Mueve el corazón de Dios
Isaías 38:1-6 “En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová, y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro. Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Ve y di a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años. Y te libraré a ti y a esta ciudad, de mano del rey de Asiria; y a esta ciudad ampararé.”
El texto inicia con un pronóstico bastante serio, podemos escuchar de un médico que tenemos determinada enfermedad mortal, es angustiante, es terrible pasar por esa situación, pero quien da el diagnóstico en este texto no es el médico de Ezequías, no era incluso el deseo del profeta darle esta palabra, era la voluntad de Dios acabar con el Rey, pero el Rey no se quedó con esto, apeló al Señor.
El Rey apeló directamente al servicio que hacía conforme a la voluntad de Dios desde que tomó su responsabilidad como Rey. Hay lecturas en las escrituras que nos enseñan que una de las habilidades del creyente es mover el corazón de Dios por medio de la humildad, la sencillez, y por medio de la fe que nos ha sido dada.
Dice la Biblia que Elías cuando llegó a la casa de la viuda de Sarepta, en el tiempo que él pasó allí, el hijo murió, clamó a Jehová y dice la Escritura que Jehová lo escuchó y devolvió el alma al cuerpo del niño, por lo que si la voluntad de Dios ha sido determinada para algo eso puede cambiar. Estando Jesús por la región de Tiro y Sidón se acercó una mujer extranjera, se acercó al Señor clamando, y aunque el Señor no le escuchó ella siguió insistiendo.
Esta mujer no tenía el derecho de recibir de parte del pueblo judío ningún tipo de bendición, sin embargo, esta mujer adelantó los tiempos de Dios, esta mujer se adelantó a la bendición de Dios para tener lo que no le correspondía en ese momento, una mujer extranjera que no merecía la bendición ¿Por qué Dios la bendijo? Porque pudo mover la voluntad de Dios.
Esta mujer rompió con la voluntad que Dios había decidido, si Dios forzara su voluntad en nosotros ¿Para qué oramos?
Quizás tu diagnóstico no es muy alentador, pero la voluntad de Dios puede ser cambiada, lo hizo con la mujer cananea, lo hizo con la viuda de Sarepta y lo puede hacer con cualquiera de nosotros. Su Palabra dice: “Clama a mí, y yo te responderé”, es el Dios de toda misericordia, por eso el Señor Jesús se acercó en el Getsemaní y le dijo pasa de mí esta copa, Él sabía que el Padre podía cambiar esa voluntad, pero por ese sacrificio nos podemos acercar confiadamente al trono de la gracia.
Te puedes acercar al Señor porque tu milagro fue comprado por medio de la sangre de Cristo, y tendrá misericordia del que quiera tener misericordia, por eso el altar está abierto para ti, pero puedes acercarte a pedir, con toda petición y ruego.
Luis Freites
Culto de ministración del Espíritu Santo 08 de noviembre de 2016