Ya viene el alba
Juan 21-2-7 “Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada. Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.”
El Señor a veces aparece en el mejor momento, cuando menos lo esperas, cuando crees que todo terminó, se goza, en el relato vemos que los apóstoles esa noche no pescaron ¿Te ha pasado? Pero cuando estaba amaneciendo Jesús se presentó en la playa, muchas veces anochece y no hemos «pescado» y está amaneciendo, pero Él desea lo mejor para nuestra vida, cuando va a amanecer está muy oscuro, es porque viene el alba, el amanecer.
Debemos sujetarnos a la voluntad de Dios, queremos hacerlo a nuestra manera, y esto tiene mérito, pero es a su manera, dice que el maestro les preguntó si pescaron algo; Jesús les estaba esperando con el milagro, los peces en abundancia son una, y hoy, Él quiere que veas que aunque haya escasez para los hijos del Señor, siempre habrá.
Estás cansado, agobiado, pero estás en el mejor lugar ¿Cuál es tu carga? ¿Cuál es tu necesidad? ¿Cuál es tu situación? En el nombre del Señor hay abundancia para ti en esta noche, el Señor te está esperando en la orilla, con sanidad, con la solución a tu problema, Él tiene algo para ti, es posible que no hayas estado pescando, sino buscando un empleo, comida, medicina, una solución por ese familiar, duelo, situaciones de dolor profundo; me dicen que no me ponga triste, pero al final no sé qué hacer, el Señor te espera en la playa y en la orilla tiene fuego, pez y pan para ti, te llama por tu nombre y te dice: Ven, acércate y desayuna conmigo.
El Señor quiere que hoy tomes la bendición que da, Dios es un Dios que provee -Jehová Yireh-, es Jehová Shalom que da paz, Él tiene algo para ti, te dice: “Pide, y se te dará, busca, y hallarás, llama, y se te abrirá”; no hay enfermedad que no sane, no hay problema que no cambie, no hay nada perdido que en ti no aparezca, no hay rebeldía que no pueda transformar, no hay atadura que no rompa con su poder; no te de temor pedirle a Dios, cierra tu ojos y clama, porque a veces vemos mejor con nuestros ojos cerrados, deja que se lleve toda angustia y te llene de su presencia.
Mauro Morales
Culto de ministración del Espíritu Santo 21 de febrero de 2017