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MUESTRA-PENTECOSTÉS022


Día 2

… y fueron llenos del Espíritu Santo

“Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo,y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno.
Hechos 4:31

Después de haber orado… (II PARTE)

el día de ayer estudiamos lo importante de estar despiertos y orar cuando cosas trascendentales van a ocurrir, esperamos que hayas perseverado en la oración y enfocado tu cuerpo, alma y mente.

A lo largo de esta semana estaremos ahondando en el versículo lema para este año que está en Hechos 4:31 que relata cómo descendió el Espíritu Santo y llenó la vida de los creyentes, pero eso ocurrió sólo después de haber orado.

Si leemos los versículos previos al 31, el evangelista Lucas nos relata como Pedro y Juan habían sido encarcelados por proclamar a Jesús; sin embargo, los sacerdotes de la época al ver que hablaban con mucha autoridad los soltaron bajo amenaza de que no volvieran a hablar de ese fulano Cristo. Cuando Pedro y Juan llegan a donde estaban los demás creyentes, dice la Biblia en el verso 24 que “Cuando lo oyeron, alzaron UNÁNIMES la voz en oración a Dios”  y ¡pum! luego viene el temblor y el descenso del Espíritu Santo (te invito a que leas los versículos del 24 hasta el 30, dónde está la oración que realizaron juntos como creyentes perseguidos).

Podemos aprender que -como dice Santiago en su carta-, la oración del justo puede mucho y es más potente cuando se hace unánime, puestos todos de acuerdo y con la intención de solo exaltar a Dios, como lo hicieron los discípulos en el libro de Hechos.

Quiero animarte a que hoy ores como lo hicieron los discípulo y puedas usar como guía esa oración en Hechos 24-30. Además, mantente enfocado practicando un ayuno, el estudio de la palabra y asistiendo a las actividades programadas en la iglesia.

Oración: Señor, bendito sea tu nombre por la eternidad. Solamente tu nombre tiene la autoridad necesaria para cambiar realidades. Solamente tu eres digno de alabanza y adoración. Queremos poder ver tu gloria. Permite que el Espíritu Santo descienda sobre tu congregación y mi vida para ser testigos de ti.