Boletín 2 de abril de 2017
Éxodo 20:16 “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.”
Todos damos testimonio de otros, todos hablamos bien de otras personas, cuando hablamos de un testimonio generalmente creemos que se está diciendo la verdad, es veraz lo que hablamos del otro, es terrible cuando lo que estamos diciendo no es verdad, cuando hablamos mal de otra persona caemos en el dar un falso testimonio.
El buen testimonio solidifica y es lo que se espera la gente hable, hay personas que tienen como oficio chismear, difamar, esto destruye a otras personas, se presta para cosas malignas, pierde cosas a causa de un falso testimonio, por esto conoceremos características de un buen testimonio.
Primero, un testimonio veraz es un testimonio honorable, esto significa que no está cargado de malicia, no responde a soborno o lo que piense la mayoría aun cuando sea falso, solo corresponde a la verdad y la integridad, este mandamiento lo encontramos sustentado en Éxodo 23:1-2,8 “No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso. No seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios. No recibirás presente; porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de los justos.”
Debemos tener la disposición de dar el buen testimonio, ser genuinos, equilibrado y equitativo como nos exhorta Levíticos 19:15 “No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo.” No debemos inclinarnos ante uno u otro sino ser justo con lo que hablo y digo, por último mi testimonio debe ser verificable como leemos en Deuteronomio 19:15-20 “No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación. Cuando se levantare testigo falso contra alguno, para testificar contra él, entonces los dos litigantes se presentarán delante de Jehová, y delante de los sacerdotes y de los jueces que hubiere en aquellos días. Y los jueces inquirirán bien; y si aquel testigo resultare falso, y hubiere acusado falsamente a su hermano, entonces haréis a él como él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de ti. Y los que quedaren oirán y temerán, y no volverán a hacer más una maldad semejante en medio de ti.”
Todos debemos aprender a corregir la falta, restituir y restaurar a la persona, pero también restaurarnos delante de Dios, son ambas cosas, en Levítico 6 leemos una serie de hechos que debían hacer cuando se levantaba falso testimonio, se debe restituir a la víctima y restituirnos ante Dios.
Todos somos seres humanos, pecadores pero Dios ha establecido leyes para la restitución y corrección de la vida en sociedad, en el cuerpo de Cristo o fuera de este, Levítico 19:16 “No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová.” Cuando hacemos chisme estamos hablando mal de la persona, la estamos denigrando y nos degradamos a nosotros mismos, porque a la larga tenemos fama de difamador y de hacer daño a los demás y la Biblia es clara al decir: Apártate de estas personas.
Cuando vienen a mí con un chisme y no lo detengo, quiere decir que me gusta estar en chisme, debemos detener a la persona en el acto porque si no somos cómplice de lo que se está diciendo, son medias verdades que hay que detener y controlar, Pablo nos exhorta en 1 Corintios 5:11 “Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.”
Todos venimos de un pasado en el que hemos cometido errores, pero ya no somos eso, somos hombres nuevos que han cortado con ese estilo de vida, pero si seguimos con el estilo de vida de antes nos hacemos daño, son conductas que debemos cambiar, puede ser que caigamos, pero la incidencia demuestra que no ha habido lo que Pablo llama circuncisión del corazón, un corte con el pasado.
La Palabra de Dios debemos tomarla, internalizarla y permitir que esa palabra empiece a transformar lo que pensamos, nuestra manera de ver al prójimo, nuestra conducta visible e invisible.
Pastor Samuel Olson
Culto dominical 26 de marzo de 2017