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El amor del buen pastor

ferreiraEzequiel 34:11-16 “Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país. En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor. Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia.”

Llama la atención que el nombre otorgado al capítulo es en contra de los pastores de Israel, pero este capítulo desarrolla minuciosamente como Dios nos ve como rebaño, con particularidades de cómo ve Dios a cada oveja del rebaño, la relación entre ellas, le está hablando como pastores no sólo a los que dirigen al pueblo de Israel, sino que es una palabra directa a cada padre de familia porque cada uno es un pastor de ese rebaño que Dios le dio, también es una palabra a cada líder y siervo del Señor en la iglesia.

Es una palabra dirigida a una nación, a cada uno que se le ha dado autoridad para que dirija una nación, sea cual sea su posición, todos seremos evaluados en base al pastorado que Dios nos ha dado, en el redil que Él nos ha dado, tendremos que dar cuenta por cada oveja, no es una palabra sencilla, es una palabra que habla sobre el tipo de oveja que somos, Dios obra en cada familia, cada nación, quiere que la humanidad reconozca el nombre que le fue dado, debemos reconocer que necesitamos su pastorado, que hemos fallado y necesitamos su rumbo para ir a aguas de reposo, que traigan vida a nuestro ser, a nuestra familia, a nuestra sociedad y nación que necesita transformación.

Existen diferentes tipos de ovejas y no son iguales, algunas dan lana, Dios llamó a ovejas, se nos viene a la mente un animal pequeño lleno de lana que se queja todo el día, que no puede ver más de 3 metros pero con un oído agudizante y aún más su olfato, por eso como ovejas debemos aprender que no importa la circunstancia o lo que veas en el futuro siempre y cuando hayas aprendido a reconocer la voz del buen pastor, porque por muy oscura que esté la noche aunque me sienta perdido con quedarme quieto y en silencio podré escuchar la voz de mi pastor, necesitamos aprender esta voz del pastor.

Tenemos que enseñar a esta nación a escuchar la voz del Señor, tenemos que adecuar nuestro oído a esta voz suave, firme y que siempre nos llevará a buen puerto, la voz del buen pastor, este texto nos habla de estas ovejas, no importa que tipo de oveja eres pero debes estar claro que eres de Él y que es Jesús quien te está pastoreando, Jesús promete siempre buscar a sus ovejas, entiende que siempre te va a reconocer aunque estés esparcida, el buen pastor habla con su oveja, la saca del lugar oscuro, siempre apacentará, tendrá vida y justicia para su rebaño.

En el texto vemos primeramente una oveja débil, la que presenta un cuadro anémico, se encuentra en un estado de debilidad corporal, se le ven las costillas, pasa por una serie de cosas que no la dejan comer ni tomar, no tiene ganas de vivir, siente que el propósito de su vida se acabó, no tiene fuerzas para correr cuando ve a los lobos, pero el Señor dice: Si eres oveja débil, yo te fortaleceré para que puedas huir de los lobos.

También menciona a las ovejas enfermas, la que clama al pastorado por su salud deteriorada, tiene enfermedades de raíces profundas a nivel emocional que se reflejan a nivel corporal, dice el Salmo 23 que a esa oveja la ungirá en aguas de reposo, dará medicina segura, la tercera oveja es la perniquebrada, tiene una pata quebrada, la única manera de ver que está enferma es cuando camina, cuando está quieta se puede creer que está sana, dice su palabra que tratará sus heridas para que sane.

Habla de una cuarta oveja el pasaje, la descarriada, aquella que no quiere ir por el camino que Dios le dice sino que vive sus experiencias aunque el buen pastor le indique que no debe hacerlo, después de meter la pata se da cuenta que debe volver al redil, pero por muy profundo que sea el hueco el buen pastor la consigue y la vuelve al redil. Esta oveja está perdida pero no lo sabe, no reconoce la situación en la que ha caído.

La oveja engordada también es nombrada, es la oveja que no ejercita, es aquel cristiano que pide oración pero no es capaz de doblar rodilla por su situación, se sabe todos los sermones pero no quiere cambiar, Dios hará ejercitar a ese cristiano, pasará por situaciones donde querrá correr y no podrá, no será tiempo de que oren por él sino que será tiempo de practicar el ejercicio que hace crecer en el Señor.

Leemos también de la oveja fuerte, la oveja que tiene carácter, que es insoportable, vive sola, hay que reconocer que podemos tener un carácter insoportable, que nacieron con una convicción de amargar la vida del que se atraviese, pero Dios trabaja ese carácter, a veces lleva a esa oveja a vivir sola y se da cuenta que es increíblemente insoportable, entendemos que nuestro entorno ha sido misericordioso.

Hay otra ovejita, la mala conducta, pendiente del pecado ajeno para cubrir el propio, Dios nos está llamando a dejar de ser hombres de mala conducta, el buen pastor nos dice deja de estar mirando la paja del ojo ajeno y mira la viga en el tuyo; habla también de la oveja atorada, que cuando el pastor dice “vamos a” y no ha terminado de decir lo que hará ya la oveja se ha movido en su desespero, no tiene vida, ni paz, ni seguridad, va pendiente de su entorno sin escuchar la voz de su pastor que le dice deja de estar atorada, toma esa cruz y sigue el camino que debes seguir.

La oveja flaca, que no come, la malnutrida que se le ven las costillas, que al verla no eres capaz de acercarte, aquella persona que vive bajo el puente, que se prostituye, y que en lugar de actuar en misericordia le desechamos, olvidando que Él ha venido a sanar enfermos, no a sanos, tomará está oveja y le dará de comer, evaluemos como estamos delante de Él, que tipo de oveja estoy siendo, a veces pasamos por todos los tipos de ovejas, pero el buen pastor tiene como traerla al redil.

Evaluemos como somos como padres de familia, el tipo de oveja en nuestro rebaño, Dios demanda en este capítulo como pastor y cabeza de familia, toma el redil que Dios te dio y atiéndelos como oveja que son, ese lugar en el que estás no es para pisar otras ovejas, estás allí para ser lo que el buen pastor hizo, ser siervo de los demás, necesitamos hombres y mujeres que cambien la nación, que aprenden a escuchar la voz de Dios, porque no es lo político que cambia una nación, sino escuchar la voz del buen pastor.

José Gregorio Ferreira
Culto dominical de 20 de Marzo de 2016