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El Espíritu Santo transforma todo

Luis Paz 2Hechos 2:1-4 “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo”

Los discípulos habían visto prodigios, habían presenciado a Jesús caminando sobre las aguas, vieron su resurrección, Él tenía una promesa para sus vidas, el Espíritu Santo vendría sobre ellos, Jesús conocía algo de sus vidas para decirle “no se vayan de Jerusalén”, la tendencia de nosotros en los momentos de dificultad es salir corriendo, tirar la toalla, pero aunque las cosas se pongan malas no abandones el barco, Dios va a derramar el Espíritu Santo sobre cada uno de nosotros, esa es su promesa, Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, Dios nos ha dado el poder del Espíritu para poder lidiar con las situaciones, la única manera con la que yo podré lidiar con estas situaciones es tener el poder del Espíritu Santo.

Se nos da el tomar decisiones apresuradas, está demostrado que las personas que han tomado malas decisiones quisiera devolver el tiempo y evitar tomar una decisión apresurada, es imposible que tomes una decisión acertada con una mente embasurada de las cosas del mundo. Los apóstoles estaban a punto de cometer el peor error de su vida, escapar de Jerusalén y perder la promesa del Espíritu Santo, nosotros ahora podemos leer las cartas del apóstol Juan, podemos leer las maravillas del Espíritu Santo, podemos leer sobre el fin de los tiempos en Apocalipsis porque los apóstoles decidieron echar a un lado el problema y creerle a Dios que habría una solución para ellos, esa solución era el Espíritu Santo.

¿Qué necesitas para dirigir tu casa? Necesitas meterte en la palabra de Dios y renovar tu mente a través de su palabra, cuando vienes a la presencia del Espíritu Santo puedes entender que de momento los textos bíblicos comienzan a tener un motivo, una enseñanza, puedes estar en un hospital y recordar “a esto se refería el salmista cuando decía aunque ande en valle de sombra y de muerte”, la iglesia que no es llena del Espíritu Santo se estanca, la iglesia transformada por el Espíritu se encarga de transformar la mente para poder ir en nombre de Jehová de los ejércitos.

El hombre que tiene al Espíritu Santo no se acostumbra al mundo, una vida exitosa es alguien que tiene la inteligencia del Espíritu y que todo lo que necesitas Él lo produce en tu cerebro, no es sólo hablar en lenguas, es que cuando tengas una situación puedas meterte en tu aposento alto, decir lo que está pasando y sople el viento del cielo transformando tu mente para que sepas lo que tienes que hacer, los apóstoles fueron cambiados, entendieron que Jerusalén no era lo último, tú y yo estamos en lo último de la tierra porque ellos fueron transformados.

Dios trae unidad, los apóstoles se habían ido uno al lado del otro, pero Jesús los buscó como ovejas descarriadas, los llevó al mismo sitio, para que estuvieran juntos, todo se confabula para que no llegues al templo, pero Dios te dice puedes llegar con tus defectos, tus frustraciones, tus quejas, los apóstoles llegaron al aposento alto con un montón de dudas, pero cuando se sostuvieron el uno del otro, entendieron que el dolor era el mismo, y comienza haber una unidad de pensamiento dentro de la iglesia. Cuando ves esa unidad, quieres unir tu casa, ves como vives bajo el mismo techo pero no hay comunicación, pero cuando ves lo que pasa cuando te unes con tus hermanos en Cristo, llegamos a nuestros hermanos de sangre a traer unidad.

Cuando la gloria de Dios comienza a descender, te van a decir “vamos a hacerlo de nuevo” porque encontrarán en Dios lo que no han encontrado en ningún otro sitio, la unidad dela familia y el poder del Espíritu Santo nada puede sustituirlo. Lo primero que hace Dios es cambiar tu mente, lo segundo que hace es unirnos, lo tercero que hace es que cambia tu manera de hablar y comportarte.

No significa que la lengua que recibimos en otro idioma resuelva el problema, sino que cuando pasamos tiempo hablando en lenguas celestiales automáticamente las palabras de destrucción que usaba son destruidas en el nombre de Jesús, cuando gimo, paso tiempo en el Espíritu uso palabras de restauración y vivificación. Si usted se enfoca en hablar del problema, vives en el problema y te deterioras en él, pero si cambias tu vocabulario la gente va a decir “que pasa con esta persona” y lo que confieses dará testimonio de Dios.

Dios quiere cambiar tu lamento en baile, quiere darte una nueva alabanza, una nueva manera de hablar, de confesar. Puedes estar en la peor depresión pero declarar
que Dios es tu gloria y quien levanta tu cabeza, puedes pasar por la tribulación y él ser escudo de ti y ser tu auxilio en medio de las atribulaciones.

El poder del Espíritu Santo no es solamente cuando un paralítico sale corriendo, la realidad del Espíritu en las personas que estaban en el aposento alto es el cambio de perspectiva de una Jerusalén de persecución en una Jerusalén que hoy tú y yo anhelamos de ir a Tierra Santa y caminar por ella porque es el lugar donde se impulsó el evangelio de Cristo. Quizás tu familia se ha declarado como un lugar de persecución y miseria pero cuando viene el Espíritu Santo de repente todo cambia para la gloria y la honra del Señor, fuimos creados para alabanza de su gloria. ¿Cómo puedo entrar a esa presencia? Sólo tienes que rendir tu corazón delante de Él, postrar tu vida y meterte en el aposento alto de tu corazón para decirle a Dios: Señor, hoy te quiero pedir que del cielo sople el viento que mi vida necesita.

Dr. Luis Paz

Culto Dominical 22 de Junio de 2014

11:00 a.m.

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