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Domingo 08 diciembre 2013

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Por nada te afanes

“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber;
ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más
que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y
vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de
vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por
qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo,
que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo
que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.

Mateo 6:25-33 Hoy en día, ante las distintas situaciones a veces estamos como los discípulos en la barca, y le gritamos al Señor: ¡no ves que nos hundimos!, ¡No tienes cuidado de nosotros! Y Él nos dice: Por nada os afanéis. ¿Qué es el afán? Es angustia, es ansiedad, es desasosiego, es andar
en apuros, es preocuparse, yo lo llamo asma emocional, vivimos así constantemente es como
la gripe que se pega rapidito, se contagia, si tienes las defensas bajas, entra por los ojos y entra por lo oídos, y si no te has inyectado en
contra de eso y te has puesto la vacuna de la fe te agarra rápidamente. El afán es contrario a la fe, me saca de mi tiempo de paz, me hace quitar la mirada del Señor, el afán enferma, desgasta, la mayoría de los hospitales están llenos de gente ansiosa y afanada, que físicamente los médicos no consiguen nada.

El afán no nos lleva a ningún sitio, es como una caminadora de gimnasio que la usas y la usas y no llegas a ningún sitio, muchas de la situaciones personales, familiares, y sociales ponen en  manifiesto donde está nuestra mirada puesta, donde está nuestra fe. Actualmente hemos vivido momentos de angustia en la nación, la gente no sabe lo que quiere, y ¿Cuál debe ser mi postura
como Hijo de Dios ante lo que veo? Lo que decimos antes las personas y la manera como lo decimos debe dar fe de que somos luz y sal.
Debemos ser instrumentos de paz en medio de una sociedad desesperada que no sabe por qué, pero si usted está protegido contra ese
virus usted será instrumento de buenas noticias donde quiera que Dios lo ponga; en ocasiones, nos dejamos invadir por la desesperanza de la nación, nosotros debemos pesar la situación que tengamos y la fe en Cristo que está en control, a donde se incline la balanza sabremos en donde está puesta nuestra confianza, y podremos a prueba ¿En quién hemos creído? ¿En quién he puesto nuestra confianza?

Siempre le queremos echar la culpa a otros y no ver donde esta nuestra responsabilidad, y más como pueblo de Dios, es afanoso tener que dar cuenta a Dios de nuestras irresponsabilidades, ¿Dónde está puesta nuestra fe?, ¿En los negocios? ¿En la política? No podemos justificarnos cuando hemos conocido al único que vive, ni podemos poner la mirada en lo que perece, en lo que se acaba, si hemos decidido caminar sobre el mar no podemos poner la mirada en las olas y en la tempestad sino en aquel que extiende la mano y te dice ¡No pierdas la fe! ¿Quién es Cristo para nosotros? Él dice Yo soy tu pastor y nada te faltará, Él venció la cruz y nos ha hecho más que vencedores por medio de su amor, es aquel que dice: No he visto justo desamparado, ni su simiente que mendigue pan. Es hora de que asumamos nuestros errores delante de Dios.

Él me dio provisión, nunca me ha dejado y eso se hace presente en la vida de sus hijos y de aquellos que creen en Él, si realmente hemos creído en un Cristo vivo ¿Por qué nos afanamos? Por qué esa angustia, por qué caer en el juego de lo que oímos y lo que vemos, por qué olvidamos sus promesas, es tiempo de volver nuestra mirada al Señor, hombres de poca fe, mujeres de poca fe, si realmente hemos creído en un Cristo vivo eso nos llama a andar seguros, a andar sobrados, si tenemos que salir, tenemos que comprar, tenemos que buscar, tenemos que tocar puertas pero que nos mueva otra actitud y sea otra motivación, estamos preocupados por el pasado, lo que hice, lo que debí hacer, el remordimiento, y viviendo para el futuro que es incierto y nos olvidamos del día que Dios te ha dado para disfrutar y dar gracias, la fe no es negar lo que está pasando, la fe no es evadir, vivimos atemorizados como que Dios no va delante de nosotros, la fe es creer que Todo lo puedo en Cristo y que Todo es posible, es hacer que los demás vean que estamos viviendo lo mismo pero es diferente y ¡Yo quiero eso! La fe me lleva a dar buenas noticias, esperanza, una respuesta que el mundo anhela. Habacuc 3:17-
18 Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación .

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