Domingo 4 de Octubre de 2015
La vieja naturaleza fue crucificada
Romanos 6:1-6 “¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado, para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él? ¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva. En efecto, si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección. Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado”
El pecado se enseñorea de nosotros, reina en nuestros cuerpos mortales y muere cuando decidimos morir al pecado, al identificarse con Cristo en su muerte en la cruz y su resurrección de los muertos, es un cambio de lugar, de mundo, de estilo de vida, morimos al reino del pecado, ya no puede enseñorearse de nosotros, no significa que no cometamos errores sino que el pecado ya no es el líder de nuestras vidas.
Cuando llegué a Cristo estaba en un estilo de vida, en un reinado que era el autor del pecado, cuyo fin era la muerte en separación de Dios, vivía infeliz, sin propósito, tratando de auto realizarme, hasta que recibí una noticia, algo que hizo eco en mi vida, hasta que entendí que debía tomar una decisión, seguir en el señorío del pecado y la muerte o decido por obra de Espíritu Santo en mi vida pasar de muerte a vida en Cristo Jesús.
¿Hay momentos en que recaemos? Sí, pero decimos yo morí a esto, morimos al pasado sin Cristo y de ahora en adelante tenemos una lucha, pues estamos entre aquel mundo y este mundo, a través del acto del bautismo sumergimos todo nuestro ser creyendo que nuestro cuerpo se revestirá de gloria cuando el hijo de Dios vuelva y nos vayamos con Él, pero debemos entender que es un acto donde nos identificamos en la muerte de Cristo y renunciamos a nuestro antiguo estilo de vida.
En esta nueva etapa de nuestra vida con el Espíritu Santo recibimos palabra, nos convierte en una nueva persona, comienza una serie de cosas que representan una expresión de la vida en Cristo, todo gracias al hecho de ser bautizados en su muerte, es su obra transformadora que permite andar en una vida nueva.
Jesús murió al pecado en la cruz, nos salvó y nos redimió, sólo hace falta que creas para que mueras al mundo del pecado y la muerte, abre la ventana para que entre el Espíritu de vida y entre la gracia de Dios en tu vida y el pecado no se enseñoree más de ti.
Pastor Samuel Olson
Culto dominical 27 de septiembre de 2015