Domingo 6 de Julio de 2014
Recibirán poder y serán mis testigos
Jesús fue crucificado, al tercer día resucitó y comenzó a aparecer a sus discípulos durante 40 días y 40 noches para prepararlos para que pudieran recibir al Espíritu Santo. Al final de esos días, ellos vieron ascender a Jesús a los cielos; luego, estando en el templo por diez días, los discípulos oraban y esperaban la promesa, no estaban seguros de cómo iba a ser ese derramamiento pero ocurrieron varias cosas mientras esperaban: se organizaron, nombraron al doceavo apóstol que ocupaba el lugar de Judas, se purificaron y arreglaron su relación entre ellos; todo esto sin saber cuánto tiempo sería la espera, era una prueba de su fe.
Hechos 1:7-8 “Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
“Recibiréis poder” ¿Cuál es ese poder?, la palabra en griego es dunamis, que es lo que nos capacita para algo. Cuando el Espíritu Santo viene nos da las habilidades para ser testigos, es una capacidad que no viene del intelecto, nos capacita para vivir como gente de Dios. También me capacita para otras dos cosas: deshacer las obras de Satanás y hacer la obra de Dios.
La obra de Dios se manifiesta cuando nos mantenemos en la verdad y hacemos lo que es veraz, justo, como consecuencia ayudamos a otros a tener paz en su vida confesando a Dios. Al tener la fe de Dios a quienes ayudamos se sienten protegidos y saben cómo mantenerse en la luz, recibiendo a través del Espíritu la palabra que aclarará sus mentes en el momento de dificultad.
El poder de Dios llega cuando su Espíritu viene y su poder se revela; así lo comenta Lucas en su evangelio, Jesús después de vencer la tentación, haber sido bautizado y recibido al Espíritu Santo, entró al templo y dice en Lucas 4:17-21 “Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor… Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.
Lo que nos lleva este texto en Lucas a reflexionar es que cuando esperamos en la presencia del Señor, Él nos unge para derribar, liberar, justificar, y ser sal y luz de la tierra. Hoy el Espíritu de Dios está sobre nosotros y nos da unción para ser testigos en Caracas, Miranda, con los indígenas y hasta en los confines de la tierra. Dios te digo que Él puede llamar a hacer algo específico, cómo cuando Dios me dijo “te voy a dar el teatro Lincoln” y mi mamá preguntó ¿Cómo?, yo no sé como pero me dijo que me lo iba a dar.
Ser testigo representa dos cosas: la primera, dar testimonio de algo real, testigo de que murió y resucitó en la cruz para salvarme; la segunda, ser mártir, fuerte, exigente, ¿Qué quiere decir ser mártir?, “Señor, haz conmigo lo que quieras, te doy mi vida”. Significa ir a un lugar y usar mi vida por la causa de Cristo, es decir “ya no me pertenezco” Dios tiene el control absoluto de mi vida, ¿Cuál es tu nivel de entrega?
Oración: Extiende tus manos y dile, ven Espíritu Santo, ven Espíritu de Dios, sumérgeme en tu Espíritu, necesito, anhelo que me sumerjas continuamente en tu Espíritu, quiero vivir en tu poder, ya no vivo yo sino vives tú en mí, haz lo que quieras, te doy mi vida, lléname de tu Espíritu Santo, y que siga las señales como consecuencia de la presencia de tu Espíritu, gente que te conozca, que la proclamación de mi vida, palabra y hecho demuestre tu poder, te alabo, te bendigo, bendito eres tú para siempre, mi vida está en tus manos, sea Tu vida en la mía, ven Espíritu de Dios.
Pastor Samuel Olson