Aceptando al Alfa y la Omega
A veces es difícil entender como el verbo se volvió humano, dice Su palabra que vio su gloria como el unigénito del padre, lleno de gracia, de verdad, de misericordia que no se acorta sino que se extiende y se mueve con libertad, no pierdas la bendición, tómala, proclámala como tuya.
Apocalipsis 1:8-11 “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.”
Podemos apreciar al menos tres cosas de esta palabra, lo primero es que Dios te va a encontrar en el lugar en el que estés, yo no sé cuál es ese lugar, quizás ni te imaginas que Dios se va a acercar a ti, pero lo hará. El autor del libro, Juan, comienza aclarando quién es el Señor, el principio, el fin, el dueño de las cosas, es el dueño de tu vida y se preocupa por ti.
En Patmos, un lugar desconocido, nadie se imaginaba que Dios se acercaría a un anciano de casi 100 años. No sé cuál es tu limitación pero Dios se va a acercar a ti, porque el trasciende a todas las cosas, para levantarte y decirte aquí estoy, Soy el principio y el fin, es un Dios grande, poderoso y único, es un mensaje sencillo y es para ti, te va a encontrar donde estés y verás su gracia, tendrás Su salud, te quitará tus cargas, tenemos un Dios que camina, un Dios que va.
Con esta seguridad puedes trascender cualquier circunstancia, por más grande que sea, el texto dice “yo estaba en el Espíritu”, estando en Patmos, porque el Espíritu puede transcender. No importa tu situación, Dios te dice: Eres cabeza y no cola, no era una carta para reclamar el derecho humano, estaba en el Espíritu, levantando sus brazos hablando de la magnitud de Dios, y ese lugar fue lleno de la presencia de Dios, tu puedes trascender porque puedes ser lleno del Espíritu igual que Juan.
Él es el Señor de las circunstancia, es el alfa y el omega, es más grande que lo que tienes hoy, es más grande que la tristeza, Él te dice hoy: Yo soy más grande, así que entrega tu carga al Señor, si su Espíritu llego a la isla de Patmos es porque no tiene limitaciones, no tiene dificultad de llegar hoy a tu vida, entrega tus cargas a Él.
Santiago Montero
Culto de Ministración del Espíritu Santo
12 de Agosto de 2014