Confía en el Señor
Salmos 31:14-15 “Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.”
Cuando David entona este cántico posiblemente estaba pasando una situación difícil en su vida. Al ver la historia de David, podemos ver que desde muy pequeño experimentó quebranto y dolor, primero cuando el profeta Samuel fue para ungir al elegido de Dios, él no estaba podía estar presente, así también en su juventud fue afligido de muchas maneras y ya adulto fue perseguido por su suegro que tuvo que esconderse; pero en cada aflicción pudo confiar en Dios.
A partir del estudio de la vida de David, entendemos que podemos pasar por situaciones en nuestra vida difíciles pero que sólo la persona que descansa en el Señor las puede superar tranquilamente porque confía en el Señor. David afirmó que confiaba en el Señor y él sólo tenía su fe en Dios. Sus enemigos lo persiguieron pero los enfrentó con fe. En nuestra vida diaria, muchos son los dardos que nos atacan pero mientras podamos tener esa confianza en Dios, estaremos a salvo.
También dice el salmista “en tus manos están mis tiempos”, esto quiere decir mi salud, mi enfermedad, mi riqueza y mi pobreza, todo lo que me acontece, lo que viviré mañana, todo reposa en el Señor. Fue la confianza que tenía David en Dios, a pesar a las persecuciones, que le daba la fortaleza para seguir. Bienaventurado el que no confía en la suerte ni en el azar sino aquel cuya vida esta puesta en el Señor. Ten la seguridad de que Dios puede sacarte de cualquier problema que estés enfrentando.
Muchas veces Dios nos llama a vivir por fe y hay cosas que debemos dejar para que podamos alcanzar el propósito de Dios. Lo que estás viviendo es producto de un obstáculo que está impidiendo que recibas la bendición de Dios en tu vida, es cuando ponemos la confianza plena en el Señor que se desempeña en nuestra vida, no son nuestras fuerzas, son las de Él.
Queremos hacer las cosas de una manera, pero el propósito de Dios es totalmente diferente. La vida es como las estaciones del año, hay momentos de lluvia fuerte, en verano no hay nada. Posiblemente hoy no tienes nada que comer, te llueven los problemas y piensas ¿Hasta cuándo? Pero hay una primavera, hay una primavera donde florecen las bendiciones pero es en el tiempo en que entregas tu vida al Señor, es allí cuando Él puede hacer.
Dios te quiere ayudar ¿Pero estás dependiendo de algo que te aparta de la bendición? Las manos fueron clavadas en la cruz para tu redención, no vas a estar sólo, déjate guiar por la presencia de Dios para que puedas ver su gloria ¿Quieres recibir tu sanidad? ¿Bendiciones en tu vida? Debemos tener la ingenuidad de los niños para recibir la bendición, quiero orar por ti.
Señor, tu eres el eterno conductor, el que entregue su vida a ti, será conducido en tu sabiduría, todo lo que tiene que ver con tu hijo tiene que ver contigo, por eso abrimos nuestros corazones, lo que nos impida ver tu gloria en nuestras vidas, quítalo, ayúdame a decir que eres el Señor de mi vida, para tu gloria y honra.
Hno. Luis Freites
Culto de ministración del Espíritu Santo
10 de marzo de 2015