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Boletín 28 de febrero de 2016

Boletin 28-2La vida que agrada a Dios

Romanos 7:9-14 “Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.”

¿Por qué la ley es espiritual? Porque viene de Dios, en su misericordia y amor permitió que se escribiera para que pudiéramos saber lo que es y lo que no es voluntad de Dios, todo viene de Él que es espíritu y verdad, quien ciertamente es santo, es bueno, es justo y vierte su carácter en los mandamientos, los cuales no salvan, pero me impactan, me guían.

Lo que nos salva es la obra de Cristo en la cruz del calvario, quien derramó su sangre en la cruz del calvario venciendo la muerte y sentándose a la diestra del Padre para emanar ríos del Espíritu, porque este ser carnal está sujeto a palabras, reacciones, cosas que nos mueven que no son de Dios, cosas que nos llevan a vivir a nuestra manera creyendo que vivimos bien.

Si no usamos el mandamiento para vida, este vendrá golpeándonos espiritual y moralmente, nos damos cuenta de la verdad, que estamos separados de Dios y nada podemos hacer, pero esta ley había sido escrita para bendición, es un lineamiento para dar orden, si vives en orden a estos mandamientos tendrás una vida sana, para esto es la ley, para mejorar nuestra manera de vivir.

Necesitamos la ayuda de Dios para cumplir esta ley, necesitamos rendirnos y poder testificar que más allá de obedecer la ley, el Señor está con nosotros ayudándonos a vivir de una mejor manera, el pecado más grande es cuando nos gusta algo y buscamos la justificación para violar la ley de Dios, creyendo en las mentiras, en los engaños que se están levantando en nuestra sociedad.

El engaño, la mentira, son respuestas a la necesidad del mundo, la gente necesita llenar su vacío y está dispuesta a seguir pecando para llenar ese vacío, sin embargo Dios nos da un lineamiento que aparta del mal y preserva en el bien, la ley nos santifica porque nos mantiene alejados de lo que es malo, esto es lo que significa santificarse, te mantiene dentro de lo justo, apropiado, lo bueno, está hecha para cuidarnos mostrando la voluntad perfecta de Dios.

Si quieres agradar a Dios cumple con los diez mandamientos, y verás como Dios te bendice, no tienes que rebuscar en la Biblia qué hacer, la ley tiene un propósito particular, Jesús vino a cumplir la ley a cabalidad para que tú y yo viviéramos la voluntad de Dios, por esto no deseches esta ley santa que es buena y justa, duele muchas veces ¿Por qué? Porque hurga en nuestro ser, cuando entregamos nuestro corazón a Dios comienza un proceso en el que Dios va madurando tu vida en Cristo, fortaleciéndote en el desierto de la vida levantándote como un roble, te va mostrando situaciones que Él quiere cambiar, cambios que sólo ocurren cuando me enfrento con quién soy, es el Señor operando.

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 14 de febrero de 2016

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