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Boletín 21 de Agosto de 2016

Boletín 21-8La gloria de Dios

Romanos 9:1-6 “Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo,  que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;  que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas”

Pablo estaba muy triste pues su gente que había vivido los privilegios de la intervención de Dios a lo largo de su historia, eran ahora puestos de lado, esperaban un rey en una carroza, un hombre poderoso que les liberara del imperio romano, pero Jesús no vino así, fue sencillo, manso, claro con manifestaciones de la gloria, fue a la cruz, cosa inexplicable para el pueblo judío que querían poderes y lo que encuentran es un hombre colgado en el madero al que luego quieren cubrir su resurrección con una mentira.

El problema de Pablo era el dolor por su gente, que habían conocido la bondad de Dios y rechazaron la oportunidad como pueblo de ser salvos, es como la gente que se ha acercado a Dios, han visto milagros y transformaciones, pero a la larga dicen: “todavía no”; hay mucha gente así, al llegar al momento preciso en el que pueden cambiar su vida lo ponen de lado, porque saben que deben empezar de nuevo como hijos de Dios, es un comienzo claro y transformador.

Todos llegan a ese lugar de reconocimiento en que somos pecadores, pasando de muerte a  vida, el pueblo judío había vivido una historia de muchos privilegios, era el pueblo que Dios había escogido de todas las naciones, un pueblo nada especial en particular, pero que por alguna razón, Dios posa sus ojos sobre ellos desde Abraham.

En toda la historia podemos ver las diferentes historias que vivieron los judíos, habían muchos pueblos en la antigüedad pero eran paganos, tenían muchos dioses pero los israelitas tenían uno solo, los pueblos paganos se destruían espiritualmente con el adulterio que tenían al adorar a otros dioses, pero el pueblo de Israel había palpado la gloria de Dios en diferentes momentos, estando con Aarón vieron su gloria en el desierto, Moisés fue lleno de la gloria en el tabernáculo, en el desierto, en tantos momentos que vemos en el antiguo testamento, pero siempre los acompañó la gloria de Dios.

Cuando su gloria viene es tan fuerte, que no podemos si quiera estar de pie; llega y caemos delante de Él y mientras más fuerte sean nuestras situaciones; más dependeremos de Él, y más aún veremos su gloria. ¡Aleluya!

Pastor Samuel Olson 
Culto dominical 14 de agosto de 2016

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