¿Quieres tener paz?
En la actualidad escuchamos a personas de diferentes personalidades, estratos sociales decir que pareciera que el mal, la idolatría, la iniquidad y el desorden se hubiese apoderado de todo, incluso muchos cristianos caemos en ese desanimo, pero el Señor en el Salmo 37 nos dice:
Salmo 37:7-11 “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz.”
Es de esa paz que quiero hablarte, es la paz que necesitamos, por lo tanto no podemos permitir que la enfermedad que aqueja al siglo XXI: el estrés, nos siga quintando la paz, Dios no está ajeno a nuestra situación, no se ha olvidado ni de ti, ni de mí, nos dice en Filipenses 4:6 «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.» no dice unas si, unas no, dice todas nuestras necesidades sean presentadas delante de Él en oración.
Debemos orar, orar constantemente, muchas veces pensamos ¿Cómo no angustiarme? ¿Cómo no afanarme? Carecemos de comida, de medicina, ¿Cómo hablar de paz en medio de tanta injusticia? Deja de observar ese problema, tal vez estamos estancados observando un punto, quita la mirada de tu circunstancia y mira a Cristo, mira al centro de la tempestad que estás pasando, debes enfocarte en aquel que venció la muerte dándonos su vida, vida en abundancia.
Debemos buscar la paz, esta paz se logra en justicia, pero tenemos que presentarla delante del Señor todos los días sin descansar, creámosle a Él, necesitamos reencontrar esa paz primero en nosotros para poder transmitirla a los demás, nos hemos convertido en expertos de correr de aquí para allá y dejamos a Dios de último, no es así, Dios debe ser el primero.
Por nada estés afanado, por nada estés triste, Él está atento, cuando los problemas se incrementan nuestra aparente paz huye, nuestro corazón está en esa situación, no pensamos ni razonamos, muchos caen en locura y depresión, orgánicamente hablando el corazón se degenera, puede colapsar, el afán desencadena emociones que no ayudan ni a nuestra mente, cuerpo, ni corazón.
Pero Filipenses 4:7 «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.» Aquí está la solución: Él guardará tu mente y tu corazón con una paz que sobrepasa todo entendimiento, piensan que estamos locos o nos hacemos los locos, no es ignorar la situación, es tener fe, tenemos que creer en quien venció la muerte, que nos dará paz, sólo en Él podemos tener paz, Él es ese Príncipe de paz, alábale y preséntate delante de Él para que nos guarde en completa paz como a aquel cuyo pensamiento en Él persevera, porque en Él ha confiado.
Isabel de Zabala
Culto de ministración del Espíritu Santo 13 de diciembre de 2016