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Boletín 20 de Noviembre de 2016

boletin-20-11El mandamiento con promesa
Hemos venido reflexionando en los 10 mandamientos, hasta llegar al quinto mandamiento que leemos en Éxodo 20:12: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” Pablo, nos habla sobre este mandamiento en Efesios 6:1-4 “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”

Pablo introduce la relación no sólo de hijos a padres, sino de padres a hijos. Este mandamiento es para los hijos, tiene que ver con todos porque todos somos hijos, Moisés hace muy claro el mandamiento de honrar a padres, pero Pablo lo hace lícito en el nuevo testamento. Honrar es reconocer, eso significa que debo respetar al que honro, hay toda una relación que depende del respeto que mantengamos los unos con los otros, aun cuando sean o no personas honorables.

El honrar reconoce, respeta, dignifica, pero es entender que somos parte de la vida de esa persona llamada papá/mamá y que es una relación que depende de cómo nos tratamos. El trato con los hijos no es el mismo a lo largo de la vida, pero siempre exige que honre la relación ¿Por qué? Porque el que desobedece se violenta a sí mismo, se llena de culpa, rechazo, se siente separado, es cortada la línea de vida, siempre hay una conexión de vida.

Esta relación es muy importante, debemos mantener una vida de honra a padre y madre, aunque no siempre estamos de acuerdo con ellos, se puede dialogar. En Efesios encontramos primeramente la palabra obedecer, es una de las cosas que si no se aprende en la infancia siempre será un problema a lo largo de la vida. Si se aprende a obedecer, esta persona siempre respetará las figuras de autoridad, es importante aprender a seguir instrucciones, a recibir dirección.

Obedecer es saber que hay reglas, que hay una autoridad, una persona que exige orden. El desorden se produce porque no hay quien ordene, obedecer infunde orden, si aprendemos a vivir con las reglas que se nos establece se produce una manera de vivir, de ser y más aún si somos cristianos, se nos enseña a amar a Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra mente, toda nuestra alma y a nuestro prójimo. Este mandato enlaza todos los mandamientos del antiguo testamento.

Vivimos en un cuerpo de reglas, de dirección, allí encontramos cómo vivir en un sentido de bondad, de ejemplo, porque pesan más nuestros actos que nuestro hablar. No es fácil, los hijos copian la conducta de los padres y aquí llegamos a una parte importante mencionada por el apóstol Pablo: “no provoquéis a los hijos”. Esto significa no molestar, no incitar, porque sino terminan llenos de resentimiento. En su lugar dice que debemos educarlos, instruirlos, enseñarles y motivarles.

Hay una serie de cosas que inician educando en la disciplina de Dios. Jesús pasó por allí, dice la Biblia que en sus primeros 12 años creció, se fortaleció en gracia y en sabiduría; incluso Jesús fue probado en todo desde su nacimiento hasta el final, vivió la vida que nosotros vivimos y nos da esta serie de normas para vivir acorde a su voluntad.

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 30 de octubre de 2016

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