Vosotros pues oraréis así
Iniciamos la semana de oración, ¡Sea exaltado el nombre de nuestro Dios! Estaremos estudiando el texto que se encuentra en Joel 2:28-30 “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.Y daré prodigios en el cielo y en la tierra,”
28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne.
No podemos estudiar el derramamiento del Espíritu sin tocar lo expuesto en el versículo 12 y 13 del mismo capítulo 2 de Joel el cual dice: “12 Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.13 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo”.
El derramamiento del Espíritu del Señor viene después de un profundo acto de arrepentimiento de su pueblo, esa es la única forma nuestro corazón se vuelva a Dios, nosotros como personas y como país tendemos a alejarnos del Señor y producto de eso viene una sequía espiritual que permea todas las áreas del individuo y de la nación, es necesario un cambio, un cambio en el corazón para que seamos llenos del Espíritu del Señor
Tenemos la promesa del Señor en Santiago 4:8 “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.” El Señor va a derramar de su Espíritu en nuestras vidas una vez que nos hayamos acercado a Él, comencemos esta semana de oración con un profundo arrepentimiento, anhelando su manifestación, deseando como nunca ser llenos de su presencia.