que Él tiene el control. Cuando el pueblo llega a este punto no ven salida, sólo montañas, lugares a los que no podían ir, no había norte, ni sur, al ver al este era puro polvo y tras él venía el faraón a matarles, pero sin importar el lugar en el que estés Dios tiene el control sobre tu vida.

Este era un pueblo que había visto la gloria de Dios, no hay pueblo que haya visto más gloria que ellos, vieron plagas, vieron la presencia del Señor, pero llegaron al punto de decir que les era mejor morir que estar en ese momento, en ese lugar; todos tenemos expectativas, pero es muy duro cuando nuestras expectativas no son cubiertas, es el momento donde sale lo que no debe salir, pero es tiempo de poner en alto al Señor Jesucristo, necesitamos personas que se llenen de la gracia del Señor. Esto es muy humano, es de muchos sentimientos, pero la Escritura nos manda a no cansarnos de hacer el bien.

Nuestra vida no se puede mover por el estado de ánimo, el servicio tiene que estar por delante de todas las cosas, no debemos temer, ni permitir que se coloque por encima de nosotros, tenemos que tener esperanza, saber que en Él hay cambio y transformación, te está diciendo: no temas. En tu vocabulario no puede estar: no tengo ganas, no quiero, tenemos que ver la salvación del Señor, en retrospectiva y en perspectiva.

En retrospectiva ver el obrar de Dios en el ayer, esa situación en la que viste la mano de Dios, cuando ves la obra del Señor sabes que está contigo todos los días hasta el fin del mundo, la perspectiva es cuando ves que Dios comienza a hacer todas las cosas nuevas que son sobre todo nombre, es obvio que el temor te llena, pero el ángel de Jehová acampa alrededor del que está en Él y los va a defender.

Mantente tranquilo, tu respuesta va a llegar de la persona que menos esperas, Dios tiene formas de hacer las cosas, no entres en angustia, no te unas al ejercito de personas desesperadas, permanece con la gente de fe, la gente con esperanza, has uso de lo que Dios te ha dado, coloca la inutilidad para que se convierta en bendición, lo poco que tienes puede convertirse en bendición para otros, Dios está trabajando, Él vence todas las batallas y pelea por ti.

Lo que era un callejón sin salida Dios lo convirtió en un camino de júbilo, para Él no hay absolutamente nada imposible, esos son los desafíos, los retos morales que tenemos ante un mundo postmoderno, la fe en Dios tiene que sobresalir en tu vida, el Señor es bueno.

Santiago Montero
Culto dominical 03 de julio de 2016

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¿En quién crees?

Romanos 8:28-39 “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!» Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.”

Al llegar a Cristo, el cristiano descubre que hay un propósito para su vida, muchas veces al comienzo no sabemos exactamente la dirección que Dios quiere para nuestra vida pero comenzamos a indagar en esto, porque es una realidad que hemos hecho a su imagen, nos espera una eternidad conforme a la imagen de Cristo en nuestras vidas, se va asemejando poco a poco a la imagen de Él, será una nueva realidad, al morir seguirá viviendo.

A la larga el cuerpo se deshace pero a través de Él viviremos, seremos revestidos por la eternidad, es parte de lo que Juan en Apocalipsis e Isaías nos adelantan, hay un destino, sabemos cuál es, pero primero hay que responder al llamado, ese llamado nos establece como hijos de Dios a través de la justificación, porque Él vive nosotros vivimos eternamente, no vivimos nosotros sino Él, ahora que estamos en Cristo Jesús comenzamos a ser guiados por el Espíritu, entendemos que somos herederos y que nos unificaremos con Él.

Sin embargo en el camino descubrimos luchas, encontramos primeramente carnalidad que necesita ser aun sometida a su voluntad, luego está el mundo que nos rodea, ideologías, es una lucha entre el Señor y las fuerzas diabólicas, por esto Pablo nos exhorta a fortalecernos en el poder de su fuerza, a usar la armadura de Dios pues la lucha no es con carne, ni sangre sino con huestes de maldad.

Pero ¿Qué es más poderoso? ¿Todo lo que está en el mundo o nuestro Dios? ¿Quién es tu escudo? Ante todas las cosas que vienen contra ti no temerás porque Dios está contigo, como leemos en el Salmo 23, cuando nuestras fuerzas desfallecen Él nos dice: esfuérzate, sé valiente. Las cosas están mejor de lo que tú piensas, no te dejes llevar por lo que dice la gente. Jehová de los ejércitos está con nosotros, nuestro refugio es el Dios de Jacob.

¿Cómo es tu Dios? ¿Qué Dios quieres? Uno de palo, de la imaginación o el Dios verdadero que aunque no lo puedas ver sabes que está contigo siempre, te levantará, el que para poder salvarnos sabía lo que tenía que hacer, no escatimó ni a su propio hijo, fue un acto veraz, sabía que era lo único que podía hacer,  ¿Crees que tu Dios es mayor que toda fuerza? ¿Qué en las dificultades puedes acudir a este Dios? Exprésale tu gratitud a Él.

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 26 de junio de 2016

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Llamados por Dios

Romanos 8:28-30 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”

Podemos pasar por diferentes situaciones, pero a la larga vemos que siempre estamos sujetos a Dios, no nos suelta, en todo ese proceso podemos pensar en lo que está pasando, de alguna manera Dios tiene la razón sobre lo que ocurre en nuestras vidas, para los que son llamados a su propósito todo sale para bien, el gran propósito de Él es salvarnos, es la posibilidad de sanar nuestra vida cuando somos completados por Dios.

Él estableció desde siempre un destino para los que llegaran a amarle a Él, los adoptados por medio de Jesucristo, para llegar  a esto debemos creer en que Jesucristo es el hijo de Dios e hizo la obra necesaria para ser justificados delante de Dios, y finalmente vivir en gloria con Él, Él ha hecho todo lo que era necesario, no tenemos que pasar por la cruz, Él ya lo hizo.

En amor fuimos llamados, no es un Dios castigador, su deseo es que seas hecho hijo de Dios, que cambies tu mente a la mente de Cristo, para que seamos hechos conforme a su imagen, que sólo se puede recuperar a través de Jesucristo, pasamos por situaciones que nos obligan a forjar un carácter como el de Cristo.

Es un Dios que dirige los pasos de nuestra vida, esto para los que conforme a su propósito son llamados, es el cambio que se produce en el ser cuando es santificado, somos separados y establecidos de nuevo, es el mismo ser humano que responde a una nueva forma de pensar, es un llamado general que se hace específico en cada vida, pero ¿Llamados a qué? Queremos obedecerle, seguirle, pero hay vocaciones.

Hay llamados especiales en nuestras vidas, ser los mejores en cada área, un llamado paternal, es una vocación que encontramos y sabemos que esa es la manera de cómo el Señor me puede utilizar, cuando iniciamos nuestra vida en Cristo tenemos que comenzar a conocer las etapas que Él va cambiando en nuestras vidas, y cómo podemos servir, cuál es ese propósito eterno.

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 19 de junio de 2016

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Apartados para el evangelio

Romanos 8:28-30 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”

Todos estos versos están en tiempo pasado, son un hecho, nos predestinó, llamó, justificó, para todos hay un pasado, presente y futuro, en nuestra forma de vivir necesitamos saber el tiempo en el que estamos ubicados, hay un alfa, un omega, principio y fin en todo lo creado, entendemos todo esto porque hay un sentido de tiempo, pero Dios está más allá del tiempo, no ocupa espacio, vive en la eternidad, es a la vez pasado, presente y futuro.

Lo ve todo y lo sabe todo, no te quita la libertad de tomar decisiones, sino que conociéndonos sabe lo que va a pasar, Él no es falible, es infalible, todo lo sabe, en Él hay presente, pasado y futuro pero a la vez en Él no hay tiempo, todo está allí, de primer momento no es todo entendible, un ejemplo sencillo es recordar algo trágico que hallamos vivido, al pensar en eso las emociones vuelven, es algo del pasado pero se siente presente.

Amamos a Dios porque nos amó primero, cuando comenzamos a conocer el perdón de pecados y así lo entendemos, entendemos lo que pide, el porqué de la obediencia, la confianza en Él, la bendición, la gracia, así en los momentos de prueba podemos confiar en Él, sabiendo que aun sin demostraciones Él está allí y le amamos, le seguimos, pasando ese momento de sequedad donde fluye el manantial de aguas limpias para los que le aman.

Es un Dios que dirige los pasos de nuestra vida, esto para los que conforme a su propósito son llamados, es el cambio que se produce en el ser cuando es santificado, somos separados y establecidos de nuevo, es el mismo ser humano que responde a una nueva forma de pensar, es un llamado general que se hace específico en cada vida, pero ¿Llamados a qué? Queremos obedecerle, seguirle, pero hay vocaciones.

Hay llamados especiales en nuestras vidas, ser los mejores en cada área, un llamado paternal, es una vocación que encontramos y sabemos que esa es la manera de cómo el Señor me puede utilizar, cuando iniciamos nuestra vida en Cristo tenemos que comenzar a conocer las etapas que Él va cambiando en nuestras vidas, y cómo podemos servir, cuál es ese propósito eterno.

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 12 de junio 2016

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El lineamiento de su voluntad

Romanos 8:22-28 “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”

Todos los elementos de la creación gimen por lo que viene, como si tuviera dolores de parto, y aun sin notarlo nosotros también gemimos esperando la venida gloriosa, la redención de nuestro cuerpo, no entendemos lo que nos conviene pero el Espíritu mismo intercede por nosotros, toma este gemir y lo transforma para que se alinee a la voluntad de Dios.

Creemos que Dios tiene un propósito eterno para nuestras vidas, esto para los que le aman, no sabemos los por qué, pero sabemos que hay un propósito de Dios que descubrimos más adelante, suceden eventos en nuestra vida que trastocan nuestro carácter, comenzamos a madurar, a pensar, a ubicarnos, la persona empieza a ver la circunstancia, los eventos y tenemos que buscar la ayuda de Dios para volver a un estado de normalidad.

Otras cosas en nuestra vida son las que Dios permite, sabiendo que nos dolerán las consecuencias pero sabiendo que es la manera en la que vamos a aprender, igual que un padre con su hijo, no sabemos todas las cosas pero para los que aman a Dios todo lo ayuda a bien, algunas veces pasamos por momentos de soledades muy fuertes, sequías espirituales en las que Dios está preparando el terreno pero no podemos darnos cuenta, esto para que comencemos a llevar una vida con más bendiciones que nunca.

Dios es un padre que disciplina ¿Has tenido momentos en los que Dios te ha corregido? Tenemos calamidades que nos cambian la vida totalmente, es la manera de Dios de desarraigarte y hacerte de nuevo, queda de nosotros aprovechar la oportunidad y comenzar de nuevo, pues todo esto es para bien. Los que aman a Dios son aquellos que conocen sus mandamientos, los llevan a cabo, los viven y cuando uno vive en obediencia a Dios nos ajustamos a su voluntad, aun en momentos que parecen contradictorios sabemos que estamos engranados en su voluntad, la que entenderemos el día de mañana.

Lo importante es engranar tu vida con la voluntad de Dios, que guardemos la manera de vivir acorde a los mandamientos de Dios y por muy difícil que sea, veremos cómo estamos bajo su voluntad, veremos su amor y tendremos su paz.

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 5 de junio de 2016

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Él conoce tu corazón

Romanos 8:22-28 “Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.”

La creación está en un gemir, un gemir por la manifestación de los hijos de Dios, es decir revestirse de gloria en la presencia del Señor en su segunda venida, la creación está cansada del pecado que tiene que sobrellevar por culpa de la humanidad, la redención que nos limpiará de la maldad incluye a la creación de Dios, nosotros vivimos con la esperanza de esta gloria eterna.

Tenemos un Espíritu Santo que nos ayuda, un salvador que nos dice que pongamos nuestras cargas en Él prometiendo poner paz sobre nosotros, Dios sabe que nuestros días son rudos pero Él no nos suelta, entiende y da paz si descansamos y confiamos en su palabra, coloca tu mente en el Señor para que pueda darte paz, es nuestro consuelo y fortaleza.

Ante la tribulación no sabemos cómo orar, nuestra carga, nuestra situación es tan fuerte que sólo sollozamos, la debilidad nos consume pero sabemos que aquel que dio su vida por nosotros es el único que nos puede ayudar, el Espíritu Santo nos ayuda en estos momentos, el Señor escucha todos los clamores y da respuesta.

¿Quieres que se manifieste en ti el poder de Dios? No tomes el lugar de Él, deja que Él tome su lugar en ti, tenemos que estar a la disposición de Él para entender lo que es mejor, el Espíritu gime con nosotros y en esa oración sabe exactamente qué pedir al Padre, pues sólo  Dios nos prepara y nos fortalece en las situaciones en las que debemos desprendernos de nuestro plan, de nuestras ideas, el Espíritu está allí para interceder.

Tu gemir lo toma el Espíritu Santo, lo endereza, le da el propósito de Dios y te dará a la larga paz, para que encuentres la razón de ser de tu dolor viendo esa intercesión del Espíritu  y cumpliendo los propósitos de Dios, porque Él conoce tu corazón, no porque seas perfecto sino porque has aceptado a Cristo en tu corazón, su Espíritu mora en ti, conoce lo mejor para ti y responde a la voluntad del Padre, Él va delante de ti.

Haz esta simple oración: Espíritu Santo, sé tú en mí, toma mi gemir y transfórmalo, conviértelo en el tuyo delante del Padre, y tú harás lo que es mejor, porque la voluntad tuya es la voluntad del Padre, Aleluya. Amen.

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 29 de mayo de 2016

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