Domingo 19 de Octubre de 2014
El maestro está aquí y te llama
Juan 11:28 “Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama.”
El texto bíblico no dice un maestro, dice “el maestro”. Aunque los evangelios registran muchos títulos para Cristo, el más nombrado es el del maestro. Podemos encontrar mesías, ungido, hijo de Dios, pero el mayormente usado es el de maestro y cobra significado porque no hay ninguna otra persona en el mundo que pueda ejercer la enseñanza como Jesús. Es maestro por excelencia, no se le escapa ningún área del conocimiento, sabe todos los idiomas, entiende todas las cosas que suceden en el corazón del hombre, puede entender secretos internos de nuestro corazón que no sabemos expresar con palabras, es un maestro comprometido a estar con sus alumnos todo el tiempo (ningún maestro permanece 24 horas con su alumno) Él dice “he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” no sólo nos da la tarea, sino que está con nosotros para ayudarnos a terminarla.
Jesús tiene esta relación de maestro con todos los seres de la creación, estableció tareas entre los ángeles, hasta que Satanás quiso ser maestro como Él y tuvo que ser expulsado del paraíso; los demás ángeles aprendieron de esa lección, así crea al hombre, dándose cuenta que necesitaba una compañera de estudios creó a la mujer. En el paraíso, Adán y Eva estaban en un clima saludable, no había frío ni calor, no tenían necesidad ni de usar ropa y estaban como alumnos recibiendo clases, hasta que llegó la prueba, al “rasparla” fueron sacados del salón.
De ahí en adelante el Señor ha tenido múltiples alumnos, desde Génesis hasta Apocalipsis hay una lista larga de alumnos, alumnos buenos como Noé, quien tuvo un examen de fe para todas las generaciones. La prueba de Abraham fue dura, su prueba era presentar a su hijo como sacrificio, salió de mañana a su examen, llegó al lugar después de tres días de camino y el altar fue su escritorio, su lápiz fue el puñal, pero cuando Dios vio que Abraham iba a responder como él esperaba, sacó a Abraham de tal compromiso, e hizo un pacto con Él.
Vemos el examen de Job, Dios daba testimonio de que no había alumno como él, y Satanás quiso probarlo, sus amigos quedaron mudos al pasar 7 días, pero es que la prueba era para él, no para sus amigos, ni para su esposa. Hay pruebas que son sólo para nosotros, no tenemos que meter al pastor, ni a los demás, no espere que ningún humano lo ayude, confíe en Dios. Job presentó su examen de rodillas “sea el nombre de Jehová bendito”, al final Satanás no quedó satisfecho.
Otro alumno del que Dios dio testimonio fue David, pero perdió un examen, y lo peor fue que no se percató de lo que había hecho, hasta que Natan le hizo ver su error, oró David y Dios como un Dios de oportunidad le permitió restaurarse. El examen de Saúl fue de obediencia y paciencia, a través de Samuel le dijo que esperara 7 días, y esperó 6 días, y ofreció un sacrificio y le dijo Samuel, locamente has hecho, y dijo Dios: “me pesa haber puesto a Saúl como Rey”.
Llegó el momento que Cristo dijo me haré hombre para enseñarles yo mismo, es así como tuvo 12 alumnos, de los cuales unos fueron sobresalientes, como Pedro. El día de la prueba de Pedro y Jesús le recalcó que se preparara, viendo la terquedad de él, le dijo que no habría cantado el gallo cuando ya estaría aplazado y al cantar el gallo, Pedro lloró amargamente porque se vio aplazado.
La mejor noticia es que aún hay cupo, y se siguen registrando, somos alumnos del Maestro, y en diferentes etapas de la vida le ha tocado presentar pruebas, yo te puedo decir que he perdido algunos exámenes, pero el buen maestro por su gracia nos da la oportunidad de restaurar nuestra vida, de arreglar las cuentas y ponernos al día porque no sabemos en que momento ni circunstancia aparecerá el hijo del Hombre. Debemos vivir el día pidiéndole que su gracia nos cobije y su amor esté con nosotros y podamos estar en la graduación en el día final.
Oración: Aunque soy infiel te doy gracias por darme la oportunidad de ser tu discípulo, gracias por aceptarme y tenerme paciencia, gracias por ayudarme en mis debilidades, hoy te doy las gracias por tu ayuda durante todo este tiempo aunque no haya sido perfecto, estoy agradecido de saber que te pertenezco y me ayudarás a llegar al final, llegaré por tu gracia y tu misericordia, Amen.
Pastor Filemón Barrera
Culto Dominical
12 de Octubre de 2014