Domingo 25 de mayo 2014
Se han venido trabajando las armas del Espíritu, aprendiendo a vestirse con ellas en los momentos difíciles, como lo dice Efesios 6:13-18 “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”.
El cristiano debe ser íntegro y veraz. La esencia de la vida del cristiano debe ser la justicia y saber que en Cristo ha sido justificado en la fe por medio de Él. La persona que ha decidido ser discípulo de Cristo, debe buscar la paz, hacer la paz, por ello debe “tomad el yelmo” como lo dice Pablo, que es el que protege la vida, la mente, la forma de pensar y la salvación, entonces vive con la esperanza de que es salvo eternamente, que en un momento se encontrará con el Señor porque Él lo hizo salvo, además que es quien pone el querer que otros sean también salvos.
Por otra parte, todos los cristianos son tentados, todos se pueden encontrar en situaciones difíciles en momentos determinados de la vida donde tirarían la toalla, pero Pablo dice ¡No! “Toma el escudo de la fe”, y es allí donde puede decir “no seré vencido, no seré destruido”.
Asimismo, como parte de la armadura está la espada que es “la palabra del Espíritu, que no es otra que la palabra de Dios”. Ésta entra a lo más íntimo logrando que la mente sea transformada, ajustándose al pensamiento de Dios.
Pablo afirma en la carta a los efesios que debemos estar “orando en todo tiempo”, lo que significa que el arma de la oración es la que llena, da consistencia y poder a todas las demás armas. Cuando se ora, se está conversando con Dios y paralelamente el Espíritu Santo se mueve dentro de la persona, le da poder y enjuga todo el ser en el Espíritu.
El tiempo de oración es importante, si se quiere la presencia de Dios en la vida, se debe tener un momento dedicado a la oración, en la casa, la habitación, una plaza o cualquier lugar; no es difícil orar con regularidad, ni abrir el corazón a Dios.
Hoy quiero que revisemos algunos elementos que puede tener la oración. El primer elemento es la confesión del pecado y en esta parte se debe tener presente que “Él es fiel y justo para perdonarnos de nuestros pecados, de nuestra maldad”, ¡Óyelo! Acepta que el Señor te perdona, ¡Estás perdonado!. Como segundo elemento de la oración es la petición, que es pedirle algo al Señor bajo la confianza que “Él sabe lo que necesitas”. En la petición no debemos ser arrogantes, más bien debemos ser humildes y pedir lo que necesitamos; a veces una y otra vez, ser perseverantes y continuo en el ruego. El tercer elemento que puede tener la oración es el agradecimiento, ser agradecido con Dios por lo que ha hecho, dar gracias porque se puede leer aún estas líneas y entenderlas.
Si no estamos seguros de como orar, una forma o guía puede ser orando la palabra, por ejemplo en 1 de Pedro 5:7 dice: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”, partiendo de este texto bíblico podríamos orar así: “Señor esta es mi angustia, pongo sobre ti mi angustia y hablo contigo porque sé que tú me vas a ayudar”. Si eres capaz de realizar esa oración, acabas de hablar con Dios, confesaste tu pecado, hiciste tu súplica, fuiste agradecido y aprendiste a orar con la palabra.
Con estos elementos podrá orar por una hora y seguramente se te irá la hora. Quizás puedas orar en el Espíritu que significa orar con el corazón, como el Espíritu mora en dentro de usted y tiene la capacidad de poner en oración lo que Él desea, su espíritu se compaginará con el Espíritu de Dios, y quedará sorprendido, algunas veces no sabrá qué orar pero las palabras brotarán porque hablará desde la profundidad, para esto debe cultivar la oración.
Pastor Samuel Olson
Culto Dominical