Domingo 7 de Septiembre de 2014
2da. De Corintios 12:1-10 “Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor. Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades. Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí. Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.”
Pablo entendía muy bien su posición, sabía que toda la gloria era para Dios, bajo los cuestionamientos de las personas escribe sobre sus visiones y revelaciones del Señor. Las revelaciones fueron los momentos en el que el Señor lo tomó y le instruyó como a los discípulos, en una relación muy intensa, él estaba siendo formado para guiar a los gentiles a los pies de Cristo, traducir la palabra de Dios a la mentalidad de la gente y nos relata sus visiones en tercera persona, porque no quería la gloriarse en sus vivencias con el hijo de Dios.
Pablo esperó 14 años para contar su visión, y cómo fue llevado al tercer cielo. En la mentalidad judía, el primer cielo es todo lo terrenal, todo lo que vemos y palpamos, el segundo cielo son todos los astros, y el tercer cielo es donde está el trono de Dios. Es un mundo invisible, espiritual, no obedece tiempo ni espacio pero es donde Dios establece su autoridad y nos rodea cuando entramos en adoración en su presencia.
Sin embargo, para que no se gloriara, Pablo relata cómo le fue asignado un aguijón, una espina permanente, que no describe ni nadie sabe a ciencia cierta de que se trataba, pero que no le permitía gloriarse como ser humano. También dice que tenía un mensajero de Satanás que buscaba poner pensamientos en su mente y estremecer su fe. Así como nosotros, Pablo tenía miedo, debilidad y sólo Dios podía ayudarle.
Así que Pablo le pedía a Dios que le quitara estos aguijones y mensajeros del enemigo, pero son cosas que Dios permite para cumplir su propósito, la respuesta de Dios es “bástate de mí gracia”, conténtate cómo estás y da gracias a Dios por tu aguijón, mi gracia te va a sostener y fortalecer, el poder de Dios se manifiesta cuando ya no podemos hacer nada, cuando nos rendimos ante Dios, allí se perfecciona, se hace real y palpable, cuando dejamos de buscar soluciones por fuera de Dios.
Dale la libertad a Dios para transformar tu vida, pídele la capacidad para manejar la situación adecuadamente, en nuestras debilidades Dios se puede manifestar, y reposar su poder, gózate en la angustia, en la persecución, dile: Señor, tú eres mi fortaleza, me gozo en tu poder, y me gozo en mi debilidad porque allí veré tu poder y te podré alabar, me gloriaré en Cristo porque para mí el vivir es en Cristo.
Pastor Samuel Olson
Culto Dominical 31 de Agosto de 2014