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Domingo 15 septiembre 2013

Tumb_15sep2013Vivir con sobriedad, respeto y honestidad

“Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Si alguien edifica sobre este fundamento con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la pondrá al descubierto, pues por el fuego será revelada. La obra de cada uno, sea la que sea, el fuego la probará. Si permanece la
obra de alguno que sobreedificó, él recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quema, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.”

(1 Corintios 3:11-15) Todo lo que hagamos como hombres y mujeres de Dios será manifiesto. ¿Qué es lo que hacemos? ¿Qué es lo que edificamos? ¿A qué nos dedicamos? ¿A edificar para lo temporal o para lo eterno? ¿Edificamos con la apariencia o con el corazón? ¿Cómo manejamos la vida que Dios nos ha dado?
Por tanto, “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres…”

(2 Corintios 5:11a), es decir, conociendo que nuestras obras serán probadas,
debemos cambiar nuestra forma de vivir; primeramente creyendo que nuestra salvación depende de la obra redentora de Cristo, sin embargo, lo que pueda granjear en la eternidad depende de lo que yo haga día a día en nuestras vidas. Vivir con respeto, sobriedad y honestidad. “…pero a Dios le es manifiesto lo que somos…”

(vs.11b) Recuerden que a la Iglesia de Corinto había llegado gente que estaba mezclando el evangelio con el pensamiento
del momento, mientras Pablo les recordaba el mensaje de salvación que él mismo les había enseñado sobre la salvación y la vida eterna. “… y espero que también lo sea a vuestras conciencias.” (Vs.11c) Por eso es importante que usted, esté atento de desechar de su vida todas esas maneras de vivir enfocadas en lo vano y lo pasajero.

“No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las apariencias y no en el corazón.” (vs.12) Si hoy lo que está de moda es “estar de moda”, le invito a discernir entre lo eterno y lo pasajero. Separar las apariencias de lo verdadero. “Si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros.” (Vs.13) Si en mi vida privada adoro al Señor con los dones lo hago para Dios.

Ahora bien, si lo hago en público, no lo hago para mí mismo, lo hago para glorificar al Señor. Si predicamos la enseñanza de la verdad es para que ustedes sean salvados y hechos de nuevo. Llevemos una vida cuerda, no una vida desordenada y con frenesí.

“El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” (Vs.14-15) El amor de Cristo es el motor de nuestras vidas. Ese amor es el nuevo centro de nuestras vidas. Es el amor que nos constriñe día a día porque sabemos que somos salvos porque, por amor, Cristo murió en la cruz por mí. Por eso lo amo y le sigo. Y es por eso que Usted cambió y su interés en la vida es la persona que está a su lado conozca al Señor y sea salvo.

Ya Usted no vive para Usted mismo, Usted vive para Cristo. “Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, pero el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos
a Jesús está en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que está en vosotros.” (Romanos 8:10-11) ¡Aleluya! Ese es el Espíritu que le da vida a usted.

Oración: Padre, quiero estar en Cristo Tu Hijo, confieso y creo que Jesús es mi salvador, perdona mis pecados, hazme de nuevo y ven en tu Espíritu a mi vida, en Cristo Jesús, amen

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