Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra
Mateo 6:10 Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Los seres humanos tenemos la tendencia a querer imponer nuestra voluntad, veamos un simple ejemplo, en los últimos 6 mil años la tierra ha experimentado solo 292 años de paz, nuestro anhelo incesante de tener la razón y que se haga nuestra voluntad ha hecho que prácticamente no podamos vivir en paz.
El querer que se haga nuestra voluntad genera en nosotros tal nivel de angustia que prácticamente empezamos a estar en guerra hasta con nosotros mismos, nos presionamos cuando algo no sale conforme a nuestro deseo, nuestro anhelo de control genera estrés y frustración en nosotros. El Apóstol Pablo sufría de un mal físico, un aguijón en su carne (2 Corintios 12:7-9), el no estar libre le generaba angustia tanto que llega a decir que ha orado 3 veces para ser libre, Pablo deseaba que su voluntad se cumpliera, pero Dios le dice “bástate mi gracia”. Cuando leemos esta declaración nos damos cuenta que está llena de verdad y esperanza. Dios sabe lo que es mejor para nosotros, Él sabe lo que ha pasado, lo que está pasando y lo que pasará al ser esto así ,¿no sería más sensato darle las riendas de nuestra vida a Aquel que todo lo sabe? En la oración del Padre Nuestro pedirle a Dios que haga su voluntad en nuestro día a día es darle el timón del barco de nuestras vidas al mejor capitán que pueda existir.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra se convierte entonces en la más lógica declaración que un ser humano puede decir, de hecho, el mismo Señor Jesucristo lo declaró en el Getsemaní antes de ser entregado pidiendo que se hiciera la voluntad del Padre y no la propia (Lucas 22:42).
Debemos entender que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2) y que Dios nos guía en todo momento por sendas de justicia por amor a su nombre. Esta semana de oración clamemos para que la voluntad de Dios sea manifiesta no sólo en nuestras vidas, en nuestros familiares y amigos sino también en toda nuestra nación, si se establece la voluntad del Padre en cada corazón pasaremos de la densa oscuridad a la luz admirable.