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Domingo 8 de Noviembre de 2015

Boletin 8.11Levántate en una vida nueva

Romanos 7:1-4 “¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera. Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.”

El violar la ley trae desmoralización interna, muchas veces la separación de amados, fracasos terribles en la familia, el pecado nos destruye y si no hay un cambio radical nos vamos a la eternidad sin esa transformación de nuestra vida, vamos a una eternidad sin Dios, piensa un poco en lo que representa pasar la eternidad sólo con tus pensamientos lejos de Dios, en el infierno, para muchos el infierno comienza aquí, porque deben vivir consigo mismo y esto es bastante.

Jesús describió el infierno como un crujir de dientes, estar separados de un Dios santo, bueno, noble que te ofreció la eternidad en el presente con sólo humillarte, arrepentirte y creer en su amor, su justicia, esto basta para ser justificado, libre delante de Dios, con la capacidad de reajustar tu vida, de ser liberado del poder de la maldad. La vida eterna es conocer en el presente a Dios, es vivir en la armonía y la belleza de Él, vivir su presencia aquí sabiendo que mañana viviremos esa gloria plenamente por la eternidad.

Seremos establecidos con Él, no volverás a conocer la maldad, porque tu nombre ya estará escrito en el libro de la vida eterna, estarás revestido de su gloria por siempre, puedes ser lleno del Espíritu Santo ahora,  pues para esto vino Jesús, autor de nuestra salvación, lo hizo por nosotros, para llevarnos a su gloria eterna ¿Estás en ese grupo? ¿Morarás con Él por la eternidad?

La promesa, la bondad y la expresión del amor de Dios es que si estás en Él vivirás aquí una vida nueva, las cosas viejas pasarán y estarás por la eternidad con Él, porque no hay condenación para los que están en Cristo Jesús, antes vivías para la ley, pero ahora hay gracia y perdón por lo cual tienes la capacidad de empezar de nuevo viviendo una vida en Cristo bajo la ley del Espíritu.

En cualquier lugar del mundo encontramos que la ley del antiguo testamento forma parte del decálogo de las demás leyes, forman parte del corazón de las personas, son un precedente de lo que es bueno y lo que es malo, por lo cual de alguna forma obedecemos o desobedecemos esta ley que está en nosotros, por esto Pablo dice que la ley se enseñorea de nosotros, por esto se refiere a que podemos vivir bajo ley o vivir en Cristo.

De modo que si decidimos vivir bajo la ley puedo vivir bajo la ley que me condena, que me exige perfección, el problema es que nunca podremos ser perfectos, sólo el que vive la ley a cabalidad podría salvarse, y el único que lo hizo a cabalidad, fue el único que venció el pecado y la muerte, al decidir vivir para la ley es una realidad que la persona tiene que aceptar, pero para el ser humano es muy difícil aceptar los errores, pero todos los cometemos.

Todos anhelamos estar en paz con el mundo de lo eterno, buscamos algún tipo de conciliación interna para que la angustia del alma consecuencia de la separación de Dios y la maldad se disipe para que en su lugar haya paz, para ello debes salir del señorío de la ley, y encontrar la respuesta en la vida espiritual, por esto Pablo usa el ejemplo del matrimonio, porque todos los que contraen matrimonio esperan que esto sea para siempre, no se piensa en la infidelidad, se espera que pesar de los errores este sea un lazo que una a dos por siempre.

La ley te dice que estás destituido de la gloria de Dios, pero cuando uno se ha identificado con aquel que no pecó pero se hizo pecado muriendo por nosotros, y te identificas con Él en su muerte puedes levantarte en una vida nueva, siendo libre de la ley, sin perder de vista que la ley guía más no puede salvar pues sólo la gracia de Dios salva por la fe en la obra redentora, de modo que ya no se está enseñoreado con la ley, no se vive bajo condenación sino con oportunidad de madurar, crecer y ser llevado a la eternidad con Dios.

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 1 de Noviembre de 2015

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