Él te va a levantar
Job 42:1-2 “Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti.”
El pasaje habla de una persona que adoraba al Señor y hacía holocaustos toda la semana por su familia, tenía una familia grande, tenía muchos bienes, pero este hombre no sabía lo que sucedía entre telón, camino a casa le dicen que todos sus hijos murieron, sin pasar mucho tiempo le dicen que todos sus bienes se han perdido, estaba en la quiebra, al poco tiempo le cayó una sarna, que dice la Biblia que era tan insoportable que tomaba un pedazo de barro rojo que quedaba al romperse un jarrón y se rascaba con eso, lo que hacía que su llaga creciera aún más, de modo que llegaba a la necesidad de colocarse cenizas de carbón, era el talco de la época.
Llegó al momento de hablar con Dios, y le dice lo que leemos en este pasaje, luego de haber presentado su queja y perder todos los bienes, sin embargo tenía aun la esposa, quien estaría obstinada de la situación, no aguantaba que este hombre tuviera tanto sufrimiento, lo que se le ocurrió decir fue “maldice a tu Dios y muérete” a lo que Job responde: Yo sé que mi redentor vive, y Él sabrá lo que va a hacer con mi vida. Después de tanta queja, Dios le responde, se puede leer en el capítulo 38.
Pero Job reconoce que Él todo lo puede, y que no podemos esconder nada, hay momentos, situaciones en los que la gente quiere que terminemos con todo, del país, personales, de la familia, pero ninguna de todas esas situaciones están fuera del propósito de Dios para que aprendamos a creer en Él, a veces se nos olvida lo que dijo Jesús que podemos leer en Lucas 11:11-13 “¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”
Esto no es cualquier cosa, en la época de Jesús el desayuno de un niño consistía en tres cosas: un pan de pita, un pescado pequeño y un huevo, todo esto se podía comprar con el salario de un día de trabajo, así que si el padre compraba esto para el desayuno del niño, dos personas se quedaban sin comer, por eso si ellos siendo malos no dejaban a sus hijos, cómo creen que el Padre no haría lo posible con toda su presencia y poder.
El Señor dijo en una ocasión a Abraham ¿Habrá acaso algún imposible para mí?, a Jeremías también se lo dijo, lo que es imposible para nosotros es posible para Él, sin Él no podemos nada pero con Él podemos todo, resuelve toda cosa difícil, abrió el mar rojo, convirtió el agua salada en dulce, hizo caer pan del cielo, sacó agua de la roca, resucitó al hijo de la viuda, detuvo el sol y la luna, cerró la boca de leones, salvó a hombres del fuego, sanó paralíticos, ciegos, leprosos, levantó muertos, dio seguridad, dio paz.
Con todo, la obra más grande que hizo este hombre, la más difícil, fue venir en medio de nosotros a morir en una cruz, resucitar y estar a la diestra del Padre intercediendo para que recibamos de su gracia, Dios no me ama a mí más que a ti, nos ama por igual. No sé tú situación, no importa cuál sea, no importa porque Dios es tu proveedor, Él ve la necesidad y dice que no hay hijo de justo que mendigue pan, agárrate de esa palabra, camina con la frente en alto porque eres un hijo de Dios, has sido llamado para que donde camines no veas lo que vives sino levantes tu mirada al cielo.
Hno. José Gregorio Ferreira
Culto de ministración del Espíritu Santo 28 de junio de 2016