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Boletín 31 de enero de 2016

Boletin 31-1La ley que nos da vida

Romanos 7:9-14 “Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.”

Pablo no solamente nos enseña todo lo que hemos venido aprendiendo en su carta sino que hace un retrato casi autobiográfico de los elementos de su vida en un contexto en el que uno se puede ver también retratado, se trata de lo más importante de nuestra vida que es nuestro ser, quién soy, quien quiere Dios que llegue a ser y la palabra nos ayuda a responder esta pregunta, poco a poco aprendemos que la palabra es más que letra escrita, es una palabra que el Espíritu usa para el bien de todos, en su increíble misericordia permitió que pudiéramos llegar a leerle.

¿Por qué la ley es espiritual? Porque viene de Dios, pero en su misericordia y amor permitió que se escribiese para darnos dirección en nuestras vidas viendo lo que es y lo que nos es la voluntad de Dios, viene de Dios quien es Espíritu y verdad, santo, justo, bueno, quien vertió su carácter en la ley, no salva, no justifica, no santifica, pues esto sólo lo hace la obra de Cristo en la cruz, somos carnales, esto quiere decir que este ser está sujeto a situaciones difíciles, tentaciones, reacciones, pecado.

Por esto si el mandamiento no es usado para vida vendrá y te golpeará moral y espiritualmente, porque te encontrarás separado de Dios sin herramientas para salir adelante, pues la ley está hecha para darnos orden, vivir bien, tranquilos, pues el propósito inicial de estos estatutos era darnos vida, pero preferimos cambiar las leyes sólo para tener poder y control de la sociedad humana, “las leyes no tienen las cosas que a mí me gustan”, caemos en el engaño,  por no seguir un mandamiento santo y justo que sólo busca preservarte del mal.

La ley hurga porque cuando venimos a los pies del Señor nos enamoramos de Él, se convierte en nuestro primer amor, que es una delicia pero una vez convencido de su gran amor se toma la libertad de trabajar en nosotros, pasan situaciones donde debemos tomar decisiones éticas, que no entendemos por qué nos pasan, vemos situaciones que queremos cambiar, pero esto sólo pasa cuando estamos en Él y se produce un proceso de cambio.

Pasamos por la olla de presión del Espíritu que nos va cambiando, vamos entendiendo hasta que por fin dejamos atrás las cosas que no tienen ningún valor para encontrarnos con Él, ya no vivo yo sino vive Cristo en mí.

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 24 de enero de 2016

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