Venga tu Reino
Mateo 6:10 Venga tu reino. Cuando se cita esta porción de la palabra muchos estudiosos hablan de la necesidad que se establezca un gobierno celestial en la tierra, un sistema político correcto, otros expresan que es un clamor por la segunda venida de Cristo, ambas posturas son correctas nuestro planeta necesita el gobierno de Cristo en la tierra, pero ese gobierno también lo necesita nuestro ser.
Venga tu reino no es solamente un clamor, es un permiso que le damos al Señor para que se adueñe de cada área de nuestra vida, si recordamos lo estudiado hasta ahora en la oración del Padre Nuestro, hemos dicho que le reconocemos como Padre ,y de hecho uno muy cercano, pero también le reconocimos como soberano y con toda autoridad puesto que está en los cielos, ahora estamos proclamando que le necesitamos, clamamos por su manifestación en nuestras vidas, queremos decir como el Apóstol Pablo “ya no vivo yo sino que vive Cristo en mi” (Gálatas 2:20).
Todos anhelamos llegar a ser como Cristo, a la estatura de un varón perfecto (Efesios 4:13), esa es la única manera de poder vivir una vida plena, mientras le demos menos espacio a nuestro yo y más a Cristo empezaremos a ver las cosas como Dios las ve ese es la manifestación del reino de Dios en la tierra. Cuando tengamos un problema sabremos que en Jesús somos más que vencedores (Romanos 8:28), cuando tengamos tribulación declararemos que en Cristo los problemas traen sobre nosotros un eterno peso de gloria (2 Corintios 4:17) imaginemos por un momento que logremos que venga el reino de Dios a la tierra por medio de la manifestación del Espíritu Santo en nuestras vidas, eso sí sería una transformación radical a nuestro entorno, los beneficios serían inmensos la sociedad entera comenzaría a ser cambiada positivamente, el que robaba ya no robaría más, el que mentía ya no lo haría más (Efesios 4:28) y así todos los flagelos que perjudican a la sociedad sería erradicados.
Durante esta semana de oración clamemos por la manifestación del reino de Dios en la vida de cada cristiano, que los corazones sean movidos conforme al corazón de Dios, viendo las cosas como Él las ve y moviéndonos de acuerdo a la acción del Espíritu Santo en nosotros, vivamos el reino de Dios siendo hijos, sal y luz en medio de tanta tiniebla.