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12 de Abril de 2015

Boletin 12-4La muerte que nos dio vida

El día que cambió el mundo, dividió la historia, antes y después de Cristo, si nos hubiésemos quedado con la muerte de Cristo, nada sería distinto, si nos hubiésemos quedado en la resurrección de Cristo no la habríamos entendido, su muerte indicó que podíamos ser salvos, rescatados por su gracia y amor. Lo hizo todo en la cruz por ti y por mí, venció la muerte y resucitó para certificar lo que hizo en la cruz, para abrir un camino nuevo de vida eterna y dar esperanza a toda la humanidad, cambiando todo lo que entendemos. La historia cambió y se abrió  de nuevo una oportunidad, Cristo resucitó.Nunca ha pasado tal cosa, que alguien resucite, viva y ascienda a los cielos.

¿Por qué vino Jesús y cuál es el significado de su muerte? Vino para dar su vida en rescate de muchos. En el cielo desde ese tiempo hasta el presente se hace un cántico nuevo, y tú y yo nos uniremos a ese canto a medida que nos vayamos de este mundo. Jesús murió llevando en su cuerpo el pecado de toda la humanidad, para que estando muertos en el pecado, vivamos a justicia, pues nos justificó cancelando nuestra deuda, accediendo al trono de la gracia.

Nos ha redimido y ahora en Cristo -los que estábamos lejos y sin esperanza-hemos sido hechos cercanos, los que caminamos en luz podemos acceder en cualquier momento a su presencia ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Por su muerte fuimos comprados a precio de sangre, por esto ahora pertenecemos a Él y no a nosotros mismos.

Por su muerte podemos entrar con confianza al lugar santísimo, a la presencia de Dios y viviremos con Él y para Él. Cristo junto al pecado ha sido crucificado para que vivamos esta nueva vida, nada ni nadie nos podrá separar del amor de Dios, por medio de Él se reconcilian todas las cosas.

Entonces ¿Para qué hemos sido llamados? A seguir las pisadas de Él, tenemos una ruta, un camino, un señalamiento, pues todo lo que hizo Jesús fue hecho con intención.Una vez en Cristo, nuestro corazón cambia y no vemos al prójimo igual, nos da la capacidad  y el deseo de estar en paz y perdonar al que hace maldad, al que ha tratado de destruirnos.

Recordemos la palabra que se le da al ladrón que tenía al lado cuando estaba en el madero que le dijo “Acuérdate de mí” y Jesús le dijo: Hoy estarás conmigo en el paraíso” ¿Has compartido la buena nueva? Debes comunicarle a otros que puede empezar de nuevo, pueden vivir otra vida, pueden tener una sociedad renovada por la palabra de Dios.

Allí en la cruz Jesús le dice a María: “Madre he allí tu hijo” y a Juan: “Hijo he ahí tu madre”, constituye una familia que estaba despedazada luego de su muerte, y establece para María uno que tomara su lugar ¿No será un llamado de Jesús a reestructurar nuestras familias? Jesús nos llama a que veamos nuestros hogares y veamos la posibilidad de reestructurar nuestras familias en pro de un futuro sano.

La última palabra en la cruz: “En tus manos encomiendo mi espíritu”, está en paz con Dios, está en paz consigo mismo, sabiendo que estaba Dios allí para guardarle y respaldarle. Así llegamos al día de hoy, en que Cristo resucitó de entre los muertos, por medio de Él creemos en Dios, quien le ha dado gloria para que nuestra fe y esperanza sea viva, para tener una herencia incorruptible, reservada en los cielos para los que se guardan en el poder de Dios en fe para alcanzar salvación, siendo reconciliados por la muerte de su hijo también seremos salvos por su vida.

El día que cambió el mundo, dividió la historia, antes y después de Cristo, si nos hubiésemos quedado con la muerte de Cristo, nada sería distinto, si nos hubiésemos quedado en la resurrección de Cristo no la habríamos entendido, su muerte indicó que podíamos ser salvos, rescatados por su gracia y amor. Lo hizo todo en la cruz por ti y por mí, venció la muerte y resucitó para certificar lo que hizo en la cruz, para abrir un camino nuevo de vida eterna y dar esperanza a toda la humanidad, cambiando todo lo que entendemos. La historia cambió y se abrió  de nuevo una oportunidad, Cristo resucitó.Nunca ha pasado tal cosa, que alguien resucite, viva y ascienda a los cielos.

¿Por qué vino Jesús y cuál es el significado de su muerte? Vino para dar su vida en rescate de muchos. En el cielo desde ese tiempo hasta el presente se hace un cántico nuevo, y tú y yo nos uniremos a ese canto a medida que nos vayamos de este mundo. Jesús murió llevando en su cuerpo el pecado de toda la humanidad, para que estando muertos en el pecado, vivamos a justicia, pues nos justificó cancelando nuestra deuda, accediendo al trono de la gracia.

Nos ha redimido y ahora en Cristo -los que estábamos lejos y sin esperanza-hemos sido hechos cercanos, los que caminamos en luz podemos acceder en cualquier momento a su presencia ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Por su muerte fuimos comprados a precio de sangre, por esto ahora pertenecemos a Él y no a nosotros mismos.

Por su muerte podemos entrar con confianza al lugar santísimo, a la presencia de Dios y viviremos con Él y para Él. Cristo junto al pecado ha sido crucificado para que vivamos esta nueva vida, nada ni nadie nos podrá separar del amor de Dios, por medio de Él se reconcilian todas las cosas.

Entonces ¿Para qué hemos sido llamados? A seguir las pisadas de Él, tenemos una ruta, un camino, un señalamiento, pues todo lo que hizo Jesús fue hecho con intención.Una vez en Cristo, nuestro corazón cambia y no vemos al prójimo igual, nos da la capacidad  y el deseo de estar en paz y perdonar al que hace maldad, al que ha tratado de destruirnos.

Recordemos la palabra que se le da al ladrón que tenía al lado cuando estaba en el madero que le dijo “Acuérdate de mí” y Jesús le dijo: Hoy estarás conmigo en el paraíso” ¿Has compartido la buena nueva? Debes comunicarle a otros que puede empezar de nuevo, pueden vivir otra vida, pueden tener una sociedad renovada por la palabra de Dios.

Allí en la cruz Jesús le dice a María: “Madre he allí tu hijo” y a Juan: “Hijo he ahí tu madre”, constituye una familia que estaba despedazada luego de su muerte, y establece para María uno que tomara su lugar ¿No será un llamado de Jesús a reestructurar nuestras familias? Jesús nos llama a que veamos nuestros hogares y veamos la posibilidad de reestructurar nuestras familias en pro de un futuro sano.

La última palabra en la cruz: “En tus manos encomiendo mi espíritu”, está en paz con Dios, está en paz consigo mismo, sabiendo que estaba Dios allí para guardarle y respaldarle. Así llegamos al día de hoy, en que Cristo resucitó de entre los muertos, por medio de Él creemos en Dios, quien le ha dado gloria para que nuestra fe y esperanza sea viva, para tener una herencia incorruptible, reservada en los cielos para los que se guardan en el poder de Dios en fe para alcanzar salvación, siendo reconciliados por la muerte de su hijo también seremos salvos por su vida.

Pastor Samuel Olson

Culto Dominical 5 de Abril de 2015

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