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No tenemos que ser nuestro propio refugio

lauraTodos los días escuchamos y decimos palabras que forman parte de nuestro diario vivir, una de esas palabras que escuchamos y vivimos diariamente es “inseguridad”, es probable que en algún momento de la última semana la hallamos dicho, todos necesitamos un lugar seguro, muchas veces invertimos toda nuestra energía, sentimiento, todo lo que somos tratando de conseguir ese lugar seguro, tratando de protegernos nosotros mismos siendo hijos del Señor, nosotros no somos el refugio adecuado y suficiente.

Vivimos viendo la ansiedad en la mirada del prójimo, a veces la vemos al vernos en el espejo, pero hoy vamos a celebrar las buenas nuevas, no necesitamos ser nuestro propio refugio, esa es la buena noticia que tenemos que recordar. Leemos en el Salmo 46 “Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo. Dios está en medio de ella; no será conmovida.
Dios la ayudará al clarear la mañana. Bramaron las naciones, titubearon los reinos;
dio él su voz, se derritió la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos en la tierra. Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego. Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.  Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob.”

Muchas veces pensamos en Dios como nuestro refugio para escaparnos de una situación difícil, el contexto de este salmo no es un contexto tranquilo, es un contexto de turbulencia donde se afirma que es nuestro amparo y fortaleza, luego viene la descripción de cosas que conocemos como inestables “aunque la tierra sea removida”, “se traspasen los montes al corazón del mar”, las cosas que pensamos son permanentes, realmente no lo son.

Algunos de nosotros vivimos una especie de terremotos en nuestra vida, cosas con las cuales contamos y de pronto no están allí, cosas, personas o situaciones que va cambiando, es este el contexto  en el que Dios es nuestro amparo y fortaleza. El hecho de que Dios es nuestro pronto auxilio es que no hay que temer, no porque nada vaya a pasar sino que el hecho de que sea nuestro refugio es que en medio de los cambios hay uno que está a nuestro lado, que será nuestro pronto auxilio.

En el verso 4 dice leemos “del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios”, en el antiguo testamento y aún en el nuevo testamento el río es una referencia de la presencia de Dios, y en este salmo tenemos varias referencias a la presencia de Dios, debemos ver todo en el contexto de la presencia de Dios porque Él está presente.

El Rey Ezequías, nació en un contexto de dioses paganos, cuando toma el trono dominaban los asirios, así leemos en 2 Reyes 18:5-6 “En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá. Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés.” Puso su esperanza en Jehová, siendo una época de escasez, conflictos, pero este rey pone su confianza en el Señor, pensaríamos que ahora todo lo saldría bien pero en el décimo año de su reinado los asirios toman Judá, por lo que no todo iba bien.

Infundieron terror en el pueblo para no tener un gran enfrentamiento para ganar, querían causar pánico, sin embargo el rey Ezequías no entregó la ciudad, no buscó a los egipcios, buscó al Señor y recibió palabra de aliento a través de Isaías, aunque el peligro estaba allí busca de Dios, y podemos leer la oración que hizo Ezequías a Dios en 2 Reyes 19:15, y usando a Isaías recibe nuevamente palabra de Dios, la confianza que tenía Ezequías no estaba en su propio ejército ni en  las debilidades de su enemigo, su confianza estaba en el Señor.

Hay noches que parecen semanas, años por la angustia de lo que esperamos para la mañana, así le paso al rey Ezequías, pareciera que la noche nunca termina, pero si termina, ellos recibieron palabra de Dios en la mañana, así como nosotros recibiremos también palabra de Dios. El salmo 46 describe la destrucción de todos los instrumentos de destrucción, la historia humana está caracterizada por la guerra y la violencia, son muy cortos los períodos de paz, porque el pecado ha alcanzado cada parte de nuestra existencia, la promesa que tenemos es que Dios es nuestro pronto auxilio pero también nos promete establecer su reino en su plenitud, vendrá la mañana, confiamos en esto aunque la tierra se mueva, aunque no entendamos lo que pasa hay promesas firmes en el Señor.

¿Quién es tu refugio? Creo que es importante recordarlo cuando estamos en la calle, no tenemos que ser nuestro propio refugio, podemos descansar y estar quietos, nuestra responsabilidad en este momento es conocer al Señor, buscarle en oración, conocer nuestro Dios para poder ayudar a otros y decirles que hay un lugar seguro en la presencia de nuestro Dios, Él que hizo el cielo y la tierra, en la turbulencia y el caos de las naciones, en medio de los dolores presentes esperamos la paz que sólo Él puede dar. Porque Él es el Señor de la historia.

Hna. Laura Smith
Culto dominical 3 de abril de 2016