Boletín 4 de agosto 2013
¡Gracias Señor!
Es bueno e importante ser agradecidos. Si leemos el milagro de sanidad de los diez leprosos por Jesús (Lucas 17:11-19), vemos como cada uno de ellos reaccionó de una manera distinta, sólo uno de ellos se regresó y agradeció a
Jesús por haberlo sanado. Por eso, apartamos el día de hoy para darle gracias a Dios por las cosas maravillosas que Él ha hecho en nuestras vidas. “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros” (2 Corintios 4:7), a la larga descubrimos que somos pueblo de Dios porque Él lo hizo. Somos vasos de barro que contienen la gloria de Dios.
“Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo
y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza.
¡Alabadle, bendecid su nombre!, porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones.”(Salmo 100) Tenemos
muchas razones para ser agradecidos con Dios: Dios es bueno con nosotros; Dios es misericordioso y; Dios es fiel a su propia palabra que es la Verdad. Por eso el mismo Juan escribió: “…El que permanece unido a mí, y yo unido a él da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada.Juan 15: 5 Con esto en mente, recordamos ese 31 de julio de 1954 cuando en una pequeña y humilde casa en el centro de Caracas tuvimos nuestro primer servicio, éramos un grupo pequeño y familiar. Desde ese día hasta ahora, hemos vivido por muchas experiencias, pero en todas ellas hemos visto la gloriosa mano de Dios, y por eso hoy estamos agradecidos.
La historia de esta iglesia es nuestra historia. Luego estuvimos en Roca Tarpeya, después en la quinta Las Mercedes y más adelante en un local en Prados de María. En el año 1975 nos mudamos a la Quinta La Trinidad donde continuamos
creciendo, con obras sociales para levantarles sus casitas a los hermanos más pobres de la iglesia. De la quinta La Trinidad pasamos a este lugar, el cine Lincoln en el año 1980. Y aquí continuamos creciendo y creciendo. Dios nos permitió luego remodelar este templo.
Con todo esto hemos visto la gloria de Dios que habita en estos vasos de barro ¡Aleluya! Cierre los ojos y piense en su propia historia, todos los momentos que ha vivido, bendiciones, pérdidas, ganancias, momentos difíciles, relaciones
restauradas, sanidades y milagros… Fíjese en lo que Dios ha hecho y hace en su vida cada día. Dele gracias a Dios porque lo tiene a Él. Porque su vida está anclada y asegurada en Él. ¡Aleluya!