Boletín 8 de Mayo de 2016
Él es tu esperanza, fortalécete en Él
Romanos 8:17-18 “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”
Si padecemos las aflicciones con Cristo, también junto con eso seremos glorificados, porque el padecimiento es parte de la vida cristiana porque ya no se vive como en el pasado, si antes vivías sin esperanza, ahora la tienes porque sabes a dónde vas, al no tener a Cristo el mundo se inventa cosas para llenar el vacío, cosas que no llevan a nada.
Tenemos esperanza en lo eterno, este cuerpo se acaba pero disfrutaremos la gloria, esta gloria no se puede comparar con los padecimientos momentáneos de este mundo, el cristiano no padece sin esperanza, padece con un propósito, muchas veces padecemos cosas que no tienen nada que ver con Cristo, sino con nuestro pecado ¿Cómo reacciono ante las cosas? ¿Doy testimonio de que hay algo distinto en mí?
Somos parte de la cultura del Señor, es importante el cómo manejamos las dificultades, hay situaciones que tienen que ver con el proceso mismo de ser cristianos, porque hay situaciones que nos perfeccionan, nos fortalecen, parte de nuestro padecer tiene que ver con el fortalecimiento de mi fe en Cristo, es parte de la maduración espiritual.
Él sabía que iban a haber tiempos difíciles, pero Él intercede de día y de noche por su iglesia, cubriendo, amando y enviando su Espíritu para fortalecer, confiemos porque Él ha vencido al mundo, el mundo está esperando la manifestación de los hijos de Dios, todo se ha corrompido pero con la presencia de Cristo comienza la restauración y reconciliación de todas las cosas.
En medio de nuestras aflicciones hemos visto la gloria de Dios, en su salvación, en el cambio de vida, en el milagro hecho en otros, en el morar del Espíritu Santo, en todo lo que hace en las familias, los hogares, los negocios, lo hemos visto.
Volviendo al texto, las aflicciones no son comparables con la gloria venidera, todo será transformado en un abrir y cerrar de ojos, hay mucha corrupción en esta sociedad pero no debemos participar en ello, sino ser la palabra de esperanza, de que el futuro viene, Él reinará. ¿Qué es mejor? ¿Seguir viviendo esta vida o ir a la gloria eterna?
Una gloria eterna donde no habrá templo porque Él será el templo, no habrá necesidad de sol ni de luna porque su gloria iluminará, el cordero será lumbrera, las naciones salvas andarán y los reyes de la tierra traerán gloria y honor, las puertas no serán cerradas de día pues no habrá noche, imagina cómo será su gloria venidera.
Pastor Samuel Olson
Culto dominical 1 de Mayo de 2016