Domingo 3 de Agosto de 2014
Éxodo 15:1-3 “Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete. Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré. Jehová es varón de guerra;
Jehová es su nombre.” En este pasajeMoisés le dice al pueblo “tenemos un Dios que convierte nuestro lamento en baile”. Dios estaba liberando al pueblo, ya había destruido a los enemigos de Israel y los estaba enviando a la tierra prometida. En nuestras vidas, somos tentados a mirar el futuro, pero Dios nos hace ver el ejemplo de Moisés, que no traza un camino inmediatamente, sino que decide cantar y danzar por los hechos maravillosos de Dios.
El verdadero cántico no tiene que ver con sonidos, no tiene que ver con instrumentos, es el que se produce en el alma. La alabanza significa reconocer los hechos portentosos que Dios ha hecho. Cuando reconocemos las cosas que Dios ha hecho en nuestras vidas, le estamos alabando. La dificultad es que pensamos que alabar es sólo venir a la iglesia y cantar guiados por otros, pero ¿qué pasa cuando estamos en el desierto, cuando no están los músicos, no están los levitas, no está el pastor? Moisés sabía que irían al desierto, que pasaría mucho tiempo antes de que pudieran ver la tierra prometida, pero sabía que existiría un cántico que les acompañaría de día y de noche.
Cuando cantas admites que Jehová es que real, es por ello que tenemos que entender ¿quién es Dios?: Jehová salvador, Jehová restaurador. El desierto hará pensar que Dios se fue, pero Dios te hará cantar, porque cuando cantes recordarás lo que Dios ha hecho, que ha sido Él quien dio las fuerzas. El sol en medio del desierto puede hacer alucinaciones, pero Dios dice “la única manera en que puedas sobrevivir es que cantes, porque en ese momento recordarás que no es por vista, sino que es por fe”.
Cuando cantas cierras los ojos, no es nada místico, es que cuando cierras tus ojos carnales, puedes abrir tus ojos espirituales. Hay personas que con los ojos abiertos se enfocan en Dios, pero al ver las dunas moverse en el desierto perdemos la confianza en Dios. Yo te digo que avances y cierres tus ojos, porque Él es el dueño del oro y la plata y Él hará llover.
Moisés le dice al pueblo que necesitaba que canten porque necesitas poder encontrar a Dios y hacerlo su norte, seguir la nube de Jehová, es por eso que comienza a cantar sobre quién es Dios, ¿lo conoces? ¿Es Dios alguien que sólo baja en la mañana, una deidad a la cual rezarle, o es el centro de tu vida?
Oración: Señor yo necesito que abras mis ojos, abre mis ojos espirituales, yo quiero verte, conocer quien tú eres, no me importan los panes, los peces, la peña de la que sale agua, lo único que me importa es conocerte a ti Señor, levanta tus manos y alábalo.
Dr. Luis Paz
Culto Dominical 27 de Julio de 2014