Boletín 07 de julio 2013
Impregnarse de la Gloria de Dios
Dios le dijo a Moisés: Éxodo: 25:21 Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el Arca pondrás el testimonio que yo te daré. 25:22 Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo…
Moisés debía entrar en el lugar Santísimo y esperar en Dios. Allí Dios aparecería con su gloria y le revelaría su palabra, así mismo debemos
nosotros buscar la presencia de Dios, su intimidad, su voz, y en esa búsqueda él nos revelará su palabra, pero es preciso entrar en ese lugar, e insistir hasta que el Señor nos muestre su palabra.
Éxodo 33:18 “El entonces dijo (Moisés): Te ruego que me muestres tu gloria”. Así de grande era el deseo de Moisés que no conforme con escuchar la voz de de Dios quería que el Señor le mostrara su gloria, ora tú así: “Señor muéstrame tu gloria” y el Señor te la mostrará…”
“Éxodo: 34:35ª. Y al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro era resplandeciente” Era tanta la gloria de Dios
que experimentó Moisés que su rostro resplandecía. Así resplandecerá tu vida y tu testimonio cuando hagas de la búsqueda de su gloria un
hábito. Pero eso no ocurría para entonces solamente, también ocurre hoy día, muchas veces estamos aquí en el templo alabando y de repente desciende la gloria de Dios casi palpable, casi como un ente físico y podemos sentirla y el templo se llena de su gloria, esto puede
pasar también buscando de Dios en soledad, en intimidad, y esta presencia de Dios irradia todo nuestro ser y los demás puede sentirla. Esto fue lo que pasó con Moisés en una forma tan potente que su rostro resplandecía tanto que debía cubrirse con un velo.
Necesitamos tiempo, apartandonos para el Señor, en retiro unos días o en soledad buscando su rostro, para que el poder de su Espíritu Santo nos llene e irradie su gloria en nosotros. Busca la presencia de Dios en la iglesia y en la intimidad de tu casa y el Señor irradiará su poder en ti de forma que traiga fe, sanidad y esperanza aún a la gente cautiva que no conoce al Señor.
Amén
Predicador: Samuel Olson