Boletín 02 de octubre de 2016
Éxodo 20:1-17 “Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. No matarás. No cometerás adulterio. No hurtarás. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.”
Estos 10 mandamientos son la carta magna de todas las leyes, de donde se desprende la jurisprudencia de la humanidad, aún hoy es la base para la conducta humana, pues su Palabra es la que sostiene la creación e influye en toda la humanidad.
Al pueblo de Moisés le dijo que sería su justicia, su proveedor, su luz, su salvación. En algún momento de nuestras vidas, si conocemos a este Dios, veremos cómo Él es nuestra respuesta, nuestra justicia, nuestro proveedor, quien alumbra y salva, Él es, por esto en Cristo, Dios es el salvador y redentor. Todo se va expresando en la medida que lo vamos conociendo, no es un proceso evolutivo en el que se construye una imagen o que uno hace una imagen a medida, Él sabe lo que va a hacer en su voluntad perfecta.
Él dijo Soy Jehová, tu Dios ¿Por qué? Porque los redimió, los sacó de Egipto, los llevó al mar rojo, Dios hace según su pensamiento, su voluntad; el pueblo de Israel no era un pueblo muy especial, eran murmuradores, se quejaban, pero el prometió hacerlo un pueblo especial. Somos su pueblo, comprados a precio de sangre, la sangre de su hijo, nos dio el Espíritu para guiarnos, no somos especiales, cometemos pecados pero si confesamos y nos arrepentimos nos transforma y nos cambia, poco a poco nos lleva a su imagen y semejanza para unirnos a Él como novio y novia, unidos para la eternidad.
Es nuestro Dios, somos su pueblo, nos da unas leyes para tener una vida acorde a su voluntad, somos de Él y en Él encontramos nuestra existencia, es la vida de nuestra alma, nuestra iglesia, en Él tenemos libertad, pero para mantener una vida acorde nos da la carta magna, los 10 mandamientos, un sistema jurídico, ético, moral, basado en un Dios que no es humano, no se ve.
En Él encontramos dirección para nuestra vida, somos dirigidos por la Palabra, sabemos lo que debemos hacer o no, no somos esclavos pero vivimos bajo su ley perfecta que da paz al ser humano, le amamos y por eso le servimos, alcanzando su misericordia por generaciones. No tendrás dioses ajenos, ni seres humanos, ni profetas, ni fulanos, ni menganos, ni objetos, ni creaciones propias, ningún dios ajeno delante de Él, Él es Jehová tu Dios que te sacó del pecado, de la servidumbre al maligno y te trajo a la tierra de la libertad en Cristo Jesús para que en cualquier circunstancia vivas en libertad, abundancia, misericordia de Dios y le puedas alabar a Él.
Pastor Samuel Olson
Culto dominical 18 de septiembre de 2016