Boletín 03 de Abril de 2016
La verdad que salva de la condenación
Romanos 8:14-17 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.”
El Espíritu Santo hace la obra completa desde antes de nuestra redención luego va desarrollándose en nuestra vida dándonos entendimiento de lo que Él ha hecho en la cruz por nosotros, al venir a esta palabra y leer “testimonio” es una verdad incalculable, sólo sabemos que esto es real al verlo en la obra redentora en la vida de la fe como templos de su Espíritu.
Es un testimonio ser hijos de Dios cuando hemos sido sellados con su santo Espíritu, nos marca con su fuego, tiene las arras de nuestra redención, las arras es la seguridad que tenemos sobre un bien adquirido, el Espíritu Santo es la arra que nos garantiza que hemos sido redimidos por la obra de Cristo, sabemos que vamos a su presencia, somos coherederos con Cristo por la eternidad.
¿Por qué pasó esto? Jesús debía irse, tenía que irse para poder dejar su Espíritu Santo, el consolador, que trae a la verdad, convence de la obra justificadora de Cristo, de su justicia, es necesario para el hombre enfocarse y rendirse ante el Dios que nos ama en Cristo Jesús, porque ha sido establecido un día, un día en el que hará un juicio con la humanidad, y será justo.
Al arrepentirnos de nuestros pecados nos convertimos en sus hijos, pero los que han negado su obra, que no le han aceptado serán juzgados, será un juicio con condena eterna, si no te has arrepentido y estás conociendo la verdad, piénsalo, porque acarreas tu lugar por la eternidad con esta decisión.
El evangelio fue escrito para que creyendo tengamos vida eterna, luego el testimonio de nuestra vida da fe de esta nueva vida, es una vida veraz, cuando Jesús resucitó los discípulos no podían creerlo, no entendían que era necesario que esto sucediera, no tenían un Espíritu que les guiara, Cristo resucitó, si no crees esto es imposible entender el evangelio, deja de ser incrédulo, el Espíritu Santo te puede mostrar la verdad, acéptala en tu corazón.
Pastor Samuel Olson
Culto dominical 27 de marzo de 2016