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Vosotros pues orareis así

Iniciamos la semana de oración, ¡sea exaltado el nombre de nuestro Dios! Estaremos estudiando una de las más bellas porciones de la palabra, el Padre Nuestro, Mateo 6:9-13 9 Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Padre nuestro que estás en los cielos, que declaración tan gloriosa para iniciar una oración, esta frase resume el sentido de intimidad que tenemos con nuestro Dios.

Dios no es ajeno a nuestra realidad, no es un ser celestial que se limita a observarnos como sus criaturas, él es nuestro Padre, nos ama con amor eterno, su misericordia y bondad se extienden sobre nosotros con el sentido de familiaridad y cercanía como lo haría un padre amoroso. Es increíble comenzar nuestras oraciones diciéndole a Dios que reconocemos que él está cercano, que él conoce nuestros corazones y pensamientos, que él siempre nos ha cuidado inclusive cuando no teníamos conciencia de nuestro propio ser. Decirle que es nuestro padre es la declaración de confianza y fe más poderosa que existe, le decimos a Dios que sabemos que todo lo que pasa en nuestras vidas está siendo cuidado hasta el último detalle por él y que todo ayuda a bien (Romanos 8:28).

Y Dios no es un padre común, primeramente es nuestro, pero segundo está en los cielos, nuestro Padre Celestial tiene toda la autoridad que pueda existir, está por encima de todo y de todos, el reina sobre todas las circunstancias, nada se escapa a su majestad y conocimiento, la oración del Padre Nuestro, inicia pues con la más sublime declaración de rendición ante nuestro Señor, reconociendo su amor, su cercanía y también su poder y autoridad.

Iniciemos esta semana de oración reconociendo que él es Admirable, Consejero Dios Fuerte y Padre Eterno (Isaias 9:6), acerquémonos a él con gratitud, al único y eterno Dios, a nuestro Dios quien cuida de nosotros.