Domingo 12 de Julio de 2015
En Cristo somos justificados
Romanos 5:1-2“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.”
Al que es de la fe es justificado en Cristo Jesús, entendiendo esto como el fundamento comprendemos que hubo un tiempo el que estaba injustificados, hubo un cambio, no estábamos justificados ante Dios y ahora si lo estoy, cuando cambiamos de posición tenemos también un cambio de actitud, es un nuevo estar, en el pasado mi posición no tenía certeza, nada tenía seguridad, pero ahora estoy anclado en la roca firme.
La consciencia que no me dejaba quieto, está ahora en paz porque soy lleno del amor de Dios y mi alma vive llena de la presencia de Dios, somos justificados, es la muestra de la gracia de Dios. Al ser justificados, ya no estoy separado sino reconciliado, estoy en su presencia, tengo una relación cara a cara con Él, puedo decirle ¡Eres mi padre! Y nada me puede separar de ti. No somos juzgados porque Cristo murió por mi pecado porque me ama.
Ya no es el Dios acusador al que le temo, ahora que estoy en Él descubro que me ama y no dejará de amarme, no vivimos con una consciencia interna que me culpa, cambio mi relación espiritual y Satanás, acusador de mi alma ha sido derribado por la sangre del cordero y si estoy en Cristo, su sangre me cubre de los ataques del enemigo, quien termina entendiendo que tocarme a mi es tocar a Cristo, no puede tocarte.
Si sé que he sido justificado delante de Dios, se mitiga y va desapareciendo el terror a la muerte, le tememos a la muerte, pero en nuestro caminar con Cristo vamos comprendiendo cosas y entendemos que al morir estaremos con Él y el temor comienza a ceder, porque estamos en paz con Dios y eso es una bendición, es una gracia de Dios.
La separación física duele, el proceso de deterioro del ser humano duele mucho, pero a la larga el que cree empieza a encontrar paz y puede decir “Estoy bien, me voy a ir con el Señor”. Cuando pecamos entramos en pánico pensando que hemos perdido la salvación, pero la justificación es suya para siempre, si te arrepientes de corazón el Señor estará allí contigo, si eres genuino en tu restauración, en tu humildad, genuino para confesar tu pecado y te esfuerzas para no cometerlo nuevamente, encontrarás misericordia.
Si confiesas tu pecado Él es fiel, es justo para limpiarte de toda maldad, y tu pecado será echado lejos y será cubierto por la sangre de Cristo. Todo esto es parte de lo que significa ser justificados, es una vida de confianza en la obra redentora de Cristo, una vida llena de fe y de paz, me levanto y me fortalezco en la palabra de refugio que sólo Dios da.
Es una fe que pelea, que confronta al diablo y todo lo que quiere confrontarnos, somos frágiles y débiles, necesitamos la fuerza de la fe, la presencia del espíritu para vivir confiados y tranquilos, tenemos paz para con Dios, es saber que tu vida está escondida y segura en las manos de Dios.
Pastor Samuel Olson
Culto dominical 5 de Julio de 2015
