Día 3
… y fueron llenos del Espíritu Santo
“Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo,y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno.
Hechos 4:31
Después de haber orado… (III PARTE)
Estamos avanzando y nos encontramos en el tercer día de preparación para la Semana de Pentecostés, donde esperamos la visitación especial del Espíritu Santo.
Estos dos días hemos hecho énfasis en la primera porción del versículos “después de haber orado”, que antecedió la presencia sin igual llamada Pentecostés que es la venida del Espíritu Santo sobre los discípulos, cumpliéndose las palabras de Jesús que recibirán poder cuando haya sobrevenido sobre ellos el Espíritu Santo.
A veces algunas personas se preguntan ¿será que estoy orando bien?. Aún los discípulos tenían esta duda por lo que le preguntaron al Maestro cómo era la forma correcta de orar; en Lucas 11: 1-11, Jesús les describió una oración modelo y antes de concluir les dice: “Por eso les digo esto: pidan a Dios y él les dará, hablen con Dios y encontrarán lo que buscan, llámenlo y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido.”
Con estas palabras Dios nos dice que Él está disponible para todo aquel que quiere buscarlo, y en todo tiempo, podemos pedirle que haga una intervención sobre natural, como lo hizo en aquel tiempo con los primeros discípulos cuando derramó su Espíritu Santo de manera especial. Como iglesia queremos que este Pentecostés 2015, la presencia de Dios sea indubitable, que sea Él quien avive y despierte nuestro corazón a su voluntad que agradable, buena y perfecta.
En este día de preparación te animo a leer y meditar este pasaje en Lucas 1:1-11. Aparta tiempo para hablar con Dios. Con tan solo pasar tiempo en su presencia, Él nos transforma. Pídele que despierte aún más tu corazón para escucharle, para verle, para recibir sus indicaciones diarias.
Oración: “Padre, que todos reconozcan que tú eres el verdadero Dios. Ven y sé nuestro único rey. Despierta mi corazón con la presencia sobrenatural de tu Espíritu Santo. Danos la comida que hoy necesitamos, perdona nuestros pecados,como también nosotros perdonamos a todos los que nos hacen mal.Y cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti. Sé que me has escuchado y en tí espero. En el nombre de Jesús, Amén”