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Tiempo para doblar rodilla

Isaías 58:9-11 “Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.”

La lectura inicia con la palabra “entonces”, un adverbio que significa: inmediatamente después de, 72 veces aparece este adverbio relacionado con el actuar de Dios, en Isaías está haciendo referencia a un conjunto de conductas previas a lo que Dios quiere responder, es un llamado a ejecutar ciertas acciones para que su gracia sobrenatural comience a fluir no sólo en los corazones sino en nuestro entorno y aún en Venezuela.

Nos habla de esas conductas, actuares y acciones que desea, todo inicia con una interrogante de Dios hacia su pueblo que leemos en Isaías 58:3 “¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.”

Pareciera que Dios dejara evidencia de la conducta de buscarle cada día para saber su voluntad pero no la cumplían ni en lo personal, ni menos como nación, realmente desea sanarnos espiritual, emocional  y físicamente, desea sanar nuestra tierra, entonces ¿Qué nos exige? Nos exige cambiar nuestra conducta, tener certeza de lo que esperamos, que estemos convencidos de que veremos lo que no hemos visto, pero no hemos dado evidencia de convicción.

Quiere que tengamos convicción, que nos sostengamos firmemente en lo que nos ha dado, nos ha dicho y nos tomemos de la palabra y no dudemos, creamos que verdaderamente hay para nosotros respuesta porque escucha la voz de nuestro corazón, comienza a clamar, no digamos que estamos bien si en su presencia no es así.

No contiendas, no disputas, libera tu quebranto, te ha llamado a deshacer todo yugo y sometimiento, comparte con el necesitado, atiende y cubre al desnudo, todo esto nos dice en Isaías 58, no te escondas de tu hermano, humíllate delante de Él sin hablar indebidamente, sin quejarte, sacia el alma afligida, da palabra que calme y levante al angustiado y abatido, nos ha llamado a consolar, a cambiar cenizas por paz, es todo lo que el Señor nos dice, solamente entonces cualquier momento de oscuridad en tu vida será como el mediodía de plena luz.

Cuando comencemos a cambiar de corazón clamaremos y nos responderá, estará con nosotros, todos verán su luz a través de ti, porque habrás aprendido que Él es quien atiende y resuelve tu necesidad, cuando realmente rasguemos el corazón dejaremos de mirar donde no es. Es el que sacia en medio de sequía, seremos su huerto, fresco y regado constantemente, nos promete pero debemos cambiar de actitud, no es tiempo para quejarte, es tiempo para doblar rodilla.

José Gregorio Ferreira
Culto de ministración del Espíritu Santo 29 de noviembre de 2016

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