•  
  •  

Es tiempo de arrebatar las promesas del Dios Altísimo

Luis PazSalmo 37:7-9 “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos,
Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.”

Hay noticias que al escucharlas nos dan ganas de tomar justicia por nuestras manos, poder decir “lo voy a solucionar”, es una necesidad de resolver los problemas del mundo, situaciones en las que no entendemos porqué tenemos esa situación, los problemas de la vida se acumulan en el ser humano, comienzan a crecer y a crecer, a esto lo llamamos ira.

La ira es un veneno que entra en el alma, nos posee, hace que dentro de nosotros crezcan raíces y comiencen a dañar las buenas aguas que tenemos a nuestro alrededor. Lo primero que daña la ira son nuestras familias, nuestros hijos comienzan a darse cuenta que hay algo malo en casa, somos iracundos al enfrentarnos a nuestra pareja, somos reactivos al tratar con nuestros hijos, culpamos a los demás, y la culpa no es por lo que está pasando en la calle, es por lo que pasa en tu corazón.

Nos preguntamos por qué nuestros hijos se comportan como lo hacen, por qué se alejan de nosotros, por qué nuestra pareja no quiere estar cerca de nosotros, has sido bombardeado por los problemas de este mundo y ha crecido una raíz de amargura, la amargura hace que dentro de nosotros haya reacciones de enojo, explosiones de momento, pero el problema sigue allí, mientras estás peleando con el que está a tu lado que está en la misma situación que tú, probablemente igual que el resto de los que te rodean, pero hay un antídoto para la amargura, la presencia de nuestro Señor.

Pensamos “esto lo cambia alguien nuevo”, “esto se cambia teniendo más dinero”, “esto lo cambia otro empleo”, pero podrás tener dinero, vivienda pero mientras tengas raíz de amargura seguirás actuando con enojo, el antídoto para ti no es tomar un depresivo, es sustituir la raíz de amargura, decirle al Señor: necesito un cambio en mi vida y ese cambio sólo lo puede hacer la sangre del cordero de Dios.

El salmista dice “no te excites a hacer lo malo”, cada vez que decidimos hacer algo pagando mal por mal, lo que cosechamos para nuestras familias es mal, cada vez que contribuimos con ese círculo de destrucción llevamos eso a nuestra casa, a nuestras familias, el salmista dice que es momento de romper con esto, porque cada vez que asumes esta actitud al llegar a tu hogar te vas a sentir peor, no hay nada como bregar con la conciencia de un hombre o mujer que anda en la amargura.

Quizás el enojo te ha llevado a tomar malas decisiones, porque lo haces en momentos de coraje de los cuales te arrepientes, la única manera de tener paz es volviendo a la esperanza que viene de Jehová, cada día son más los dependientes de narcóticos, del alcohol, de las drogas, muchachos que buscan un camino mejor pero el coraje que se respira en el hogar busca enajenarse del corazón, y los lleva a caminos de destrucción que los atan.

La única manera de ver una tierra de paz, de esperanza, una tierra en la que fluya leche y miel, es confiando en aquel que murió en la cruz del calvario, que te dice: de tal manera he amado al mundo que me he dado a ustedes para que todo el que crea en mí tenga salvación y vida eterna, el odio no nos ha llevado a ningún lado, nos ha llevado a guerra horribles por iras no controladas, ahora nos matamos en las calles unos a otros porque no contenemos la ira que corre dentro de nosotros.

Cristo Jesús vino al mundo para darnos su paz “mi paz os dejo, mi paz os doy, no como el mundo se las da”, en el mundo tendremos aflicción pero Jesús venció al mundo, hay esperanza en la cruz del calvario, murió por ti y por mí, es nuestro antídoto a la angustia, el Espíritu Santo está trabajando en ti, en eso que estás sintiendo porque sigues siendo importante para Dios, hay una tierra que tienes que heredar, una tierra de promesas maravillosas, conquista esa tierra de gloria y abundancia de Dios.

Hoy Dios te está llamando, tu familia depende de ello, puedes seguir excitándote en los problemas de la vida,  levantando la voz y peleando como el resto del mundo, o decir ¡Esto se acabó! De ahora en adelante confiaré en algo sublime, eterno y santo, pondré mi vista en aquel que venció por mí, Él que va a volver por su pueblo. Son tiempos difíciles, pero Dios nos dice: deja la ira, desecha el enojo, no te excites a hacer lo malo porque serán destruidos dentro de sus propios problemas y enfermedades, pero los que esperan en Jehová no serán destruidos ante los problemas de esta vida, sino que heredarán la tierra.

Dr. Luis Paz
Culto del Amigo 25 de Octubre de 2015

Ver vídeo