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Boletín 11 de Agosto de 2016

boletin-11-9Jesús, nuestra promesa

Romanos 9:1-5 “Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.”

Todos en nuestra vida tenemos una persona, por lo general es un familiar, en casi todas las familias son las abuelas, que son referencia, que marcan una pauta en nuestras vidas, son figuras particulares que se destacan en nuestra historia, nos referimos a ellos constantemente. El pueblo judío tuvo patriarcas referenciales: Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, Rut, Débora, David, los profetas y luego tenemos al descendiente del linaje: Jesús, Dios hecho hombre por obra del Espíritu Santo.

Somos descendientes de Abraham como padre de la fe, la descendencia de este hombre de Dios fue forastera y en determinado punto de la historia llega a Egipto, donde estuvieron un largo tiempo, 430 años. Nace Moisés y fue criado por la corte del faraón en medio de dos mundos, los esclavos y los opulentos, luego se encuentra en el desierto  por 40 años, y Dios lo usa al recordar su pacto con este pueblo, con la descendencia que existía, los miró y reconoció.

La Biblia está llena de promesas, una de ellas es Jesús, nuestro salvador, que vino tras un marco largo de profecías en Números, Isaías, Salmos, Ezequiel, Jeremías, tantos pasajes de la Biblia que podríamos leer,  donde conocemos de la nueva Jerusalén y todas las promesas para el final de los tiempos cuando reine la paz.

Si confías en que Él hará en ti su voluntad perfecta, Él te acompañará y abrirá puertas delante de ti; confía en Él porque va contigo, se acuerda de los pactos que ha hecho, es nuestro Dios y nos saca de las tareas pesadas, es una promesa, hoy no sabes lo que Dios hará, pero caminará contigo, te llevará de la mano, nunca estarás estático pues así es la vida en Cristo.

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 4 de Septiembre de 2016

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