Boletín 29 de Mayo de 2016
Hechos 2:1-4,14 “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.”
Una iglesia que no depende del Espíritu es una iglesia muerta, porque el Espíritu Santo es vida, vida en abundancia, si simplemente nos congregamos con la intención de hacer un culto religioso, somos una religión más, pero si nos congregamos sabiendo que somos el cuerpo vivo de Cristo sabemos que por nuestras venas corre el Espíritu Santo, el aliento de vida está en ti y la Biblia dice que todo lo que respira, todo lo vivo alabe la presencia de Dios, el motivo por el que estamos aquí es por la llenura del Espíritu, debemos meternos cada día más en esa presencia.
El Espíritu Santo viene para que cada día nos llenemos de Él, hay necesidad de prepararnos en el Espíritu, de saber cuál es la actitud correcta para recibirle, muchas veces en pentecostés nos llenamos con sólo leer los primeros versos, al leer de la llenura, todos queremos eso, el gozo, la paz, es tremendo, la gente puede ver a Dios a través de ti, no necesitamos un servicio para llenarnos de Él, necesitamos estar preparados para que pueda venir y llenarte. La actitud que debemos tener para experimentar su llenura es primeramente perseverar, ser constantes, con un paso firme hacia la meta trazada y nada en este mundo podrá apartar la vista de esa meta.
El Espíritu Santo no busca gente miedosa que en los momentos de tormenta se echa para atrás, el reino de los cielos es para los que se trazan la meta en el nombre de Jesús, los discípulos tenían un reto por delante, deciden meterse en el aposento alto para clamar el derramamiento de lo prometido, perseverancia es reconocer que no podemos hacer nada por nosotros mismos, que debemos ser constantes en la búsqueda de la presencia de Dios.
Constantes en buscar la presencia de Dios, ignorar lo que no edifica y buscar lo que viene sólo de su presencia, muchas veces cambiamos la oración muy fácilmente, pero cuando buscamos el derramamiento del Espíritu no podemos escuchar lo que nos quite ese paso firme, aunque duela hay que echar esos obstáculos fuera en el nombre de Jesús, los discípulos perseveraban, debemos decidir cuál es nuestra meta y perseverar en ella.
Debemos salir de la zona de confort, si mi meta es ser lleno del Espíritu Santo debo permanecer constante en oración, para entender el lenguaje en el que Él quiere comunicarse, si esperamos la oración de otro perdemos la oportunidad de acercarnos por sí mismo a Él, un minuto separados de Él nos puede llevar a la muerte, sin Él nada podemos hacer, el que está conectado con el Espíritu Santo puede orar en la mañana, en la tarde y en todo momento puede estar en la presencia de Dios.
Dios busca personas que clamen por su presencia hasta que sea derramada ¿Qué estás esperando? ¿Estás esperando que otro haga lo que Dios quiere hacer en ti? El Espíritu Santo busca derramarse sobre gente valiente en el nombre de Cristo Jesús.
Dr. Luis Paz
Culto dominical 22 de Mayo de 2016