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Boletín 11 de agosto 2013

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¡SOMOS VASOS DE BARRO!

“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” En la carta de Pablo a los hermanos de Corinto nos muestra que había gente que se creían muy especiales con mayores poderes que otros. Se creían más que otros, pero la realidad es que no hay tal característica, todos somos vasos de barro, todos hemos salido de un mundo de oscuridad espiritual a la luz gloriosa del Evangelio del Señor.

Todos venimos de allí y es el Señor quien nos nivela y hace entender que todos somos hermanos y no hay preferencia de Dios para con ninguna
persona; sino que el Señor nos ha hecho por su obra en la cruz. Hjos de Él, hermanos en Cristo a quienes Él ha llamado y nos ha dado a todos la presencia de su Espíritu Santo y va forjando su voluntad y su propósito en la
vida.

Este vaso de barro lleva el conocimiento de la luz de Cristo. Porque entendemos por obra del Espíritu Santo lo que la palabra ha traído a nuestras vidas, porque Dios en su misericordia nos llamó y nos mostró su gracia,
porque sí creemos en Jesucristo y su obra redentora en la cruz del calvario desde ese momento Dios nos salva, porque entiendo la gloria de Dios y puedo decir glorificado sea el Señor, eso es increíble porque se comienza a generar la vida de Dios en cada uno de mi vida y no soy más que un vaso de barro y no tengo nada de que gloriarme y eso me hace a mi responsable para con todos los que yo conozco, que ellos lleguen al mismo conocimiento del evangelio, al mismo conocimiento de la gloria
de Dios. ¿Sabe de alguien que no conoce a Cristo? ¿Sabe de alguien que no conozca la luz del evangelio? ¿Oras por él?  Piensas en esa persona? ¿Buscas la manera que esa persona pudiese conocer, creer y hablar de Jesús? ¡Somos  esponsables de que esa persona llegue a conocer a Jesús! Eso significa que mi vaso de barro necesita llevarle a esa
persona ese conocimiento. Soy vaso de barro y necesito caminar con ello para que la excelencia del poder sea de Dios y no del hombre, ¡Pura gracia de Dios!

Tenemos que andar con cuidado y dar siempre la gloria a Dios por todo lo que podemos hacer por medio de su gracia y no creer que soy mas especial. “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;  perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas
partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.2 Corintios 4:7-10

El Señor nos levanta nos guarda y nos libra, nos fortalece y nos da esperanza porque solo en el tenemos vida,nos llama a llevar u palabra, porque el evangelios de Cristo es poder para salvación, llega el momento que tenemos que entender que vivir en Cristo tiene sus bondades y dificultades. ¿Amas a Jesús? Alábale para siempre con plena libertad, no obstante lo difícil del momento actual el hombre y la mujer de Dios sabe que vivirá eternamente con Dios y le alabara
por siempre y le bendecirá para siempre junto con todos aquellos que le han conocido, la gloria de Él se desbordar en aquellos que le creen, que hablan, que saben y que viven la vida de Cristo.

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Boletín 4 de agosto 2013

Tumb_04ago2013¡Gracias Señor!

Es bueno e importante ser agradecidos. Si leemos el milagro de sanidad de los diez leprosos por Jesús (Lucas 17:11-19), vemos como cada uno de ellos reaccionó de una manera distinta, sólo uno de ellos se regresó y agradeció a
Jesús por haberlo sanado. Por eso, apartamos el día de hoy para darle gracias a Dios por las cosas maravillosas que Él ha hecho en nuestras vidas. “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros” (2 Corintios 4:7), a la larga descubrimos que somos pueblo de Dios porque Él lo hizo. Somos vasos de barro que contienen la gloria de Dios.

“Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo
y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza.

¡Alabadle, bendecid su nombre!, porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones.”(Salmo 100) Tenemos
muchas razones para ser agradecidos con Dios: Dios es bueno con nosotros; Dios es misericordioso y; Dios es fiel a su propia palabra que es la Verdad. Por eso el mismo Juan escribió: “…El que permanece unido a mí, y yo unido a él da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada.Juan 15: 5 Con esto en mente, recordamos ese 31 de julio de 1954 cuando en una pequeña y humilde casa en el centro de Caracas tuvimos nuestro primer servicio, éramos un grupo pequeño y familiar. Desde ese día hasta ahora, hemos vivido por muchas experiencias, pero en todas ellas hemos visto la gloriosa mano de Dios, y por eso hoy estamos agradecidos.

La historia de esta iglesia es nuestra historia. Luego estuvimos en Roca Tarpeya, después en la quinta Las Mercedes y más adelante en un local en Prados de María. En el año 1975 nos mudamos a la Quinta La Trinidad donde continuamos
creciendo, con obras sociales para levantarles sus casitas a los hermanos más pobres de la iglesia. De la quinta La Trinidad pasamos a este lugar, el cine Lincoln en el año 1980. Y aquí continuamos creciendo y creciendo. Dios nos permitió luego remodelar este templo.

Con todo esto hemos visto la gloria de Dios que habita en estos vasos de barro ¡Aleluya! Cierre los ojos y piense en su propia historia, todos los momentos que ha vivido, bendiciones, pérdidas, ganancias, momentos difíciles, relaciones
restauradas, sanidades y milagros… Fíjese en lo que Dios ha hecho y hace en su vida cada día. Dele gracias a Dios porque lo tiene a Él. Porque su vida está anclada y asegurada en Él. ¡Aleluya!

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Boletín 28 de julio 2013

Tumb_28Jul2013La gloria de Cristo en nuestras vidas

“Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que
hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios. Por el contrario, manifestando la verdad, nos recomendamos, delante de Dios, a toda conciencia humana delante de Dios. Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto en los cuales el dios
de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la
imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, a Jesucristo como Señor y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mando que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en
la faz de Jesucristo. ” (2 Corintios 4:1-6)
¿Qué significa ese “no desmayamos? Leamos unos pasajes más adelante: “que
estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no
destruidos.” (Vs.8-9) Todo aquel que está al servicio de Cristo, sabe que
es una vida de luchas y tribulaciones, de mucha paciencia y necesidades.
“Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias, en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos… como desconocidos, pero bien
conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.” (2 Corintios 6: 4-10)

¡Qué increíble vida! Pablo nos quiso decir: Aguantamos todo eso pero aún seguimos de pie ¡Aleluya! Todos como  cristianos hemos pasado por estas mismas situaciones y hemos reconocido quiénes somos y nos hemos mantenido de rodillas ante el Señor. Cuando llegamos a los pies de Cristo, nuestras vidas se transforman en una vida de servicio a otros por amor a Dios. Es una conversión emocional y espiritual. Pablo hace especial hincapié en la obra redentora de Jesucristo en la cruz, porque en ese momento había unos cuantos que estaban sembrando confusión y artimañas
para tergiversar y desvirtuar la realidad del evangelio. Por eso Pablo les recordaba que ellos le habían enseñado el verdadero evangelio.

Por eso, cuando Usted peca y pierde el rumbo, se siente extraviado, perdido y desesperanzado. Jesús es la luz y la verdad, y cuando llega a la vida de las personas que creen, hay luz, claridad, perdón y libertad; y nadie puede cambiar esa verdad por ningún engaño ni argucia, porque la verdad nos hace libres en el nombre de Cristo el Señor. Lamentablemente, muchos no entienden esta verdad porque el dios de este mundo los mantiene en tinieblas. “Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera
en los hijos de desobediencia.”(Efesios 2:1-2)

Hombres y mujeres siguiendo pensamientos impuestos por el espíritu satánico que opera en los hijos de desobediencia,de aquellos que abiertamente se han revelado y no quieren creer en Dios. Este es un espíritu de desobediencia, de rebeldía, de confusión, de rechazo, de violencia, caótico y de destrucción; y hace que el ser humano se rebele. Y cuando finalmente la gloria de Dios llega a nuestras vidas, toda esa confusión, violencia y rebeldía se va y la luz de su Gloria brilla en nuestras vidas.

¡Aleluya!
Oración: Señor, en Tú misericordia me confrontas y convences, por eso, yo te confieso como mi Señor y Salvador. Gracias Señor. Amén.

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Boletín 21 de julio 2013

Tumb_21Jul2013Donde está el Espíritu del Señor hay libertad

“Si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa del resplandor de su rostro, el cual desaparecería, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del Espíritu?” (2 Corintios 3:7-8)

Las leyes de Dios son importantes porque señalan el camino e indican directrices para un modo de vivir ordenado, pero no salvan, y de ahí viene el hecho de que la ley nos hace sentir condenados y que no podemos salvarnos a nosotros mismos. Pablo está diciendo además,
que aquellos primeros que vieron el rostro de Moisés envuelto en una gloria pasajera cuando salía del tabernáculo.
“Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación, porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. Si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo
que permanece”. (2 Corintios 9-11)
Era una gloria intermitente, una gloria que no permanecía, pero en cambio el ministerio y obra del Espíritu en nuestras vidas nos lleva a una nueva realidad inalcanzable para la ley. Así, los hombres y mujeres que son llevados a los pies de Jesucristo, son
justificados por la fe, y esa salvación nos conduce a una gloriosa realidad permanente y eterna, porque somos libres de todo pecado, libres de toda condenación, moradas y templo de Espíritu de Dios. Esto es glorioso. Esto es parte de la Gloria de Dios. “Así que, teniendo tal esperanza, actuamos con mucha franqueza, y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de desaparecer”. (Vs.12)

Pablo y los apóstoles predicaron la Palabra de Dios francamente. “Pero el entendimiento de ellos se embotó, porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo sin descorrer, el cual por Cristo es quitado.” (Vs.14) Por eso, cuando este velo es finalmente quitado, el mensaje del evangelio fluye claramente. “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” (Vs.17) El Señor Jesucristo es quien da el Espíritu vivificante de Cristo al ser humano, y cuando el Espíritu vivificante viene a su vida, y usted lo comprende, usted confiesa
su nombre, con lo cual Dios derrama en usted el Espíritu Consolador y, junto a Él, perdón, salvación y libertad.

¿Libertad de qué? Libertad de toda condenación. Libertad de toda ley que te condena. “Por tanto, nosotros todos,
mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor.” (Vs.18)

Y más adelante escribe: “esto es, entre los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les cegó el entendimiento,
para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.” (2 Corintios 4:4)
¿Qué significa esto? Que cuando nos rendimos a los pies de Cristo, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen.

Además: “Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” (Romanos 8:28-29). Si usted conoció al Señor, tiene un destino: Ser conformado en la imagen de Dios. Esta es la razón por la cual usted pasa por tantas cosas en la vida diaria. Porque Dios quiere esculpir en usted el carácter y el amor de Jesucristo. ¡Aleluya! ¡Vamos de gloria, en gloria, en gloria, en gloria, en gloria, hasta que la gente vea el rostro de Cristo en el suyo propio , comprobando la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos 12:1-2). Amén.

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Boletín 14 de julio 2013

Tumb_15Jul2013Bástate mi gracia

“¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”. (Salmo 42:5) Demos
gracias a Dios y recibamos sus beneficios, su unción, la activación del Espíritu vivificante. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Gracias a Dios porque a pesar de nuestros errores Él continúa amándonos
y perdonándonos. Amén.

“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase  esmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de
Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;nrespecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por  tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:7-10)

Me apasiona la respuesta del Señor: «Bástate mi gracia». En esta respuesta, en esta revelación, se personifica a Jesucristo mismo: Jesús el Salvador. Jesús el que te arregla. Jesús el que te repara. Jesús el que te capacita
para que sigas funcionando. Todos hemos tenido esas experiencias en las que nos volvemos como mecánicos, tratando de resolver nuestros vehículos. Ojalá tuviéramos la misma perseverancia para arreglar nuestras relaciones familiares y particulares. Cuando aplicamos la misma dedicación al intentar reparar un vehículo.
Dediquémonos de la misma manera, sin rendirnos, hasta encontrar la resolución. Estaba una vez un joven que tenía un vehículo varado en medio de la vía, intentando hacer que anduviera, en eso un vehículo lujoso se para a su lado y de él se baja un anciano quien le ofrece su ayuda, él joven acepta incrédulo, y el anciano con unos simples arreglos logró
hacer andar nuevamente el vehículo. El joven asombrado le da las gracias y le pregunta cómo lo hizo; y el anciano le
respondió: Yo soy Henry Ford, yo construí este vehículo. Así, es con nosotros, Dios es nuestro creador y Él quiere repararnos.

La vida del anciano Job me ha inspirado mucho. En su vida vimos como el destructor le quitó todo lo que tenía. Y a pesar de la destrucción, Job seguía confiando en la gracia de Dios. En medio de su angustia personal, el exclamó: “¡Pero yo sé que mi Redentor vive!” (Job 19:25a) Y además agregó: “y que al fin se levantará sobre el polvo, y que después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios.” (Job 19:25b-26) ¡Aleluya! ¿Puede usted exclamar estas palabras de confianza y fe en Jesucristo el Redentor? En medio de su situación personal, siempre recuerde estas palabras: «Bástate mi gracia» Oración: Jesucristo, te amo. Gracias. Gracias por sus dádivas, gracias por el milagro de tu amor, gracias por sostenerme con tus manos.

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Boletín 07 de julio 2013

Tumb_07Jul2013Impregnarse  de la Gloria de Dios

Dios le dijo a Moisés: Éxodo: 25:21 Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el Arca pondrás el testimonio que yo te daré. 25:22 Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo…

Moisés debía entrar en el lugar Santísimo y esperar en Dios. Allí Dios aparecería con su gloria y le revelaría su palabra, así mismo debemos
nosotros buscar la presencia de Dios, su intimidad, su voz, y en esa búsqueda él nos revelará su palabra, pero es preciso entrar en ese lugar, e insistir hasta que el Señor nos muestre su palabra.

Éxodo 33:18 “El entonces dijo (Moisés): Te ruego que me muestres tu gloria”. Así de grande era el deseo de Moisés que no conforme con escuchar la voz de de Dios quería que el Señor le mostrara su gloria, ora tú así: “Señor muéstrame tu gloria” y el Señor te la mostrará…”

“Éxodo: 34:35ª. Y al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro era resplandeciente” Era tanta la gloria de Dios
que experimentó Moisés que su rostro resplandecía. Así resplandecerá tu vida y tu testimonio cuando hagas de la búsqueda de su gloria un
hábito. Pero eso no ocurría para entonces solamente, también ocurre hoy día, muchas veces estamos aquí en el templo alabando y de repente desciende la gloria de Dios casi palpable, casi como un ente físico y podemos sentirla y el templo se llena de su gloria, esto puede
pasar también buscando de Dios en soledad, en intimidad, y esta presencia de Dios irradia todo nuestro ser y los demás puede sentirla. Esto fue lo que pasó con Moisés en una forma tan potente que su rostro resplandecía tanto que debía cubrirse con un velo.

Necesitamos tiempo, apartandonos para el Señor, en retiro unos días o en soledad buscando su rostro, para que el poder de su Espíritu Santo nos llene e irradie su gloria en nosotros. Busca la presencia de Dios en la iglesia y en la intimidad de tu casa y el Señor irradiará su poder en ti de forma que traiga fe, sanidad y esperanza aún a la gente cautiva que no conoce al Señor.

Amén

Predicador: Samuel Olson

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Boletín 30 de junio 2013

Tumb_30jun2013Somos cartas de Cristo

“¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros o  de recomendación de vosotros?

Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; Y es manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.” (2 Corintios 3:1-3)

En la segunda carta de Pablo a la iglesia de Corinto, está denunciando un grave problema de perversión de las verdades que él mismo les había enseñado. Esta iglesia se había vuelto para atrás, viviendo bajo la ley en lugar de vivir bajo la gracia del Señor.

Pablo tenía una fuerte y profunda relación con la iglesia de Corinto, él los amaba y se preocupaba por ellos, tanto que los llevaba grabados profundamente en su corazón. Pablo les había enseñado directamente, había forjado con ellos fuertes lazos de hermandad, así como una madre con sus hijos. Y además de eso, para Pablo, ellos eran cartas conocidas y leídas por toda la gente de la ciudad de Corinto.
Así mismo, los cristianos hoy día son misivas de vida conocidas por todos los hombres. Siendo esto así ¿Qué lee la gente en usted? Somos manifiestos que son cartas de Cristo. En nuestras vidas son pruebas de que somos obra del Espíritu Santo, somos pruebas de que el Espíritu Santo opera en la humanidad, somos prueba de una vida libre del pecado y de la maldad, vidas llenas, libres, buenas y con propósito.

Y en esta vida, vamos de gloria en gloria, de milagro en milagro. Usted es carta de Cristo. Una carta escrita en su corazón con el Espíritu del Dios vivo. Cuando Dios le dio la ley a Moisés en las tablas de la ley, las esculpió en grandes tablas de piedra. La ley de Moisés nos enseña aquellas cosas que no debemos hacer: no robar, no codiciar, no asesinar. Por eso cuando desobedezco, me siento mal, me siento vacío, muerto por dentro, porque la paga del pecado es muerte. Y  estando muertos necesitábamos algo más que reconocer nuestros errores, por eso Dios Padre envió a su Hijo
Jesucristo, para que por medio de Él y con la acción del Espíritu Santo, (para salvarnos, perdonarnos, restaurarnos y escribir en nuestros corazones la Ley de Dios). Por eso, aunque usted esté en el lugar más recóndito del mundo, usted puede abrir su corazón y hablar cara a cara con el Señor. “Esta confianza la tenemos mediante Cristo para con Dios.” (Vs. 4)

“No que estemos capacitados para hacer algo por nosotros mismos; al contrario, nuestra capacidad proviene de Dios, el cual asimismo nos capacitó para ser ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu, porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.” (Vs.5-6) Con esto Pablo decía que su competencia para predicar la Palabra no venía de su formación teológica sino de Cristo mismo.

Si se fijan bien, esa “eme” es minúscula, en griego ministro significa diaconía, un servidor, y, en este caso, un facilitador, un maestro de algo, un nuevo pacto. Por eso, un ministro, no es un título, sino un servicio al cuerpo de Cristo, una forma en la que Dios utiliza a las personas en este nuevo pacto. ¿Qué tipo de pacto es este? Pues, este es un pacto único y unilateral, porque es un acuerdo entre Dios y los hombres donde Dios lo pone todo. “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16)
Jesús hizo en la cruz lo necesario para nuestra salvación, por tanto, lo único que usted debe hacer es: creer. ¡Aleluya!

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Boletín 23 de junio 2013

Tumb_23jun2013Olor fragante

“Por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que fuerais entristecidos, sino para que supierais cuán grande es el amor que os tengo.” (2 Corintios 2:4) Este era el sentir de Pablo para con la iglesia de Corinto. “Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió puerta en el Señor, no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito. Por eso, despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.”
(Vs.12-13) Hay momentos en que nuestros planes cambian.

Pablo es muy realista. Y él estaba actuando de manera normal, sin embargo no tenía paz por lo que estaba ocurriendo en Corinto. Póngase
en el lugar de Pablo, en el cual no tiene paz en su espíritu y debe cambiar de planes.

“Pero gracias a Dios, que nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y que por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su
conocimiento,” (vs.14) Cristo nos lleva al triunfo aunque estemos en la más adversa de las situaciones. Y aunque el enemigo nos ataque y vitupere, Dios siempre nos respalda.

Luego agrega: “porque para Dios somos grato olor de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden: para estos, ciertamente, olor de muerte para muerte, y para aquellos, olor de vida para vida. Y
para estas cosas, ¿quién es suficiente?” (Vs.15-16) ¿Quién
tiene la autoridad moral para indicar quién es olor fragante y quién no?

¿Quién puede dar la palabra del testimonio de Cristo con autoridad? ¿Quién tiene la autoridad para decir que sí crees en Cristo serás salvo? ¿Y Quién tiene la autoridad para decir que si rechazas a Cristo estarás perdido para la eternidad? ¿Quién se puede parar ante una persona y decirle que está en juego el destino de su vida?

Pablo está confrontando la situación de Corinto, a la cual estaba llegando gente que estaba sembrando el evangelio
adulterado. “pues no somos como muchos que se benefician falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.” (Vs.17)

Pablo no era vendedor de un evangelio barato. En la iglesia de Corinto se habían colado falsos apóstoles, obreros
mentirosos, adulterando el evangelio para confundir a la gente, abaratando la sangre preciosa de Cristo. ¿Tenían
estos falsos ministros la autoridad para ministrar a la iglesia? Pablo predicaba con sencillez y unicidad de Palabra,
y no era su propia idea, eran las ideas del mismo Dios, porque él sabía muy bien que algún día tendría que pararse
delante de Cristo y dar cuenta de toda palabra que salió de su boca, de su predicación. De la predicación de Pablo irradiaba vida eterna, perdón y justicia.

Las palabras de Pablo eran olor fragante olor de vida. ¿Predica y vive usted un evangelio que da esperanza y vida a los demás? Oración: Señor, en Cristo tengo paz y vida eterna, en Cristo tengo gozo, victoria, esperanza y perdón. Padre, te alabo y te bendigo, Padre quiero ir tras de Ti, cautivo por Ti, bendiciéndote y adorándote por siempre. Te doy gracias Señor.

Aleluya, amén.

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Boletín 16 de junio 2013

Boletín 16 de junio

Ama, perdona y consuela

“Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,
el cual también nos ha sellado y nos ha dado, como garantía, el Espíritu en nuestros corazones.” (2 Corintios 1:21-22) Dios nos confirma y nos unge. El Espíritu Santo sella y purifica con fuego al creyente, y así él nunca podrá olvidarse de esa realidad. Usted puede irse al otro lado del mundo, tratando
de llevar su propia vida, pero llegará el momento en que el Espíritu Santo lo
halará nuevamente al seno de nuestro Señor Jesucristo. El Espíritu Santo
mora en usted y es la garantía de que lo que ha creído es real y de que Dios
lo acompaña en todo momento.
“Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto.” (Vs. 23) Pablo al ser indulgente con la iglesia decidió no pasar por Corinto aún. “No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.” (Vs.24)
Pablo esperaba regresar a Corinto para que la tristeza que ellos sentían
por los momentos difíciles que estaban pasando fuera convertida en gozo.
“Esto pues, no haceros otra visita que os causara tristeza, porque si yo
os causo tristeza, ¿quién será luego el que me alegre, sino aquel a quien
yo entristecí? Por eso os escribí como lo hice, para que, cuando llegue, no
tenga tristeza de parte de aquellos de quienes me debiera gozar, confiado en
que mi gozo es el de todos vosotros.”
(2 Corintios 2:1-3) Pablo decidió no ir a la iglesia de Corinto, por amor. Y estas cartas fueron escritas por él para enseñar a la iglesia como manejar momentos difíciles. Quería que la iglesia de Corinto se alegrara con su visita, porque aunque les había instruido y corregido severamente, él sabía que esta corrección era por sanidad y restauración. Y en esta iglesia en particular, había alguien que no quiso aceptar esta corrección y armó un alboroto en la iglesia, generando una fuerte división, causándoles mucho dolor y ofendiendo abierta y públicamente a Pablo.

“Por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que fuerais entristecidos, sino
para que supierais cuán grande es el amor que os tengo.” (Vs.4) Este no es un Pablo corrector, duro y sin sentimientos.
Este es un Pablo adolorido, triste. “Si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí solo, sino en cierto modo (por no exagerar) a todos vosotros.” (Vs.5) Anteriormente, Pablo había enviado a Tito con una tercera carta, para que esta persona que causó la división de la iglesia para que fuese corregida por la iglesia de Corinto. “Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos.” (Vs.6) Aunque la carta no especifica qué clase de reprensión fue dada al personaje, Pablo le pide a la iglesia que no fueran tan duros con esta reprensión, llamándolos al amor y a la consolación. “Así que,
al contrario, vosotros más bien debéis perdonarlo y consolarlo, para que no sea consumido por demasiada tristeza.
Por lo cual os ruego que confirméis el amor hacia él, pues también con este propósito os escribí, para tener la prueba de si vosotros sois obedientes en todo.” (Vs.7-9) Este era Pablo. Pablo actuaba como Jesús, si hay alguien que es  descubierto en pecado, confróntalo en amor, perdónalo y consuélalo, restáuralo en amor. “Al que vosotros perdonáis, yo también, porque también yo, lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no saque ventaja alguna sobre nosotros, pues no ignoramos sus maquinaciones.” (Vs.10-11)

Pablo está diciendo: Ustedes no saben si yo ya perdoné a mi ofensor, pero si él lo perdonó, la iglesia también lo debe
perdonar. Y si no hay perdón, Satanás puede meter las manos y destruir a la iglesia.

Oración: Padre, toma mi vida. Reconozco que Jesús es mi Señor y mi Salvador: Perdona mis pecados y que tu Santo Espíritu venga a morar en mí. Séllame con Tu Espíritu. Declaro hoy que soy un Hijo de Dios sellado por Ti, te amo y te alabo, amen.

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Boletín 9 de junio 2013

Boletín del domingo 9 de junio 2013

Hombres y mujeres veraces

Pablo escribe la segunda carta a la iglesia de Corinto quienes estaban difamando y desacreditando a Pablo y su labor. Ahora bien, como hombres y mujeres de Dios, muchos hemos atravesado por estos momentos cuando nos difaman y sentimos que no podemos defendernos a nosotros mismos de estas mentiras; pero tenemos todo el derecho de enfrentar la mentira con la verdad, manteniéndonos firmes ante las asechanzas de otros.

“Nuestro motivo de orgullo es éste: el testimonio de nuestra conciencia, de que con sencillez y sinceridad de Dios (no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios), nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.” (2 Corintios 1:12) Este era el motivo de orgullo, de gloria de Pablo, tener su conciencia sana, su conciencia libre, que nada lo condene y que nada lo culpe. Y si siente algo que lo condena y culpa, es su responsabilidad, la sinceridad y  determinación de Dios para poner su vida en orden. Pablo vivía con integridad, no vivía una vida doble, Pablo no tenía temor de ser acusado de ser deshonesto, falso y engañador. Vivimos en un mundo donde la injusticia ha sido elevada a la justicia, y la mentira elevada al nivel de la verdad. Pero no, para el cristiano, la justicia y la verdad están bien en alto.

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