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Boletín 16 de julio de 2017

El poder para vivir

Pentecostés tiene que ver con la cosecha, la Fiesta de la cosecha, su cosecha a través de los siglos venideros hasta que pudiera volver, los que estaban cerca de Jesús esperaron 10 días después de su ascensión cerca del aposento alto, y el Espíritu vino sobre ellos, Juan El Bautista decía que serían bautizados en el Espíritu con fuego, ocurrió así en el día de Pentecostés.

Nos denominamos pentecostales, es importante porque nos define como gente del Espíritu Santo ¿Por qué somos pentecostales? Porque sin el Espíritu Santo no estaríamos aquí, y nos dijo que recibiríamos poder cuando llegara el Espíritu Santo, es otra cosa, nacemos del Espíritu Santo cuando tomamos su Palabra y decidimos confiar nuestra vida a Él, se lo dijo a Nicodemo, debes nacer de agua y del Espíritu.

El Espíritu Santo te da el poder para vivir en medio de las circunstancias y los demás puedan ver que hay algo distinto en aquel que confía en el Señor, y el cristiano sabe que cuenta con este poder, que no es fuerza, es el Espíritu Santo que está dentro de ti, que da discernimiento, que permite tomar decisiones correctas, poder entender su provisión aún en el momento más crítico confiando en el Dios que está contigo y que te lleva de lo natural a lo sobrenatural.

Te levanta de la situación más incongruente de la vida y te pone en un plano de fe, el Señor está contigo, está formando un pueblo que le cree a Dios, necesitamos el poder del Espíritu Santo, el Consolador, que te da una palabra de ánimo, de dirección, de discernimiento, una palabra sabia en el momento más difícil o no tan difícil, pero si en el momento de duda, y si eres lleno del Espíritu Santo ayudarte y decirte: Estoy aquí.

Te da el poder para vivir la vida cristiana en verdad, en convicción y lleno de Él para que ante las situaciones no te minimices sino que te puedas levantar, no en tu capacidad, sino en la capacidad del Espíritu Santo en ti, Dios sabe cómo actuar en nuestras distintas personalidades en cada situación, por ello tenemos dos bautizos, el de agua en el que confesamos que hemos creído, nos sumergimos en agua, pero así como los discípulos necesitaron sumergirse y esperar, así necesitamos esperar.  Luego poco a poco el Espíritu Santo comienza a llevarnos a un acto de rendición total, porque actúa y poco a poco nos muestra quienes somos, para esto necesita tiempo con nosotros, nos prepara, por último debes abrir tu corazón, arrepentirte y rendirte, porque si no estamos dispuestos ni siquiera necesitamos el Espíritu Santo, hacemos nosotros mismos nuestro camino.

Te invadirá la verdad, su amor, la luz, su presencia, su poder, te llenará de fe y tomará como Él lo desea el control de tu vida y la llenará, te permitirá estar en su presencia, lleno, para ser testigos de una realidad, de un Dios vivo que a cada uno da una nueva dirección dirigida y llena de Él, además dice que nos traerá a toda verdad. Los discípulos esperaron 10 días y vino sobre ellos un estruendo, y se posaron sobre ellos llamas de fuego, era la expresión visible de lo invisible.

Si el Espíritu Santo te toma hablarás cosas de Dios, dirás las maravillas de Dios para que puedan creer y confiar en una vida de gracia en medio de la situación más difícil, esto es lo que Dios desea para ti, naciste en una naturaleza nueva, pero ahora Él te llena, te llenará hasta donde tú quieras ¿Cuánto quieres?

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 9 de julio de 2017

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