•  
  •  

Miedo y Fe

Hermanos en medio de tantos gritos a muchos se les hace difícil escuchar la voz del maestro llamándole, ese Maestro que nos dijo “mis ovejas oyen mi voz y me siguen”, lo que ocurre es que las situaciones externas o hasta el acontecer diario intentan desviar nuestra atención de la voz del Maestro, escuchamos más al león que ruge que al Pastor que nos llama a su redil. En muchas ocasiones la razón por la cual dejamos de poner nuestros ojos en Dios es por las distracciones del camino, entre ellas el miedo; el miedo puede basarse en eventos pasados, presentes e incluso futuros, de hecho se puede temer a objetos inanimados o hasta  quizás inofensivos, el miedo puede estar o no justificado, pero  el poder no está en el miedo en sí mismo, el poder que tiene el miedo sobre nosotros es aquel que nosotros mismos le damos, es allí cuando nos inmoviliza y nos atrapa cayendo sumisos ante él.

Quizás muchos estemos llenando nuestro corazón del miedo como emoción primaria y eso en lugar de impulsarnos hacia Dios, nos hace alejarnos de Él, recordemos que “separados de Dios nada podemos hacer”, recapitulemos ¿quién desea que nos apartemos de nuestra fe en Dios? Sabemos muy bien que es el enemigo de las almas, cuya única intención es paralizarnos, aprovecharse de nuestra naturaleza humana y llena de defectos para tomar ventaja  y dominarnos; pero la bondad y el sacrificio de Cristo en el calvario nos libra y va más allá de nuestras imperfecciones o de nuestros defectos, DIOS ES FIEL siempre lo ha sido y siempre lo será! No importa lo que sintamos no debemos centrarnos en sentimientos, debemos reconocer como hombres y mujeres de Dios que “por fe andamos y no por vista”, es tiempo de dejar de ver a nuestro alrededor y lamentarnos por lo que nos acontece, es tiempo de impulsarnos hacia adelante “a la meta de supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”, no podemos ser como los demás que viven como si no tuvieran esperanza, nosotros tenemos no solamente esperanza sino que como dice la palabra “Cristo en vosotros esperanza de Gloria”.

Dejemos pues de declarar miedo, incertidumbre o desesperanza, no hablemos como si no conociéramos a Dios, hablemos como aquellos que conocen que El Señor es su pastor, creamos  que “nada nos faltará” somos embajadores del Reino de Los Cielos en la tierra comportémonos como tales! la gente común habla de hambre, inflación y mil cosas,mas permítanme decirles que el cristiano al escuchar esto debe proclamar cada vez más y más “Yo sé que mi redentor vive” y El me prometió que su presencia iría conmigo y no solamente eso sino que me daría descanso, las preocupaciones y angustias pueden ser muchas pero nunca ,nunca existirá alguna situación que pueda ser superior al amor de Dios para con nosotros.

Hermanos actuemos conforme al llamamiento de Dios en nuestras vidas, debemos creerle a Él y tener fe, ¿qué es la fe?  La fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve, confiar en Dios es estar totalmente seguro que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver.

El perfecto amor echa fuera todo temor, les animo y me animo a tener fe, a creer la palabra cuando dice “ el Señor tu Dios, el Dios grande y temible, está contigo.” Deuteronomio 7:17 Si eso es lo que dice tu Dios, tu Señor  entonces quien ha de tener miedo es el miedo mismo! No estás desamparado antes bien el Señor está contigo.

José Luis Woodberry

Culto Dominical 9 de marzo de 2014

Deja una respuesta