La llama que arde en tu corazón
Lucas 24:28-32 “Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?”
Esto fue luego de un acontecimiento relatado en el capítulo 24, luego de la resurrección de Cristo, dos de los discípulos iban camino a Emaús, conversando lo ocurrido, la muerte de Cristo por la humanidad, en el trayecto del camino se le aparece alguien que comienza a caminar con ellos, y se relata como sus ojos estaban velados, sus ojos espirituales no les permitía a ellos ver la revelación de Jesucristo resucitado, y mientras ellos caminaban aparece este personaje que era el Señor Jesucristo, es posible que tengas años caminando con el Señor y no te des cuenta que Él te está llamando para que le entregues tu vida y le invites a entrar a tu casa que es tu corazón.
Y mientras caminaban estas personas, este personaje le pregunta: ¿De qué hablan? Y responden, ¿Serás tu el primero que no sabes lo que ha acontecido? Y Él responde: ¿Qué cosas han acontecido? Y dice la palabra que comenzaron a contarle, ellos le estaban predicando, y el Señor les reprende y les dice Oh insensatos, tardos para creer en sus corazones lo que los profetas han dicho que era necesario que ocurriera. El Señor revela las escrituras, y ellos le invitan a pasar la noche porque era tarde.
Jesucristo murió por ti, Jesucristo entregó su vida para perdonar todos nuestros pecados, el hijos del Dios Todopoderoso, el cordero de Dios derramó su vida, su sangre, para que tengamos vida y vida en abundancia pero es necesario que usted haga como estas personas que le dijeron Señor entra en nuestra casa, es necesario que deje de caminar con Dios a su lado y le diga entra a mi casa, porque cuando ellos le permitieron eso al Señor, dice la palabra que entró, se sentó a la mesa, partió el pan y les dio, y en ese momento se le abrieron los ojos y vieron que era el Señor Jesucristo.
Cuando la palabra de Dios tomada por el Espíritu Santo llega a tu corazón, tu espíritu recibe la palabra y clama y dice Ven Señor, entra a mi corazón, quiero compartir contigo mi vida y quiero que tu seas el Señor de mi vida, cuando eso sucede dice el texto que ellos se preguntaron ¿No ardía en nosotros nuestros corazones cuando nos hablaba y nos revelaba las escrituras?
Déjame decirte que el Espíritu Santo de Dios que está en tu corazón porque ahí donde está la llama de la palabra viva y eficaz está quemando y está ardiendo en tu corazón, es palabra que restaura, que levanta al caído, que revienta cadenas y echa fuera todo principado y todo demonio.
No dejes que esa llama se apague, el pábilo que echa humo está agarrando fuego del Espíritu de Dios, y se devolvieron a Jerusalén a contar estas cosas, y mientras hablaban el Señor se les aparece y les dice, la paz sea con vosotros, la paz quiere llenarte, tu que tienes tiempo caminando con Dios es hora de que le diga “entra en mi vida”.
Sabino Espinoza
Culto de Ministración del Espíritu Santo
11 de Febrero de 2014