Día 12
… y fueron llenos del Espíritu Santo
“Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo,y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno.
Hechos 4:31
… y hablaban con DENUEDO la palabra de Dios
Ya estamos cerca de culminar este tiempo de Celebración de Pentecostés, durante dos semanas hemos venido ahondando en lo que dice Hechos 4:31 y cómo se muestra esas palabras en nuestras vidas hoy en día.
Acabamos de estudiar, cómo cada uno de los que estaban presentes fueron llenos por el Espíritu Santo, pero lo que sucedió inmediatamente no fue que fueron todos sanados, restaurados, prosperados o rejuvenecidos, si terminamos de leer el versículo dice que “hablaban con denuedo la palabra de Dios”.
Muchas veces creemos que la manifestación del Espíritu Santo o su llenura son para beneficio personal, para que el Señor haga algo sobrenatural en nuestras vidas (y eso lo puede hacer el Señor, es Todopoderoso), pero el propósito principal de recibir poder o ser llenos es para que se haga manifiesta la gracia, misericordia y poder del Dios único y verdadero.
Para que sea más ilustrativo: las señales y los prodigios son un indicio o representación de algo que no vemos en ese momento; por ejemplo, si vamos por la carretera y vemos una señal de curva peligrosa, ella en sí misma no es la curva, sino un aviso de lo que viene después. Otro ejemplo puede ser si vemos un humo proveniente de la montaña, es una señal de que hay fuego en algún lugar, pero nosotros aún no podemos ver las llamas, el humo es una señal de las llamas que lo originan. Ahora, pensando en nuestra vida como cristianos ver milagros, hablar en lenguas, tener visiones y demás frutos del Espíritu Santo, son solo señales de la majestuosidad y poder del Dios Eterno.
Por supuesto que cuando Dios desciende sobre su pueblo a través de su Espíritu Santo, su sola presencia produce que se allanen los caminos, se sanen los enfermos, se rompan cadenas, se consuele el caído, se liberte el oprimido, etc., pero todo con el propósito de equiparnos, darnos poder y (como dice Hechos 1:8), le seamos “testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
Volviendo una vez más al tema de hoy, Lucas dice que quienes estuvieron presentes “hablaban con DENUEDO la palabra de Dios”, el descenso del Espíritu Santo les dio las palabras necesarias, la confianza en sí mismos y el conocimiento para hablar sin temor alguno lo que Cristo les había enseñado.
Es por eso hermano o hermana que te invitamos a no sólo quedarte con el humo que sale de la montaña, ahora estás equipado con nada más y nada menos con el poder del Espíritu Santo para que lleves las buenas nuevas de salvación a tu casa, tu familia, tu sector y hasta lo último de la tierra.
ORACIÓN: Señor Jesús, en este día te doy gracias porque te ha placido derramar de tu Espíritu Santo en mi vida. Ayúdame a entender que este poder que recibo de parte de ti lo debo dirigir para que otros lleguen a conocerte y amarte como lo hago yo. Padre en el día de hoy pon gente en mi camino para que yo pueda hablarle con denuedo, sin pena, sin miedo de lo que has hecho en mi vida. Amén